Otro “accidente” de caza

Otro muerto humano a manos de cazadores. Y van… Esta vez ha sido un anciano de 87 años al que confundieron con un ciervo. Ahora que le cuenten a sus hijos que fue un accidente y a sus nietos que cazar no es matar. Igual hasta tienen prevista alguna jornada cinegética en sus colegios. Que le expliquen a su viuda que la culpa ha sido de su marido, al que jamás volverá a abrazar gracias a ellos, porque este sábado se levantó con el deseo de pasear por el monte. Y después que le vuelvan a jurar a la sociedad que son deportistas.

Ya está bien de lances de caza que empiezan en una “confusión” y terminan en un ataúd.

Julio Ortega Fraile. Barcelona

El cuento de la criada

Ya sé que Castilla y León no es el Gilead de la novela de Margaret Atwood, El cuento de la criada, afortunadamente ni se le parece, pero cuando oigo al vicepresidente Juan García-Gallardo de Vox decir lo que dice solo se me ocurre este paralelismo y me viene a la mente la frase con la que las criadas se despiden: “Con su mirada”. Esperemos que esto no vaya a más.

Juan Sempere Pallaruelo. Madrid

Esto no es normal

Los recientes datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) han confirmado que en el año 2021 más de 4.000 personas decidieron quitarse la vida. Esto significa que todos los días 11 personas toman esta decisión solo en nuestro país. La pandemia de covid-19 ha agravado aún más un hecho que ya era evidente antes: los problemas mentales son una epidemia más que constituye la verdadera pandemia de este siglo.

María Mejías Pérez. Alcorcón (Madrid)

Lo de Shakira y Piqué

Internet y la calle disfruta viendo el lanzamiento de dardos entre Shakira y Piqué. Vivimos un ambiente mediático en el que la confrontación atrae más que el entendimiento. Es lo que vende. Lo sabe bien Shakira que en su canción dice que no llora, factura. Como hijo de padres separados y enfrentados durante años, no puedo evitar pensar en los que realmente van a recibir la factura de todo esto: sus hijos. El enfrentamiento directo entre dos padres deja una herencia emocional que no se arregla ni con todos los millones del mundo. Solo deseo que sea una simple obra teatral y que de puertas para dentro ambos sean capaces de gestionar sus emociones y su ego en favor de la salud mental de sus hijos.

Alfredo Sánchez. Barcelona

Sentí vergüenza

Eran días festivos de Navidad. Chicos y grandes disfrutaban de nuestra querida ciudad, de la Plaza Mayor, con sus atracciones callejeras, sus mezclas de aromas: el olor a abetos, a calamares, a churros, anunciaba la cercanía del pasadizo de San Ginés. No faltaban los grupos de turistas japoneses, educados y limpios, como siempre, admirando esa parte de Madrid, al son de los abundantes clics de sus cámaras fotográficas. Nada podía escapar a la avidez de sus objetivos. La suciedad del pavimento, por tanto, quedaría inmortalizada. Como madrileño, fue entonces, no antes, cuando comencé a sentir vergüenza por la porquería que alfombraba nuestras calles.

Félix Jiménez Fernández. Madrid