Otro martes salvado
Mis rutinas contribuyen al mantenimiento del orden de este mundo para que no se acabe


Me visto igual que escribo: de izquierda a derecha. Meto en la camisa primero el brazo zurdo y luego el diestro, y sigo el mismo recorrido con la ropa interior y los pantalones, así como con los calcetines y los zapatos. Es mi contribución personal al mantenimiento del orden de este mundo. Aquel martes, sin embargo, después de haber introducido los pies en los zapatos, fui instintivamente a atarme los cordones del derecho antes que los del izquierdo. Me detuve, confuso, frente a este movimiento inconsciente. ¿Qué estaba pasando?
Recordé entonces el sueño del que me acababa de arrancar el despertador y en el que yo era árabe. Solo logré rescatar eso: que era árabe. Los árabes, pensé, escriben de derecha a izquierda, de modo que el automatismo respecto a los cordones de los zapatos tenía algún sentido, así que me dejé llevar y até antes los del derecho que los del izquierdo para guardar cierta armonía entre mi yo de la vigilia y el del sueño. Al salir a la calle, pasé cerca de un establecimiento de loterías en el que un anuncio recomendaba que jugáramos con responsabilidad. Decidí intentarlo e hice una apuesta de tan solo dos euros y medio. La lotera se extrañó, porque sabe que soy un poco ludópata.
— Es que —le expliqué— estoy tratando de hacerlo todo con responsabilidad para que el mundo no se acabe.
La dimensión árabe no me abandonó en toda la jornada. Se trataba de una instancia perteneciente al sueño, pero es que yo llevaba el sueño dentro de la vigilia como viaja una fruta dentro de su cáscara. Estaba despierto y dormido a la vez. Atravesé las horas en ese estado insólito sin que sucediera ninguna desgracia a mi alrededor, lo que me confirmó en la idea de que había hecho bien alternando la escritura relativa a la vestimenta de izquierda a derecha con la de derecha a izquierda. Además, me tocaron en el Euromillones 12 euros que volví a jugar con responsabilidad. Otro martes a salvo, en fin.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
