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El fantasma de la quiebra acecha a más de 5.000 empleados de Interjet

Los trabajadores de la aerolínea han bajado los brazos tras cuatro meses sin recibir salarios. La empresa enfrenta una crisis financiera y operativa agravada por la pandemia

Karina Suárez
Trabajadores de la aerolínea Interjet en una protesta el viernes pasado en Guadalajara.
Trabajadores de la aerolínea Interjet en una protesta el viernes pasado en Guadalajara.Francisco Guasco (EFE)

La aerolínea mexicana Interjet vive sus horas más bajas tras el estallamiento de huelga que declararon los trabajadores sindicalizados el pasado viernes. Tras cuatro meses sin recibir salarios, ni el pago de aguinaldo ni fondo de ahorro los más de 5.000 empleados de la aerolínea mexicana decidieron bajar los brazos en señal de protesta para exigir a la empresa el cumplimiento de sus derechos laborales. A partir de este viernes los trabajadores sindicalizados han cesado sus actividades y han tomado bajo su resguardo los bienes de la empresa, entre los que figuran cinco aeronaves.

La huelga ha sido uno de los capítulos más álgidos que enfrenta la aerolínea mexicana que ha venido acumulando problemas en los últimos meses. Al desplome de ingresos por la crisis del coronavirus se suma la deuda de alrededor de 20 millones de dólares que tiene con el fisco mexicano y la falta de liquidez para hacerle frente. En plena crisis interna, la familia Alemán cedió el control de la aerolínea a Alejandro del Valle, sin embargo, el cambio de timón no logro frenar los despidos, el impago de nóminas y la debacle operativa: desde el 11 de diciembre la aerolínea suspendió todos sus vuelos.

“El 31 de diciembre nos dieron una quincena a todos los trabajadores generales y como que dijimos ‘a lo mejor sí nos van a pagar lo demás’, pero pues no, no nos dieron nada más. Yo siento que la aerolínea ya estaba un poco mal desde antes y lo del coronavirus pues la acabó”, afirmó un empleado de Interjet quien prefirió omitir su nombre por temor a represalias. Él trabajaba en la aerolínea en la zona de carga y descarga de equipaje. Ahora, junto a una docena de compañeros, hace guardia las 24 horas tras las banderas rojinegras instaladas en los mostradores del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

El hombre, oriundo de Guerrero, aseguró que han sido meses de preocupación y coraje para él y su familia por lo que no tuvieron más opción que apoyar la propuesta del sindicato de bajar los brazos. La Sección 15 de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), que representa a los empleados de la aerolínea, informó el pasado viernes de que un 62% de sus agremiados votaron a favor del paro laboral. “Con la huelga se buscará preservar los pocos o muchos bienes que tenga la compañía para poder liquidar o cobrar los legítimos derechos de los trabajadores como son salarios, prestaciones e indemnizaciones”, señaló el sindicato a través de un comunicado. Hasta el momento, la empresa no ha emitido ninguna declaración sobre la protesta de sus trabajadores.

A 72 horas de haber estallado la huelga, una docena de trabajadores permanece en los mostradores para evitar que las autoridades federales quiten sus banderas rojinegras del aeropuerto capitalino. Las insignias de huelga de Interjet apenas están a unos metros de distancia del espacio ocupado por los extrabajadores de Mexicana, la aerolínea que fue declara en quiebra en 2014. El fantasma de la quiebra de esta compañía preocupa también a los empleados de Interjet que aún esperan llegar a una negociación con los nuevos inversionistas de Interjet.

Danilo Carmona, quien trabajó hasta agosto en el área de optimización de ingresos, recuerda que de un día a otro la empresa pasó de ganar de 50 millones de pesos al día a solo 3 millones derivado de la crisis del coronavirus. El extrabajador, de 31 años, advierte de que sin personal la aerolínea está a un paso de la quiebra tras este estallamiento de huelga. “Hay mucho pesimismo, muchos de los compañeros se sienten defraudados y ven difícilmente que puedan recuperar algo de su dinero”, asegura.

En Monterrey, Roberto Díaz Trejo, de 40 años, aún espera que Interjet le pague el equivalente a su liquidación y el fondo de ahorro tras ser despedido en abril pasado. Ahora que los trabajadores se han ido a huelga el panorama se ha tornado más sombrío para este empleado. “Ya no nos van a pagar lo que nos deben, ni a los que nos corrieron, ni a los que nos salimos mucho menos a ellos. A mí me debían entre 35.000 y 37.000 pesos. Nada nos dieron. No se vale que nos hayan hecho esto, en las oficinas ya nadie nos contesta”.

Díaz Trejo laboraba como personal de tierra y se encargaba de la limpieza de los aviones durante las noches. Con la reducción de rutas aéreas el corporativo tomó la decisión de cerrar su departamento en el Estado. A la cancelación de rutas siguió el desmantelamiento de su flota: en menos de dos trimestres la aerolínea pasó de tener 68 aeronaves a solo siete, según los datos de la Agencia Federal de Aviación Civil.

Además de las demandas laborales, la aerolínea también enfrenta numerosas quejas de clientes que han sido afectados por la cancelación de rutas sin previo aviso. El sitio web de la empresa está sin servicio desde hace días mientras las quejas de usuarios se acumulan a través de las redes sociales. Solo el año pasado, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recibió más de 1.500 quejas de consumidores contra Interjet. El organismo emitió en diciembre una alerta sobre el riesgo de establecer relaciones comerciales con la aerolínea tras advertir “una reducción significativa de su flota aérea, la suspensión de rutas, cancelaciones recurrentes de sus vuelos y la falta de liquidez para mantener una mínima capacidad operativa respecto del pago de combustible”.

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Sobre la firma

Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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