Eliminar los trámites para importar alimentos en México: entre la “buena voluntad” y el riesgo a la salud
El acuerdo del Gobierno con 15 empresas para reducir la carga fiscal de ingresar insumos como carne o huevos al país abre un debate sobre los peligros sanitarios
La última apuesta del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador para intentar contener la inflación ha generado incertidumbre y un debate sobre los riesgos sanitarios en México. La nueva batería de medidas acordada por el Gobierno con 15 compañías contempla menos carga fiscal y burocrática para esas empresas. El convenio exime a los firmantes “de todo trámite o permiso” para la importación de alimentos y confía en su “buena voluntad” para que esos productos “no enfermen a la población”. El Ministerio de Hacienda calcula que de esta forma el precio de la canasta básica, que actualmente es de 1.129 pesos, se reduciría un 8% para febrero. Sin embargo, expertos y profesionales del sector reclaman más información o temen consecuencias de salud pública.
El Gobierno informó hace una semana de una serie de medidas adicionales a su Paquete Contra la Inflación y la Carestía (Pacic), presentado en mayo para reducir la alta tasa de inflación, que en septiembre se ubicó en el 8,7% anual. El secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, explicó que “basado en la confianza” el Gobierno otorgará a las empresas firmantes “una licencia única universal” para importar y distribuir insumos. El acuerdo destaca que “la autoridad suspenderá la revisión de toda regulación que se considere impide o encarece la importación e internación de alimentos y su movilidad dentro del país”. “Se les confía [a las empresas] la responsabilidad de asegurar que las mercancías que comercian cumplen con las normas sanitarias de inocuidad y calidad”, dijo Ramírez de la O.
“Es un acuerdo a partir de la buena voluntad”, agregó este lunes López Obrador, y aclaró: “Puedes traer pollo, puedes traer huevo, puedes traer carne, puedes traer arroz, y tú como empresa te haces cargo de que esos alimentos no enfermen a la población. Pasa algo, tú eres el responsable, pero confiamos en ti”. Según el mandatario, esto “va a facilitar que haya más competencia, y que de esa manera el precio de estos alimentos no aumente”. Tras el anuncio, algunas de las las compañías firmantes, entre las que se encuentran Tuny, Bachoco o SuKarne, expresaron en una carta su compromiso a mantener “el apego irrestricto a los principios y disposiciones del marco regulatorio y normativo de autoridades nacionales”.
El profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México Francisco Monroy, sin embargo, opina que el acuerdo “pone el riesgo la salud animal, la sanidad vegetal y sobre todo la salud pública”. “Esta licencia abre una posibilidad enorme a que pueda ingresar cualquier enfermedad porque les están dando [a las empresas] la carta libre para que compren donde quieran”, asegura. “Quieren traer pollo de Brasil, carne de Argentina… Mercados a los cuales México ha estado cerrado desde que tuvimos el brote de fiebre aftosa [en 1946]”, señala.
Monroy va más allá y señala que, además del riesgo sanitario, el impacto en la economía podría ser “altísimo” si enfermedades como la fiebre pocina clásica, erradicada en México desde 2012, o la enfermedad de Newcastle, transmitida por las aves y erradicada en el país desde 2015, entran al país. “Vamos a poner en riesgo la producción avícola, porcícola, bovina…”, dice el veterinario. El Consejo Nacional Agropecuario señalaba en la misma dirección en un comunicado difundido tras el anuncio y advertía de que “la gravedad reside”, en parte, en “la pérdida del buen estatus fitozoosanitario que tiene México”. Eso, señala el escrito, podría afectar “las exportaciones, la generación de empleos y la derrama económica regional”.
Arturo Sandoval, presidente de la Asociación Mexicana de Veterinarios Especialistas en Inocuidad y Calidad, cree, sin embargo, que “las cosas van a hacerse de la forma más adecuada” porque “ha costado mucho trabajo tener el estatus fitozoosanitario que tiene el país”. “En la parte sanitaria el Gobierno es muy cuidadoso, y ante todo hay mucha responsabilidad de industriales y ganaderos. [Las empresas] no van a hacer nada que atente contra la inocuidad, sería como darse un balazo en un pie”, confía Sandoval.
El veterinario recuerda que el acuerdo exime a las empresas de los trámites burocráticos para la importación, pero que aún falta conocer cuáles serán los procedimientos para el ingreso de esos alimentos: “No creo que entre un contenedor sin que pase una inspección, y eso no es un trámite sino que forma parte de un procedimiento”.
Las autoridades de control, un “obstáculo”
El presidente señaló este lunes que los controles del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad (Senasica) y de la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), las autoridades sanitarias encargadas de hacer las inspecciones y dar los permisos de ingreso al país, “se usaban como obstáculos” para la importación de algunos productos. “¿Qué es lo que estamos haciendo? Quitando burocracia, simplificando”, resumió López Obrador.
“Eso que dicen de la carne de Argentina, que tiene fiebre aftosa...”, ejemplificó López Obrador, “no se ha encontrado nada, fue algo que sucedió hace 30 años”. La enfermedad, que afecta a bovinos, ovinos, caprinos y porcinos, es altamente contagiosa y fue erradicada de México en 1955. En el país sudamericano, sin embargo, el último brote ocurrió en 2005 y en algunas zonas del territorio aún se vacuna a los animales para evitar contagios.
“Argentina está vendiendo carne a Estados Unidos y su principal comprador de carne es China. Resulta que no puede entrar carne argentina a México y sí entra a Estados Unidos”, continuó el mandatario. “Nosotros lo que estamos planteando es: si conseguimos la carne más barata para que la gente pueda tener acceso a carne buena y barata, ¿por qué vamos a cerrar la frontera?”, dijo.
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