Soy joven, no tonta
Los lectores escriben sobre los prejuicios de los adultos, la salud mental, la progresiva desaparición del pequeño comercio, el uso de los fondos Next Generation y la crispación política
Resulta tan cansado, sobre todo en vacaciones, escuchar lo mismo de siempre... Adultos que se creen que conocen y saben de nuestra realidad comentan: “No sabes hacer otra cosa que estar con el móvil”, “en mis tiempos jugábamos a cosas y nos divertíamos” y una retahíla de frases por el estilo, en comidas familiares, principalmente. Para empezar, ellos no utilizaban las pantallas porque no existían. Me molesta que se crean superiores cuando seguramente hubiesen hecho lo mismo. Se aborda mal el problema, pero es que no todos los jóvenes somos iguales. Tengo 20 años y muchas veces siento que esas recriminaciones por parte de adultos que sugieren que somos inútiles afectan a cómo nos percibimos nosotros mismos y potencian una barrera generacional todavía más difícil de paliar.
Marta Pérez de las Bacas Sánchez. Murcia
“Ir a terapia”
Buena parte de las veces que veo en internet alguna referencia a “ir a terapia” es para hacer chistes sobre el tema. Yo no quiero contar ningún chiste. Hoy se cumplen exactamente siete años y medio de mi primer intento de suicidio. Seguramente lo habría terminado consiguiendo si no hubiese podido “ir a terapia”. Qué importante es sentir que alguien nos escucha y qué poco lo valoramos cuando estamos bien.
Sandra del Hoyo Calleja. Vitoria
El pequeño comercio
La aparición de grandes cadenas y el desarrollo del comercio online han ejercido una presión significativa sobre el pequeño comercio, que se enfrenta a un desequilibrio, ya que no puede competir en términos de precios o de alcance. Para muchas empresas, la situación es insostenible, y su desaparición, inminente. Como sociedad deberíamos sensibilizarnos con el comercio de toda la vida, el más cercano y el que está a pie de calle, antes de que sea demasiado tarde.
María Arroyo. Alella (Barcelona)
Next Generation
Siempre pensé que estos fondos eran para el desarrollo digital, ecológico o social de una Europa avanzada, pero nunca para obras municipales. Por ejemplo, en Madrid se está renovando desde hace más de seis meses la plaza de Olavide —que, personalmente, creía que estaba en buen estado—, y en ese tiempo muchos negocios han padecido una dificultad enorme para desarrollar su actividad. Pero en Madrid parece que lo importante es hacer muchas obras por intereses no contados en vez de dedicar ese dinero a la enseñanza, la salud o el bienestar de todos, no de unos pocos.
Cesar Moya Villasante. Madrid
Crispación política
La actual política de crispación trae como consecuencia que objetivos urgentes y fundamentales se vean menguados. Se trata de buscar por todos los medios, reales o supuestos, los errores del adversario y someterle a un desgaste que le impida gobernar, utilizando además un lenguaje soez, ofensivo, indigno de personas que deberían ser ejemplo de ponderación y diálogo. No es de extrañar que la ciudadanía encuentre en esos comportamientos un camino abonado para la desafección política.
Manolo Romasanta Touza. Sigüeiro (A Coruña)
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