Diente de ajo
¿A qué huelen la Comunitat Valenciana o la de Extremadura? Sin duda, allí habrá políticos excelentes del Partido Popular llenos de sentido común dispuestos a llevar la política por cauces dialogantes, pero por mucho que se esfuercen, ya huelen a ajo, ya saben a Vox
El ajo es un condimento de gran potencia que suele ser muy apreciado en la cocina mediterránea y en la de Oriente Próximo, pero su uso requiere tener un estómago bien preparado; de hecho, si a sus reflujos se le aplicara una cerilla ese aliento tan cargado podría convertirse en un lanzallamas. Existen en nuestra cultura culinaria partidarios y detractores de este bulbo, hasta el punto que Europa se divide en dos, una con ajo y otra sin ajo. Más allá de sus propiedades gastronómicas e incluso terapéuticas lo más característico es su olor y su sabor, que para unos son estimulantes y para otros son pestilentes e insoportables. A cualquier plato elaborado con los más diversos y exquisitos ingredientes, basta con añadirle un diente de ajo para que todo el guiso huela y sepa a ajo. Su sabor se apodera del entorno y se instala en el paladar de todos los comensales. Lo que sucede con el ajo en la cocina sucede exactamente igual con Vox en la política. Basta con que una autonomía o ayuntamiento permita que Vox entre a formar parte del gobierno para que todo huela y sepa a Vox. No solo porque las propuestas de su programa son las más detonantes, radicales, extremas en su sustancia sino también por la forma de proclamarlas, con ese aire desafiante de falangista con el pecho desabrochado. ¿ A qué huelen la Comunitat Valenciana o la de Extremadura?. Sin duda, allí habrá políticos excelentes del Partido Popular llenos de sentido común dispuestos a llevar la política por cauces dialogantes, pero por mucho que se esfuercen, ya huelen a ajo, ya saben a Vox. Si el Partido Popular necesita la ayuda de Vox para alcanzar la mayoría absoluta en las próximas elecciones generales toda España va a oler a Vox. En una relación de pareja el nivel siempre lo marca el de abajo, en este caso el propietario de un condimento político tan fuerte, extremo y determinante como es el ajo.
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