¿Vacunas actualizadas? ¿Solo Abdala y Sputnik?: el confuso escenario de México con el programa de refuerzo para la covid-19
El secretario de Salud, Jorge Alcocer, dijo que se usarían solo para 25 millones de personas. Ahora López Obrador abre la puerta a que sean para toda la población y López-Gatell pide a las farmacéuticas privadas solicitar permiso a Cofepris
En menos de un mes empieza la vacunación de refuerzo para covid-19 en México y todavía no está claro para quién va a ser ni con qué vacunas. Mientras Estados Unidos acaba de aprobar el uso de inmunización actualizada a las últimas mutaciones del virus SAR-CoV-2, en México los detalles todavía son confusos. El secretario de Salud, Jorge Alcocer, dijo la pasada semana que se iban a usar Abdala y Sputnik y que iban a ir destinadas a 24,5 millones de personas, que representan cuatro grupos prioritarios de población de riesgo. Sin embargo, ahora el presidente Andrés Manuel López Obrador ha abierto la puerta a que sean para toda la población y el subsecretario Hugo López-Gatell, que fue la cara visible en la lucha contra la pandemia, ha señalado que las farmacéuticas privadas que quieran introducir vacunas deben pedir un permiso a Cofepris, la agencia de regulación sanitaria.
Cuatro meses después de que México declarara el fin de la emergencia sanitaria por covid-19, hay algo seguro en el país: los casos no dejan de aumentar. Se han duplicado en los últimos dos meses. Si a final de julio se registraban unos 4.500 contagios por coronavirus a la semana, a principios de septiembre eran más de 8.600. Y la tendencia es al alza. Aunque los recuerdos de la pandemia con los hospitales colapsados y los cientos de muertes diarias quedan lejos, los expertos en salud insisten en la prevención. Ante la llegada del frío vuelven las recomendaciones de ventilación de espacios, uso de cubrebocas y, para casos graves, el aislamiento.
El programa de investigación sobre riesgos epidemiológicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha registrado “una amplia circulación del virus a nivel comunitario que coincide con el reciente reporte de nuevas subvariantes del virus″, aunque reconocen que “el número de personas hospitalizadas y defunciones permanece en riesgo bajo”.
En este contexto, que no es solo mexicano, sino que se repite en Estados Unidos, Canadá o Reino Unido, las autoridades sanitarias han preparado nuevas estrategias. Jorge Alcocer explicó la semana pasada que el Gobierno tiene en almacén 5,3 millones de dosis de la vacuna Abdala, producida en Cuba, y que está previsto que entre octubre y noviembre lleguen cuatro millones de Sputnik, de Rusia, y el resto “se adquirirá en el mercado internacional”, posiblemente Pfizer, según el funcionario. Se quiere llegar a 24,5 millones de personas, que serán: mayores de 60 años, mujeres embarazadas, pacientes con comorbilidades y personal de salud a partir del 15 de octubre.
Tanto Abdala como Sputnik están aprobadas por la agencia reguladora mexicana, pero no por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La vacuna rusa ya fue un pilar clave en la primera estrategia de vacunación de 2021 y la cubana se utilizó en los últimos refuerzos. Sin embargo, la doctora en Inmunología Verónica Athié explicaba a EL PAÍS ya en diciembre que Abdala “no es la vacuna adecuada para usarse como refuerzo porque está dirigida a la cepa original, no hay estudios para tal uso y esto no nos va a proteger contra las variantes de ómicron”.
Esa se ha convertido en uno de los principales frentes de la polémica. Los Centros de Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos han recomendado actualizar las vacunas “originales” para proteger contra las nuevas cepas. Hasta ahora, la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) ha aprobado la actualización de Pfizer y Moderna, que sirven contra el virus original y contra las variantes de ómicron BA.4 y BA.5. Se espera que en las próximas semanas se apruebe la que también daría protección contra ómicron XBB.1.5, que es la que se prevé que cause más estragos esta temporada.
El doctor Gerardo Gamba, del instituto de investigaciones biomédicas de la UNAM, ha sido categórico con respecto a la posición del Gobierno mexicano frente a esto: “La cepa original ya es historia. Ese virus ya no existe. Todavía no sabemos que tanto sirvan las vacunas hechas con la cepa original para proteger a la población de infección grave por la cepa XBB 1.5. Pero me parece que no es apropiado cruzarnos de brazos y esperar a ver qué pasa. Desafortunadamente, eso es lo que vamos a hacer en México”.
Alcocer explicó en su conferencia que las vacunas elegidas “cubren las variantes últimas, que son variantes que identifican cambios mínimos en lo que es este virus”. Sin embargo, el investigador de la UNAM apunta, sin ambigüedades, que la Sputnik y Abdala “fueron hechas con la versión original del virus”, por lo que “ya no sirven”. En ese mismo sentido, el doctor mexicano Alejandro Macías ha comparado al SAR-CoV-2 con el virus de la influenza, ambos mutan rápido, lo que debería llevar a una “actualización anual” de las vacunas de covid-19 como se hace con las de la influenza.
La preocupación en los medios ha llevado esta semana a López Obrador a pronunciarse. Primero el presidente abrió la puerta, pero sin dar detalles, a que se vacune a toda la población: “Sse puede aplicar de manera universal, es un derecho constitucional. Hemos hecho el compromiso de que las medicinas se pueden entregar, no es ningún problema. Se está dando prioridad a los grupos más vulnerables, aunque quien quiera y no sea susceptible a contagiarse, va a tener posibilidad de hacerlo”. No queda claro con qué dosis ni tampoco en qué momento. También dijo que se iban a poder importar otros biológicos de empresas privadas, más allá de Abdala y Sputnik.
En ese sentido, más tarde a las puertas de Palacio Nacional, Hugo López-Gatell matizó que las farmacéuticas tendrían que pasar el proceso regular por Cofepris. “Recordar que es muy diferente un expediente de autorización de uso de emergencia, como se tuvo en México y en todo el mundo durante la pandemia, a un expediente de comercialización de un producto farmacéutico, en este caso, las vacunas. Hay una serie de requisitos técnicos, no es papeleo, es técnico, que tienen que demostrar calidad, seguridad y eficacia en las condiciones que pudieran comercializarlo. Si esos expedientes, que se presentan a la Cofepris, se analizan y son satisfactorios, no tenemos ningún inconveniente en darles uso”, señaló el subsecretario de Salud.
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