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La venta de un perro, un asesinato y dos cadáveres que no pueden volver a casa: el control total del narco al sur de Chiapas

Las familias de Manuel de Jesús y Jostin Rudibey, que llevan muertos desde el pasado sábado, esperan los restos de los muchachos por los bloqueos de carreteras que ejercen los cárteles en Frontera Comalapa

Jorge Vaquero Simancas
Jesús Flores Zúñiga y Jostin Rudibey Vázquez Morales, en imágenes difundidas en redes sociales.
Jesús Flores Zúñiga y Jostin Rudibey Vázquez Morales, en imágenes difundidas en redes sociales.

Manuel de Jesús Flores Zúñiga y Jostin Rudibey Vázquez Morales, de 26 y 19 años, salieron el pasado 12 de septiembre de Frontera Comalapa, al sur de Chiapas, para vender un perro recién nacido. Su destino era Motozintla, a tan solo 50 kilómetros. Pero las distancian se hacen inmensas cuando el narco controla las carreteras. En el caso de los dos jóvenes, ese viaje supuso la muerte, que los criminales grabaron en vídeo el pasado sábado para que la gente no olvide, a base de sembrar el terror, quién manda en el territorio. El narco no solo aumenta la cifra de víctimas en la región, sino que además mide los tiempos de los funerales que provocan. Este viernes, los familiares de los muchachos siguen en espera de los cuerpos para velarlos.

Los jóvenes salieron a las dos de la tarde de Frontera Comalapa para vender un cachorro en la localidad de Motozintla, en la Sierra de Chiapas. En esa zona, los cárteles Jalisco Nueva Generación y Sinaloa instalan retenes para hacerse con el control de carreteras clave para la ruta de la droga que viene de Guatemala. Lo que solo era un viaje de una hora y media para vender una mascota, se convirtió en un infierno para las familias, que perdieron el contacto con los muchachos desde la tres de la tarde de ese 12 de septiembre, según la ficha de desaparición de la Fiscalía de Chiapas.

A los dos días de su desaparición, la voz de la mujer de Manuel de Jesús y hermana de Jostin Rudibey se empezó a quebrar mientras ella y sus familiares grababan un vídeo en el que exigían su liberación. “Estamos deshechos, estamos destrozados, porque no sabemos como están”, denunciaba mientras cargaba a su hijo en brazos. Ese niño era el motivo de la venta del perro, ya que su madre explica que Manuel Jesús quería el dinero para simplemente “comprar un bote de leche”.

Tras 11 días desde su desaparición, el pasado sábado se viralizó un vídeo en el que se ve cómo miembros del crimen organizado, en la oscuridad de la noche, disparan a quemarropa a cuatro chicos arrodillados y maniatados. Este jueves, la Fiscalía de Chiapas confirmó que dos de las personas que aparecen en el vídeo son Manuel de Jesús y Jostin Rudibey, asesinados en la localidad de Motozintla. La justicia explica que se encuentran en una fosa común y argumenta que no han podido acceder a los restos por el control del narco en la zona, según la versión que dio este miércoles para Milenio la madre de Jostin Rudibey, que se identificó como Lily Roblero.

La mujer conocía la muerte de su hijo y su yerno desde el pasado miércoles porque tuvo que identificarlos tras su muerte. Exige los restos, que no sabe si podrá ni siquiera mirar. “Los vídeos [del asesinato de sus familiares] circulan desde el sábado. No me quiero ni imaginar cómo están esos cuerpos y la impotencia de no tenerlos”, explica entre lágrimas.

Roblero carga además contra las autoridades de Chiapas. “Necesitamos que Frontera Comalapa sea lo mismo que antes, cuando todo el mundo podía salir libremente a pasear en las noches, escuchar la marimba. Ahora, a las seis o siete de la noche, ya tenemos que estar en casa porque tenemos miedo”, denunciaba con la voz rasgada por el dolor ante los micrófonos.

El Gobierno de México tuvo que desplegar el pasado martes a más de 1.500 agentes de la Guardia Nacional y el Ejército en Frontera Comalapa para reforzar la seguridad del este de Chiapas. La zona donde asesinaron a los dos jóvenes, en la frontera con Guatemala, se encuentra en disputa entre los cárteles Jalisco Nueva Generación y Sinaloa. Miembros de este último grupo criminal llegaron a la zona el pasado fin de semana entre aplausos de la población, según se puede ver en un vídeo publicado en redes sociales. Las organizaciones delictivas quieren controlar esta zona fronteriza para sus negocios ilícitos, ya que Lacandona, Frontera Comalapa y la costa del Pacífico tienen carreteras que conectan con Guatemala, uno de los países puente para el tránsito de la droga desde Sudamérica.

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