“Fuego amigo”, ‘periodicazos’ e intrigas: las acusaciones de “guerra sucia” impregnan la carrera por la sucesión en Morena
En menos de 10 días de campaña, las ‘corcholatas’ acusan varios ataques en su contra, pese a la consigna de privilegiar “la unidad” y evitar “las descalificaciones” en la contienda interna
“Se evitarán los debates públicos y polémicas, acciones de desprestigio, descalificación o agresión entre aspirantes. Sus seguidores deben cumplir estrictamente la misma regla”. Ese fue uno de los compromisos que las seis corcholatas, como Andrés Manuel López Obrador se refiere a los aspirantes a sucederlo, firmaron en el Consejo Nacional de Morena del pasado 11 de junio y una de las salvaguardas impulsadas por el partido para evitar fracturas en la carrera por la candidatura presidencial. Las campañas aún no rebasan el umbral de las dos semanas y ya parece que se escribe una historia diferente, pese al guion que se había pensado para la contienda interna. Prácticamente todos los participantes han intercambiado reclamos, acusaciones e insinuaciones en medio de filtraciones, periodicazos y sospechas para minar sus ambiciones políticas, según han ventilado ellos mismos en mítines, discursos y las entrevistas que han dado a los medios de comunicación en los últimos días.
“Los recorridos de los aspirantes a coordinar los comités de defensa de la Cuarta Transformación comenzaron y con ello, la guerra sucia”, acusa un video difundido esta semana por el equipo de Marcelo Ebrard, exsecretario de Relaciones Exteriores. El excanciller señaló al portal Contralínea de difundir un reportaje titulado “El expediente judicial que Marcelo Ebrard quisiera desaparecer” y que fue publicado apenas una noche antes de que comenzaran los recorridos de las corcholatas por el país. Sus colaboradores denunciaron que la publicación partía de una “persecución política” lanzada por el expresidente Enrique Peña Nieto y que las acusaciones fueron desestimadas desde 2017.
En la grabación, el equipo de comunicación del exsecretario apunta que las acusaciones vienen de fuera y de dentro, en una especie de “fuego amigo”. “Ni eso ha frenado a las cuentas y granjas de bots de ciertas agencias digitales que simpatizan con otras corcholatas”, se señala en el video, titulado “¿Quién es quién en la guerra sucia?”, una referencia a la sección de las mañaneras de López Obrador en la que el Gobierno rebate y descalifica artículos periodísticos y columnas de opinión en los que se le critica. “Todo esto para intentar golpear a Marcelo e intentar descarrilarlo del primer lugar”, agrega una narradora. Los reclamos de “guerra sucia no son nuevos”. Ya desde mediados de mayo, antes de que se establecieran las reglas del juego entre los aspirantes, el entonces canciller había denunciado un plan orquestado en redes para minar su credibilidad.
Ebrard se ha quejado también del “despilfarro” y el “acarreo” de las campañas de sus rivales y compañeros de movimiento, y ha amagado con presentar denuncias formales para evitar ventajas desleales en la contienda. Claudia Sheinbaum, ex jefa de Gobierno y puntera en la mayoría de las encuestas, negó que hubiera un “derroche” y dijo que transparentará los recursos que ha invertido en los mítines multitudinarios que ha encabezado en los últimos días.
La propia Sheinbaum, de origen judío aunque no es practicante, ha sido blanco de una campaña negra marcada por la xenofobia y el antisemitismo. Ha circulado, incluso, un rumor falso basado en que no es ciudadana mexicana y que “nació en Bulgaria”. La única mujer entre el grupo de corcholatas publicó su acta de nacimiento en redes sociales, aunque después la borró. “Soy pura mexicana”, reviró la ex jefa de Gobierno. También ha denunciado que “hay una parte de misoginia en la sociedad, en compañeros también”.
