Infodemia de tremendismo
Los lectores reclaman más moderación y mesura ante tanto titular superlativo
Las dramáticas consecuencias de la pandemia se han traducido en una acumulación sin precedentes de titulares aciagos que cansan a bastantes lectores. Son veraces, pero sobre hechos lógicos y previsibles en medio de nuevas olas de contagios y sus respectivas restricciones. Por eso, los lectores piden más mesura y menos tremendismo al presentar una realidad ya suficientemente cruda.
Solo en el último mes y medio, conceptos superlativos como “el mayor”, “el peor”, “récord”… se agolpan en unos títulos que, vistos en su conjunto, minan la ya debilitada moral de muchos. La peor semana de esta ola cierra con 3.067 muertos (6 de febrero); Enero cierra como el peor mes de la pandemia desde la primera ola (el mismo día); La venta de coches sufre su peor caída en un mes de enero (2 de febrero); España afronta lo peor de la tercera ola amenazada por la cepa británica (24 de enero); Los días más duros en los hospitales de algunas comunidades autónomas serán iguales o peores que en la pasada primavera (24 de enero); Los hospitales ya están peor que en la segunda ola (19 de enero); El turismo cierra su peor año en medio siglo (28 de diciembre).
El lector Tomás Muñoz Campos me escribió el 2 de enero: “Vengo leyendo desde el comienzo de la pandemia el tremendismo de los titulares. ¿Podríamos ser más comedidos?” Desde ese día, ha debido ver varios títulos de esos que critica. Sanidad notifica 61.422 nuevos casos, el mayor incremento en un fin de semana (11 de enero); España sufre la mayor incidencia de la pandemia (15 de enero); La economía de EE UU sufrió en 2020 la mayor caída desde la II Guerra Mundial (29 de enero); La pandemia asesta el mayor golpe al comercio desde 2012 (30 de enero); La economía de la UE sufre su mayor caída desde su fundación (3 de febrero); Las autonomías disparan la deuda al mayor nivel en una década (5 de febrero); Sanidad notifica 909 muertos, récord en fin de semana desde abril (9 de febrero); La Atención Primaria se enfrenta a una saturación continua.
El lector Francesc Joan Santonja Pastor también me escribió a comienzos de año para quejarse de ese elevado tono y mencionó algún ejemplo más: La pandemia destruye 360.000 empleos en 2020 y acaba con seis años seguidos de recuperación (5 de enero); Enero destruye 218.953 empleos y el paro sube en 76.216 personas en plena tercera ola del virus (2 de febrero); España fue el país que más empleo destruyó en la primera mitad del año (septiembre). Razona Santonja: “¿Enero, España o la pandemia pueden ser destructores de empleo? Habrá que hacer un esfuerzo para modular el lenguaje”.
Miguel Jiménez, director adjunto, responde: “Por un lado, es difícil encontrar el equilibrio que permita satisfacer a la vez a lectores que están ávidos de información sobre la pandemia de la covid y sus consecuencias sanitarias, económicas y sociales con otros algo cansados de la insistencia en este asunto. Nuestro reto es tratar de ofrecer otros temas atractivos a los lectores sin dejar por ello de contar una crisis de dimensiones históricas con información veraz, completa interesante y de calidad. Por otro lado, la situación es tan excepcional que invita a titulares que pueden parecer tremendistas, pero es que lo que ha ocurrido y lo está ocurriendo es tremendo”.
Los lectores son conscientes del drama, pero varios insisten en exigir esa moderación que pidieron desde el inicio de la crisis. El 30 de abril del año pasado, me comentó Luis Garbayo: “Todos somos conscientes de la grave situación sanitaria y económica que sufrimos. Por eso mismo, necesitamos, a mi juicio, un poco de serenidad y mesura en la manera de titular y transmitir las noticias”.
Ese día de abril, la portada en la edición digital era esta: El coronavirus hunde la economía española un 5,2%, la mayor caída en casi un siglo. Con ligeras variaciones, ese mismo título se ha reiterado una y otra vez hasta este del pasado 10 de enero: La economía española se hundió un 11% en 2020, el mayor desplome desde la Guerra Civil.
Ante tantas noticias y titulares dramáticos, Dionisio Rodríguez Merino me escribió el pasado martes para agradecer al periódico que, por vez primera en muchos meses, la información sobre la pandemia no superaba ese día las tres páginas. “Nos tienen verdaderamente agotados a los lectores”, lamentaba.
Miguel Jiménez concluye: “Intentamos huir del sensacionalismo. En todo caso, pedirnos templanza, moderación y mesura es darnos un buen consejo. Trataremos de seguirlo”. El periódico respeta el Libro de estilo y no cae en ese sensacionalismo, pero, en efecto, conviene tener muy en cuenta si también los lectores lo perciben así o no.
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