Especulaciones, presión y candidatos favoritos: comienza la carrera por Ciudad de México

Con las candidaturas presidenciales casi resueltas, la pelea por Ciudad de México ha comenzado. La carrera se ha lanzado en medio de especulaciones y fuertes presiones, tanto dentro del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), como en el opositor Frente Amplio por México. Las encuestas han empezado a hablar y a marcar el paso de la contienda con algunos favoritos a la cabeza. Pero dentro de ambos grupos hay quienes están buscando que los mecanismos que se usen para elegir a los candidatos sean justos y se parta de un piso parejo. Las próximas siete semanas serán clave en la definición: el partido de Andrés Manuel López Obrador prepara las reglas de la encuesta que prevén usar para definir la nominación, mientras que la oposición negocia cómo proseguir entre las numerosas fuerzas que están debajo del paraguas del Frente.

En ambos lados del tablero hay un juego de equilibrio entre fuerzas. En Morena, el banderazo de salida oficial será el lunes, que la dirigencia del partido publicará la convocatoria para la capital mexicana y las ocho gubernaturas que se disputarán en 2024. Los días de registro para esas internas serán el 25 y 26 de septiembre. En la disputa capitalina se quieren anotar la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada; el exsecretario de Seguridad, Omar García Harfuch; y el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco. El exaspirante presidencial Ricardo Monreal primero manifestó su interés y luego se bajó tras conocerse las intenciones del exjefe de la policía, favorito en las encuestas y muy cercano a la nueva coordinadora de la Cuarta Tranformación, Claudia Sheinbaum. “Es que está muy claro todo. La toma de la decisión ya hecha, no hay forma por ninguna vía”, dijo entonces Monreal.

La contienda se espera reñida. Brugada, que también es muy cercana a Sheinbaum, es una de las figuras fuertes de Morena en la ciudad, y una de las que más votos ha conseguido. En 2021, cuando la formación del presidente recibió una paliza en las urnas en la ciudad, la alcaldesa de Iztapalapa —la demarcación más poblada de la capital— logró la reelección con el 58%, al sacar casi 400.000 votos. Brugada es además una figura querida en las filas del partido, y cuenta con el cariño de López Obrador, quien le ha acompañado en gran parte de su carrera política. El problema que enfrenta la funcionaria está en los números, desde que apareció en las primeras encuestas no ha logrado crecer más allá de unos pocos dígitos.

Brugada tiene en frente a García Harfuch, un perfil mucho más amigable con aquellos votantes de Morena que en 2021 le retiraron el apoyo al partido. El exsecretario tiene buena imagen en toda la ciudad, a pesar de haber sido vinculado al caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y relacionado con figuras polémicas, como Luis Cárdenas Palomino o Genaro García Luna. García Harfuch ha negado tener cercanía con ellos, y también haber tenido un rol en la desaparición de los normalistas o la construcción de la verdad histórica. El policía encabeza todas las preferencias de momento, aunque enfrenta un problema de cuota: Morena tendrá que acomodar sus candidaturas en las nueve entidades cumpliendo con la paridad de género. Una medida que juega a favor de Brugada, la única mujer que ha levantado la mano hasta ahora para Ciudad de México.

La oposición tiene muchos más nombres dando vuelta, pero pocos que logren posicionarse en las encuestas. Quien mejor ha medido en los últimos meses ha sido el alcalde de Benito Juárez, Santiago Taboada. Eso ha despertado inquietudes de otros interesados en el Frente, que temen que la elección se termine haciendo por dedazo. Las reglas de cómo será el proceso de selección aún no están claras en la oposición. Las dirigencias de los tres partidos que agrupa Va por México —el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD)— se reunieron esta semana y anunciaron que van a esperarse para poder cumplir con el calendario electoral de la ciudad, que determina que recién en noviembre pueden nombrar candidatos.

“La comunicación entre las tres dirigencias se ha mantenido constante y fluida, de tal manera que seguimos construyendo lo que será el método para la selección de la candidatura a la Jefatura de Gobierno, así como las demás”, se leía en el comunicado que emitieron. Algunas fuentes del Frente han contado a este periódico que la falta de definición ha generado malestar en algunos miembros de la Unión de Alcaldes de Ciudad de México, principalmente Lía Limón (PAN), de Álvaro Obregón, y Adrián Rubalcava (PRI), de Cuajimalpa. Ambos buscan la candidatura opositora, pero temen que terminen erigiendo a Taboada por ser quien mejor mide en las encuestas. Rubalcava pidió esta semana en los medios de comunicación que el método de selección sea democrático.

Andrés Atayde, presidente del PAN en Ciudad de México, ha explicado a este periódico que mantienen comunicación abierta con todos los participantes, y ha dicho que aún no están definidas las reglas del método de selección. Entre quienes han levantado la mano, además de Taboada, están la alcaldesa de la Cuauhtémoc, Sandra Cuevas; la senadora Kenia López Rabadán (PAN); el diputado Luis Espinosa Cházaro (PRD); y Mariana Moguel, la hija de Rosario Robles, exsecretaria de Gobierno con Enrique Peña Nieto que fue encarcelada a principio de este sexenio y liberada por falta de pruebas hace un año.

En la oposición será difícil disputarle el lugar a Taboada, que cuenta con el apoyo del diputado Jorge Romero. Ese grupo del PAN capitalino ha sabido retener la alcaldía Benito Juárez por más de dos décadas y se ha consolidado como una referencia en la formación conservadora. Algunas fuentes del partido estiman que el dinero que aporta esa alcaldía en los años electorales equivale a lo que entrega un Estado completo. Por lo que el pulso tendrá que darse contra esa rama panista. Con el castigo a Morena en las urnas en 2021 como precedente, la capital se erige como una de las contiendas más disputadas para las próximas elecciones. Las fuerzas deberán medir, más allá de los nombres, cuánto peso tendrá el voto a favor del presidente, y cuánto el voto castigo.

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