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ANATOMÍA DE TWITTER
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Guillem Agulló, el crimen de una generación

El 30 aniversario de la muerte de un joven antifascista a manos de un neonazi en la población castellonense de Montanejos es recordada en las redes

Guillem Agulló padre muestra una foto de su hijo, asesinado por la extrema derecha, en una imagen de archivo.
Guillem Agulló padre muestra una foto de su hijo, asesinado por la extrema derecha, en una imagen de archivo.J. Jordán
Ferran Bono

Guillem Agulló i Salvador fue un joven valenciano izquierdista, antifascista, antirracista e independentista. No lo ocultaba. Fue también un excelente nadador. Llegó a estar preseleccionado para las Olimpiadas de Barcelona en 1992. Un año después, murió a consecuencia del navajazo que le asestó en el corazón el neonazi Pedro Cuevas en la población castellonense de Montanejos, durante unas vacaciones de Semana Santa. Tenía 18 años.

El pasado martes se cumplieron 30 años de aquel asesinato que conmocionó a la sociedad por muchos motivos. Las redes sociales y Twitter, en particular, han recordado estos últimos días aquel crimen, pero el nombre de Guillem Agulló ya se evocaba con anterioridad: cada vez que las crónicas mencionaban cómo el fuego amenazaba con entrar en la deslojada Montanejos en los últimos días de marzo. Esta localidad de turismo termal, rodeada de los parajes naturales de gran belleza que han sobrevivido a las llamas, estará siempre unida al nombre de Guillem Agulló, al menos para una parte de la generación con la que debía haber envejecido.

El autor de la muerte del chaval de Burjassot fue condenado a 14 años de prisión por homicidio, pero salió a los cuatro por buen comportamiento. El tribunal entendió que fue una pelea juvenil, sin implicación política. No fue considerado un crimen político a pesar del relato de los testimonios que escucharon cómo Cuevas y sus cuatro amigos, militantes de la ultra Acción Radical, entonaron el Cara al sol tras su muerte, ni de las pruebas que apuntaban a amenazas previas contra el joven.

En 2005, Cuevas fue detenido de nuevo en la denominada Operación Pánzer contra la organización neonazi Frente Antisistema. La Guardia Civil se incautó de un lanzagranadas, escopetas de cañones recortados, revólveres, bolígrafos pistola, puños americanos, además de esvásticas. La Audiencia de Valencia absolvió a los 18 acusados al declarar la “nulidad” de las intervenciones telefónicas.

En todo este tiempo, los padres de Guillem Agulló han sufrido múltiples amenazas: llamadas telefónicas, burlas, pintadas de cruces gamadas... , Guillem, jódete se convirtió en una ominosa pancarta, una provocación de la extrema derecha valenciana. La familia, no obstante, ha mostrado una gran dignidad y ha incidido en que han ganado el juicio del tiempo, además de advertir sobre el riesgo del auge de la extrema derecha.

A todo ello se refieren los numerosos tuits y las informaciones publicadas. La cuenta en Twitter La Lluita Continua #Guillem, con más de 6.300 seguidores, ha contribuido a mantener la memoria viva, así como la publicación de diversos libros, la organización de conciertos, el estreno de películas o documentales o el acto celebrado el pasado martes en Burjassot. “Ni oblit ni perdó” (ni olvido ni perdón) es el lema más repetido. La mayoría son en catalán y proceden de organizaciones y personas próximas a Guillem y a su ideología. “Tal dia com avui de fa 30 anys els feixistes assassinaren Guillem Agulló. Ni oblit ni perdó! D’intentar esborrar-lo [borrarlo], en Guillem s’ha convertit en un símbol de llibertat”, rememora un comentario. Un tuitero fuera del ámbito lingüístico catalán apunta: “¡Joder! Pero es que da igual que fuese un asesinato político. No puede salir tan barato matar a alguien. No puede valer tan poco la vida de una persona”. También hay quien cuestiona que fuera un crimen político y quien pregunta qué pasa por ETA.

El presidente de la Generalitat valenciana, el socialista Ximo Puig, también envió un tuit: “Guillem Agulló hui tindria 48 anys. Però el fanatisme violent li va furtar [robar] la vida, hui fa 30 anys. Guillem Agulló: un símbol que el poble valencià mai [nunca] ha d’oblidar”. Le contestan varios tuiteros: alguno muestra su agradecimiento, otros le reprochan que hable de fanatismo violento y no de fascismo de “raíz españolista” y también hay quien le critica por estar “siempre viviendo del pasado y sacando lo pasado”, entre otra variada casuística que, como suele ocurrir, no guarda relación directa con el motivo del mensaje.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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