Carlos Slim dobla su apuesta por la explotación de ‘oro negro’
El magnate de las telecomunicaciones anunció este año inversiones en proyectos petroleros en Campeche y Tabasco por más de 650 millones de dólares
De las torres de telecomunicaciones a las profundidades del golfo de México. El hombre más rico de México, Carlos Slim, ha sacado la cartera en este último tramo del año para ir en la búsqueda del ‘oro negro’. Esta semana su empresa, Grupo Carso, dio a conocer la compra, por 530 millones de dólares, del 50% del capital de los campos petroleros Ichalkil y Pokpch, localizados frente a las costas del Estado de Campeche. Esta transacción se suma al desembolso por 125 millones de dólares que en mayo pasado anuncio el grupo industrial para hacerse de una parte del yacimiento Zama, localizado frente a las costas de Tabasco.
La compra se hizo a otra familia célebre de millonarios mexicanos: los Bailléres, quienes ganaron en 2016, en pleno auge de la reforma energética del entonces presidente Enrique Peña Nieto, la licitación para explorar junto a la estadounidense Fieldwood Energy estos yacimientos hasta 2041. La compañía de Slim, Grupo Carso, realizará la operación a través de su empresa subsidiaria Zamajal, que adquirirá el 100% del capital social de Petrobal Operacines Upstream, firma que detenta 50% de la participación accionaria en los dos yacimientos marinos.
El área a explorar abarcará unos 58 kilómetros cuadrados en aguas someros del golfo de México. Desde 2022, los campos petroleros Ichalkil y Pokpch están activos. Su producción actual de 16.350 barriles diarios de crudo equivalente, según sus directivos, la inversión para el desarrollo de estos campos este año ascendió a 200 millones de dólares.
Tras dar a conocerse la noticia en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), el presidente Andrés Manuel López Obrador celebró la megacompra de Grupo Carso porque considera que los hidrocarburos a extraer quedarán en manos de mexicanos. “Nosotros tenemos resuelto el problema para lo que consumimos de petróleo, pero hacia el futuro si se añaden 40,000 barriles que ya están produciendo los particulares y que puedan producir 40, 50, 200,000 barriles más y si son mexicanos mejor, para no depender de la compra a extranjeros”, afirmó.
Este no es el único movimiento que el magnate y dueño de Telcel y Telmex ha dado a favor del petróleo. En mayo pasado, Grupo Carso compró, por 125 millones de dólares, el 49,9% de la participación de Talos México, subsidiaria de Talos Energy, que a su vez detenta el 17,4% en el megayacimiento Zama. Pemex tiene una participación mayoritaria en el proyecto, que recibió la aprobación reglamentaria en junio y se prevé que represente alrededor de 10% de la producción total de petróleo de México.
Luis Miguel Labardin, experto en temas energéticos y socio del despacho Marcos y Asociados, considera que estas inversiones solo se entienden desde la confianza que el multimillonario tiene en el Gobierno. “Tiene confianza en que los gobiernos de Morena van a respetar los contratos con la Comisión Nacional de Hidrocarburos. Particularmente él, que parecería tener influencia en los altos niveles del Gobierno. En cuanto a lo fundamental, los campos son buenos y tendrán buenos rendimientos, si son adecuadamente desarrollados”, comenta.
Aunque la apuesta de Grupo Carso en el sector petrolero se ha doblado con estos millonarios desembolsos, la incursión del magnate en la actividad tiene unos 15 años. Además de su participación a través de Zamajal, el empresario tiene experiencia en fabricación de plataformas marinas, Jack Ups y en perforación terrestre y marina.
El apetito del empresario en el sector energético no se limita al petróleo. Carso Energy ha firmado un convenio con la eléctrica estatal, la CFE, para la construcción de un gasoducto que llegará a Mexicali, Baja California. El ducto tendrá una longitud de 416 kilómetros y será una continuación del gasoducto Samalayuca – Sásabe, propiedad del magnate. La presencia de Slim en el sector energético también se ha extendido a la generación de energía, incluyendo la inversión en plantas de cogeneración, que permiten el aprovechamiento de residuos de procesos industriales para generar electricidad y calor.
A sus 83 años, el magnate mexicano está lejos del retiro. A través del entramado de compañías en el sector de telecomunicación, construcción, minería, turismo, servicios y ahora en el sector de la energía, los negocios del ingeniero egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México sigue en ascenso. De acuerdo con el índice de multimillonarios de Bloomberg, Slim ha ganado este año unos 27.000 millones de dólares, una ganancia que le ha llevado a amasar por primera vez en su vida más de 100.000 millones de dólares.
Con una fortuna de esas dimensiones no es de extrañar la proximidad del magnate en los proyectos más relevantes del Gobierno federal ni su cercanía con el presidente López Obrador. En reiteradas ocasiones, el mandatario ha agradecido el apoyo en las obras de su Administración, por ejemplo, la terminal aérea de Tulum o el banderazo de salida del Tren Interoceánico.
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