Sheinbaum tampoco ha estado exenta de filtraciones. “Ya me cansé”, se alcanza a escuchar que dijo a Alfonso Durazo, gobernador de Sonora y presidente del Consejo de Morena. La grabación para afectar la imagen de la ex jefa de Gobierno salió a la luz apenas unos días después de que el partido gobernante anunciara los acuerdos entre los participantes en la carrera por la presidencia. El reclamo se dio después de que seguidores de otras corcholatas la recibieran con gritos de “piso parejo”, pese a un supuesto acuerdo de no movilizar a simpatizantes en la reunión de la formación guinda, de acuerdo con la versión que dio el también aspirante Gerardo Fernández Noroña.
En una entrevista con este diario, Fernández Noroña aseguró que hay una “cargada” dentro del movimiento y que los reclamos de “piso parejo” de aspirantes como Ebrard son un “eufemismo” para evitar referirse directamente a las prácticas que han provocado roces entre los aspirantes. “Yo no me estoy quejando de nada, pero es evidente que está toda la estructura política de nuestro movimiento al servicio de una aspiración”, comentó. El aspirante postulado por el Partido del Trabajo (PT) también ha reclamado de que se han divulgado rumores falsos para afectar su imagen, como que el PT negocia que decline a favor de otro candidato. “Son mentiras”, afirmó.
Adán Augusto López, exsecretario de Gobernación, estalló esta semana contra el periodista Carlos Loret, que presentó una nota en la que se señalaba a los familiares de la diputada Andrea Chávez, uno de sus principales apoyos, de hacer uso de un avión de las Fuerzas Armadas. “Es parte de la guerra sucia”, dijo López, que calificó al comunicador de “misógino” y “cobarde”. El político tabasqueño también ha sido blanco de rumores en redes sociales sobre la relación que tiene con Chávez y de aspectos de su vida personal que no son relevantes para la contienda. La legisladora ha dicho que se trata de “una campaña de desinformación” por parte de la oposición, en medio de encontronazos que ha tenido con sus rivales políticos y los cuestionamientos por sacar ventaja de su posición en el Congreso.
“Yo conmino a todos para no presentar denuncias, no sirve para la unidad interna, yo no voy a presentar una sola queja”, dijo el senador con licencia Ricardo Monreal, pese a sus comentarios sobre las bardas pintadas y los espectaculares usados por los otros aspirantes para promover su imagen. “No voy a contribuir a deshacer lo que hemos construido”, agregó esta semana.
López Obrador insistió este miércoles en que no hay riesgo de fracturas dentro de Morena. “Se van a quedar con las ganas nuestros adversarios pensando que va a haber una ruptura al interior de nuestro movimiento”, dijo el presidente. También aseguró que después del 6 de septiembre, cuando está previsto que se anuncien los resultados de la encuesta interna y las mediciones “espejo”, la unidad se impondrá, como lo instruyó a las corcholatas. “Hay quienes están a favor de uno o de otro, pero cuando se resuelva se van a cerrar filas y también, si se diera el caso de que alguien se encaprichara pensando que lo más importante es lo personal y no el interés general, no pasaría nada porque la gente quiere la trasformación”, declaró.
Los puntos de fricción, sin embargo, han sido patentes, en temas que van desde la financiación del proceso interno y la metodología de la encuesta hasta algunas prohibiciones a los aspirantes que, al final, resultaron absurdas y muy difíciles de aplicar. El estrecho equilibrio que ha buscado Morena para evitar con las leyes electorales y no incurrir en actos anticipados de campaña ha añadido una capa de complejidad a todo el proceso. “Al filo de lo que se puede y no se puede hacer, se están moviendo en un espacio donde hay un acuerdo político de civilidad con las otras corcholatas, una especie de limbo en el que no hay reglamentos ni sanciones claras porque no es una precampaña formalmente”, señaló el analista Enrique Gutiérrez a este diario la semana pasada.
“Unidad y movilización”, se leía en el templete que colocó Morena para el registro de aspirantes. En esas coordenadas, el partido gobernante busca un candidato y también preservar la cohesión para repetir en las elecciones de 2024 como la fuerza política más votada del país.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.