Defensa de nuestro acento
Los lectores escriben sobre la discriminación lingüística, el racismo en España, el sabotaje de una bodega en Valladolid y la mala fe
¿Se imaginan que a Michael Robinson no le hubieran dado el trabajo de comentarista deportivo por el acento inglés que tenía hablando castellano? ¿Se imaginan que a Carlo Ancelotti le hubiera pasado lo mismo en el Madrid por su acento italiano? Pues es lo que le ha sucedido a un profesor gaditano que ha sido rechazado en una academia por su acento andaluz. Como si el acento fuera una prenda de quita y pon. Como si el andaluz fuera un idioma distinto al español. Ya está bien de tratar nuestro acento de esta manera. Acento tenemos todos, y todos son válidos. Nunca he escuchado una crítica al acento vasco, ni al gallego, ni al catalán. Mucho menos al madrileño, que también tiene lo suyo.
Mario Suárez. Pilas (Sevilla)
Soy negra de Burgos
Ser mujer negra en la sociedad que me ha visto crecer es una condena a recibir “elogios” de señores sobre lo “guapa” que soy y lo bien que domino su idioma. Ellas, por su parte, no se contienen por falta de prejuicios, sino porque han aprendido a no hablar muy alto. Pero su mirada blanca me basta. Yo también he aprendido. Vosotros me habéis enseñado. Sin embargo, tomo como ejemplo aquellos que decidieron quedarse en su patria tras el genocidio como acto de rebeldía. Reivindico mi identidad: soy negra, y sí, soy de Burgos.
Perla Rodríguez Rodríguez. Burgos
Robo en una bodega
Aunque no me afecta personalmente (ni siquiera bebo vino), la noticia del vino que habían derramado deliberadamente en una bodega en Valladolid me ha indignado. Sea lo que sea lo que haya pasado entre el propietario y el intruso, no tiene justificación un hecho tan malicioso, que demuestra falta de respeto por trabajo duro y recursos naturales y que podría destruir una existencia financiera. Solo puedo esperar que el propietario estuviera bien asegurado y que las autoridades encuentren a la persona responsable de ese acto.
Carina Klassen. Frankfurt (Alemania)
Los culpables son otros
Condenamos el narcotráfico asesino, pero seguimos usando la droga como parte de nuestro ocio. Defendemos a los agricultores, pero queremos que bajen los impuestos que les permiten existir con cierta dignidad. Defendemos a los agricultores, pero buscamos siempre el producto más barato posible por encima de como se haya producido. Qué bueno es vivir pensando que la culpa de lo injusto la tiene siempre otro y yo no puedo hacer nada. Qué bello es vivir cuando siempre hay malos, ajenos a mí, culpables de todo.
Pablo de Vera. Madrid
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