‘La Liberación’, una sátira feminista contra los abusos en la industria del cine

Hace siete años las denuncias del movimiento MeToo sacudieron Hollywood. Las historias de cientos de mujeres que sufrieron acoso y violaciones con la promesa de un lugar en la industria se volvieron virales en redes sociales. Esta oleada de testimonios demostró que detrás del glamour del mundo del entretenimiento se habían encubierto abusos por años, y en cuestión de tiempo su impacto llegó a México. Lamentablemente, las experiencias de las mujeres que hacían cine en el país eran muy similares. A través de su nueva serie para Prime Video, La Liberación, la directora Alejandra Márquez Abella se adentra en la herida patriarcal que aún aqueja a la industria a la que pertenece.

Protagonizada por Ilse Salas, Diego Boneta, Johanna Murillo, Cassandra Ciangherotti y Ofelia Medina, la producción muestra a tres mujeres que se unen para convencer a una joven de que no haga pública su denuncia en contra de un prestigioso director de cine. Con recursos como el humor negro, la sátira, saltos temporales y números musicales, Márquez Abella busca jugar con las expectativas de la audiencia para que su fuerte mensaje trascienda más allá de la pantalla. “Yo creo que la comedia es una herramienta poderosa porque baja las defensas del espectador. Me parece que oscilar entre tonos, como irte de la comedia al drama es un reflejo de la vida. Uno puede tener epifanías hasta en el Oxxo, es así de ridículo de pronto, y para mí tratar de emular los procesos mentales y emocionales es un reto, es lo que el cine y televisión le aportan a mi vida”, dice la cineasta en entrevista con EL PAÍS.

De acuerdo con la mexicana, el guion surgió a raíz de las conversaciones que ha tenido con sus amigas desde que surgieron los primeros señalamientos del MeToo. ”Siempre pasaban como a puerta cerrada, nadie se atrevía a decir del todo lo que pensaba públicamente, y en esas conversaciones había mucha polémica, muchas dudas, muchas opiniones encontradas y yo siempre pensaba, ¿cómo sería llevar esto a la pantalla? Siempre me ha preocupado hacer contenidos desde la experiencia femenina, ampliando la visión que ha sido exclusivamente masculina en los medios, y pues con ganas también de ser autocrítica”, reflexionó.

Una de las figuras más enigmáticas de La Liberación es el personaje de Diego Boneta, quien sale del territorio que le es familiar para interpretar a la encarnación del patriarcado en sus diferentes facetas. “Primero, cuando leí los siete guiones, me dio terror porque es un personaje que representa al patriarcado. Después de platicarlo con mi hermana, que es socia en nuestra casa productora, me hizo darme cuenta de que es algo mucho más grande que mis miedos y que esto es una causa sumamente importante”, expresó el actor.

El antes y después del MeToo en México

La trayectoria de Ofelia Medina comenzó a finales de la década de los 60, cuando en el cine mexicano apenas se incluía a un puñado de mujeres en los procesos creativos y de producción. Sin embargo, la actriz ha notado un cambio significativo en los últimos 10 años y se muestra optimista ante el panorama de la industria en el futuro. “En el cine que me tocó hacer en el principio casi no había mujeres, estaba Matilde Landeta que era la única directora, estaba Gloria Schoemann que hacía edición, estaban Maryse Sistach y Berta Navarro, y hoy día la producción cinematográfica de México maravillosamente es principalmente femenina. En estos 10 años ha habido este surgimiento de la visión de la mujer, porque el cine mexicano solo veía lo que los hombres veían, lo que los directores veían, y desde su punto de vista. Ahora podemos ver en la pantalla de manera artística el punto de vista femenino, y no estamos en competencia, pero creo que la manera de abordar la temática femenina es más profunda”, cuenta la ganadora del premio Ariel de Oro.

Aunque movimientos sociales como el MeToo han puesto a las mujeres en el centro de la conversación, y han permitido la creación de espacios seguros y protocolos contra la violencia machista en los lugares de trabajo, aún hay resistencia por parte de sectores conservadores. “La respuesta a estos despertares ha sido brutal, están apareciendo voces de oposición, estamos viendo pensamientos y unas posturas políticas tan arcaicas, tan del medievo, que es abrumador. Por eso creemos que es necesario seguir teniendo estas conversaciones, seguir cuestionándonos y seguir convocándonos entre mujeres para ver cómo avanzamos”, añade Johanna Murillo, otra de las protagonistas de La Liberación.