Cuando Madonna se convirtió en empresaria y abrió un gimnasio en Ciudad de México
La reina del pop regresa a México para dar cinco conciertos en el Palacio de los Deportes tras ocho años desde la última vez que lo hizo en la capital metropolitana, en 2016. Por aquellos tiempos, la cantante era dueña de gimnasios y en Ciudad de México inauguró el primero
La reina del pop regresa a México para dar cinco conciertos en el Palacio de los Deportes tras ocho años desde la última vez que lo hizo en la capital metropolitana, bajo el mismo domo metálico, con las entradas agotadas en los primeros días de enero de 2016. Por esas fechas el cantante canadiense Justin Bieber tenía tres canciones posicionadas en lo más escuchado de la lista ‘las 100 más escuchadas de Billboard’; Hello de la británica Adele y Hotline Bling de Drake, otro canadiense, completaban los cinco primeros puestos. Madonna no figuraba. Algo normal, no publicó ni estrenó sencillos, ese año se encontraba de gira promocionando el disco Rebel Heart lanzado un año antes. También por esas fechas, Madonna era dueña de una cadena de gimnasios alrededor del mundo y fue Ciudad de México la primera en verla nacer.
En 2010, Madonna (Michigan, 65 años) inauguró Hard Candy Fitness, un gimnasio en Bosques de las Lomas dirigido a un sector de clase alta, con la ayuda de la compañía New Evolution Ventures (NeV) especializada en la adquisición, desarrollo y operación de equipos de entrenamiento, de la cual la artista fue socia y embajadora. Fue el primer gimnasio con este concepto de la cadena que en la siguiente década se extendió a otros países como Rusia, Argentina, Brasil y Alemania.
Para hacer uso de las instalaciones que se alzaron sobre 2.500 metros cuadrados se pagaba una mensualidad de 2.000 pesos (116 dólares, aproximadamente, al tipo de cambio actual) y un pago único para unirte al club de 10.400 pesos (unos 580 dólares) que incluía las primeras dos mensualidades.
“Madonna escogió el diseño gráfico, los colores, las máquinas”, dijo Chris Dedick, director general de NeV en entrevista para un diario inglés el día de la inauguración. “Ella tuvo mucho peso en las coreografías de todas las clases y les dio un giro para que sean más dinámicas, más especiales y reflejen mejor su estilo”, concluyó. El gimnasio ofrecía clases de danza inspiradas en bailes que la artista estadounidense interpretaba en videos musicales y presentaciones en vivo.
El proyecto inició con tropiezos. Dos días después de cortar el listón y la apertura de puertas, éstas tuvieron que cerrarse de forma indefinida, porque el lugar no contaba con los permisos de uso de suelo para operar como gimnasio. Estos se consiguieron y el gimnasio prosperó pese a la ubicación poco estratégica que dificultaba una afluencia concurrida.
Otros gimnasios del caramelo duro se abrieron en el mundo y con estos, nuevos problemas surgieron. Uno de los más sonados fue el que ocurrió en Berlín. En 2016, los seis lugares para entrenar fueron cerrados de golpe por problemas con la nueva administración, Jopp AG, que había adquirido la franquicia; se les acusaba de insolvencia simulada y fraude, según relata un diario español. En Ciudad de México, Hard Candy dejó de existir tres años después de que lo hicieran las de Berlín con poca claridad sobre los motivos. El gimnasio pasó a ser un Energy Fitness, otro concepto que también pertenece a NeV. Ahora, se encuentra cerrado permanentemente.
No todos los emprendimientos logran superar el paso del tiempo y el cambio en los gustos y necesidades que se van gestando en la sociedad. Madonna quiso inspirar a la gente a llevar un estilo de vida más saludable, lo consiguió por nueve largos años sobre las lejanas montañas de las Lomas, al alcance de unos pocos, pero es de la música que ha forjado un legado, al cuál vuelca sus esfuerzos. Ya serán otros tiempos para las lagartijas y los levantamientos de pesas.
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