Los tres candidatos a la presidencia de México se han enfrentado este domingo en el primer debate de cara a las elecciones del próximo 2 de junio. Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez han presentado sus propuestas sobre salud, educación, transparencia, combate a la corrupción, mujeres y discriminación. A lo largo de dos horas, los candidatos han contestado las preguntas de los moderadores, han intercambiado ataques y han contrastado los dichos de unos y otros. Pero, ¿quién ha ganado el debate? Los analistas de EL PAÍS Viri Ríos, Salvador Camarena, Gabriela Warkentin, Vanessa Romero Rocha, Javier Risco, Javier Garza Ramos y Antonio Ortuño dan su opinión.
Viri Ríos: "Ganó Claudia Sheinbaum"
Sin caer en provocaciones, disciplinada y enfocada en su mensaje, Claudia Sheinbaum se mostró como una mujer presidencial, profesional, calmada y segura. Acentuó sus logros como jefa de Gobierno, su mensaje de continuidad y su apoyo a los más pobres. Xóchitl Gálvez asestó duros golpes, pero se le vio demasiado a la defensiva, enojada, lanzando acusaciones y a veces hasta insultos. Gálvez incluso termina con la bandera al revés. Jorge Álvarez Máynez hizo un gran trabajo como debatiente transmitiendo jovialidad e ideas frescas.
Salvador Camarena: "Nada para nadie"
Xóchitl Gálvez logró en algunos momentos que Claudia Sheinbaum dejara el tono sobrio y borrara la sonrisa. Éxito parcial de la hidalguense, a pesar del barato histrionismo de calificar a su adversaria de fría y falta de corazón. Sin embargo, la capitalina se recompuso, al tiempo que la opositora se desdibujaba. Y ahí es donde se le fue a Gálvez su oportunidad: si ya había sacado de quicio a la candidata seria, le tocaba a ella mostrarse capaz de esa seriedad; en cambio, frente a demasiadas preguntas la opositora cantinfleó o de plano fue superficial. Nada para nadie sería una forma de concluir el balance del primer encuentro de los candidatos presidenciales 2024.
Gabriela Warkentin: "Ganó Sheinbaum porque los otros candidatos fueron muy malos"
Muy mal el formato y muy mala la calidad de producción, dirán que es lo que menos importa y yo diría que es lo que más importa. Porque un buen formato y una buena producción ayudan a que fluya el debate. Lamento mucho que el INE haya retrocedido en materia de formatos. Me sorprendió muchísimo que Xóchitl Gálvez llegara tan tiesa y descolocada, parecía no estar consciente de que la cámara estaba encima de ella. Veía sus papeletas, se le notaba poco concentrada, se notaba muy nerviosa. Perdió la oportunidad de enganchar algunos golpes importantes que podían descolocar a la candidata oficialista. Jorge Álvarez Máynez, con una extraña sonrisa que incomodaba todo el tiempo, parecía jugar un papel extraño de pasador de pelotas, de atacar de un lado y del otro sin estar muy claro para qué está en esa contienda, tiene poco para aportar. Claudia Sheinbaum jugaba un poco de local, se le notaba un poco más tranquila, no por ella misma, si no por lo mal que lo estaban haciendo los otros dos. Ganó Sheinbaum, no porque haya sido mejor, sino porque los otros fueron infinitamente malos.
Vanessa Romero Rocha: "Ganó la candidata puntera"
Si usted (al igual que yo) valora los debates como plataformas para el intercambio de ideas y la manifestación de las diferencias políticas entre candidatos, concederá que la candidata de la izquierda (visto de frente), ha demostrado ser la contendiente más destacada, llevándose a casa la victoria en la mano. Por el contrario, si durante el debate usted sació su morbo agasajado con los —infructuosos— ataques opositores propinados a Sheinbaum por Gálvez, es probable que otorgue la victoria a esta última. En ese caso, también es dable pensar que su decisión de voto ya estaba tomada desde antes con carácter irrevocable. Los números permanecerán inmutables. Cuando hay que preguntar quién ganó un debate, lo más seguro es que lo haya hecho la puntera. Esta noche no fue la excepción.
Javier Risco: "Al final nadie noquea"
La gran perdedora de este debate ha sido la audiencia, víctima de un encuentro aburrido, confuso y sin propuestas claras. La gran mayoría -y con toda razón- le echará la culpa a la torpeza del INE, a una producción fallida, a preguntas seleccionadas que más bien fueron comentarios. En la arena política, los debates son como una pelea de box, si al final nadie noquea, si existe alguna duda de quién ganó, la que lleva la ventaja es la que levanta el brazo. ¿Gálvez tiró a Sheinbaum? No. Más que suficiente para que las cosas (o los números porcentuales) sigan como están, eso sí con una sonrisa inexplicable de Álvarez Máynez de fondo.
Javier Garza Ramos: "Claudia Sheinbaum salió mejor librada"
Claudia Sheinbaum fue quien salió mejor librada. Era la que tenía más que perder y se mantuvo gracias a no caer en provocaciones, pero se veía incómoda al tener que defender cuestionamientos del actual gobierno, particularmente los casos de corrupción, por eso sus constantes pivotes a su gestión en la Ciudad de México. Xóchitl Gálvez era la que más necesitaba ganar y no le alcanzó, ya sea por falta de preparación o por el nerviosismo que transmitía. Apostó por señalamientos contra el presidente López Obrador, pero Sheinbaum no mordió el anzuelo. Jorge Álvarez Máynez le apostó a presentar una tercera opción con sus referencias a la vieja política, y aunque en algunos momentos fue quien tuvo las propuestas más concretas, era muy difícil superar la percepción de una contienda entre dos candidatas.
Antonio Ortuño: "No creo que nadie haya ganado el debate"
No creo que nadie haya ganado el debate, en el sentido de inclinar masivamente el voto en su favor, y en especial el de los posibles indecisos. Los discursos rondaron las posturas de sobra conocidas de cada cual. Predominaron las muletillas (“No tienes corazón”, “Cuando fui jefa de gobierno”, “La vieja política”) y los ataques personales, y escasearon las propuestas de fondo. Para el espectáculo puede ser muy divertido que los aspirantes crucen descalificaciones y se sorrajen laminitas, pero un formato de debate como el que vimos no tiene mayor utilidad para un elector interesado en las propuestas. Lo mejor del debate, de lejos, fueron los memes.
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