Covax: nuestra mejor oportunidad para vencer a la covid-19
Es comprensible que muchos países consideren la salud y el bienestar económico de sus propios ciudadanos como la máxima prioridad. No obstante, nadie estará a salvo hasta que todos lo estemos
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Los primeros suministros de vacunas del mecanismo de Acceso Mundial a las Vacunas para la Covid-19 (Covax) a Ghana, Nigeria y Costa de Marfil trajeron una luz de esperanza a los países africanos que se encuentran ansiosos por empezar a inmunizar a sus poblaciones contra la enfermedad. Pero, si bien Covax está aumentando los suministros, su misión de proporcionar acceso rápido, justo y equitativo a las personas de todo el mundo se ve amenazada por los países ricos que ordenan más dosis de las que necesitan. Este preocupante desequilibrio mundial en la distribución de las vacunas podría frenar la recuperación de África, así como también podría prolongar la pandemia.
Covax es la mejor oportunidad que tiene a disposición la humanidad para evitar ese escenario. Nunca antes toda la población había necesitado, simultáneamente, una vacuna contra la misma enfermedad, y Covax está permitiendo una colaboración transcendental para afrontar el desafío, reuniendo a los gobiernos, las organizaciones mundiales dedicadas a la salud, al sector privado y a los científicos, así como también a muchos otros asociados para desarrollar, fabricar y administrar estas inmunizaciones.
En última instancia, mediremos el éxito de este cometido sin precedentes a lo largo de varios años, incluso a lo largo de varias décadas. Pero, el mecanismo Covax ya está encaminado hacia suministrar 2.000 millones de dosis a países de todos los niveles de ingresos en el año 2021; además, este mecanismo cuenta con la cartera más diversa y activamente gestionada de investigación y desarrollo para la inmunización en el mundo. El objetivo es garantizar que las poblaciones más vulnerables queden protegidas hacia finales de este año.
Y, sin embargo, los países en desarrollo deben competir con los países ricos, algunos de los cuales han ordenado suministros suficientes para vacunar a sus poblaciones muchas más veces de las necesarias. La Unión Africana (UA), por el contrario, ha ordenado vacunas para solo el 38% de la población del continente, e incluso si los países quisieran obtener más, los suministros no están disponibles de inmediato. Algunos países incluso temen que los fabricantes se centren en cumplir los acuerdos bilaterales con países ricos, en lugar de entregar dosis a Covax.
Los temores vinculados a las demoras en el suministro pueden estar contribuyendo a los esfuerzos que realizan las autoridades africanas para obtenerlas en otros lugares. La UA ha establecido el Equipo Africano de Adquisición de Vacunas (AVATT), una plataforma para que los países del continente realicen pedidos anticipados. Rusia ha ofrecido 300 millones de dosis de su Sputnik V para su compra a través de AVATT, pero no está claro cuándo se podrían entregar o a qué precio. Entretanto, algunos gobiernos están aplicando acuerdos bilaterales. Sudáfrica ha pagado 5,25 dólares estadounidenses por dosis de la vacuna Oxford-AstraZeneca, más del doble del precio que pagan los países europeos. Zimbabue está utilizando la vacuna Sinopharm china, y las autoridades sanitarias de Nigeria han anunciado que están en conversaciones con Rusia e India para adquirir producto.
Si bien los costes de muchos de estos acuerdos bilaterales no están claros, se están llevando a cabo fuera del ámbito del mecanismo Covax, el mismo que está comprometido a negociar el precio más asequible.
Covax puede tener éxito como un mecanismo central para garantizar un acceso equitativo, pero no alcanzará dicho éxito si los países van tras la consecución de sus propios intereses o se ven obligados a obtener dosis de otras maneras. Además, algunos parecen estar utilizando las dosis de inmunización para lograr fines políticos. Si bien la Unión Africana ha demostrado su liderazgo al establecer el AVATT, se debe continuar con la coordinación con el Covax para evitar duplicar o socavar los esfuerzos colectivos.
Los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades han fijado la meta de vacunar al 35% de la población de África en 2021
Al mismo tiempo, el propio Covax debería centrarse en el suministro de volúmenes más elevados a los países de ingresos bajos y medianos, incluidos los países africanos. Actualmente, el plan tiene por objeto proporcionar dosis de vacunas a por lo menos el 20% de las poblaciones de esos países hasta finales del año 2021, que es un porcentaje inferior al deseado por muchos gobiernos africanos. Los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades han fijado la meta de vacunar al 35% de la población de África este año, y posteriormente al 60%, cifra que es consistente con los objetivos fijados por los países de mayores ingresos.
Covax, en último término, se propone suministrar a los países de ingresos bajos y medianos hasta 1,8 mil millones de dosis en el año 2021, dependiendo esto de la financiación y los suministros. Por lo tanto, los gobiernos africanos deberían alinear sus esfuerzos con Covax para garantizar el cumplimiento de estos objetivos. Ello ofrecería las mayores posibilidades respecto a poner fin a la pandemia lo antes posible, garantizando al mismo tiempo la transparencia y el rigor en materia de la seguridad de las vacunas.
Cuanto más tiempo se tarde en vacunar a la población africana, mayor será el riesgo de que surjan nuevas variantes del coronavirus que puedan volver a amenazar al mundo
Finalmente, el propósito de Covax es permitir un acceso equitativo a las vacunas. Hacer esperar a África es injusto e imprudente. Si bien la cantidad total de casos es mucho mayor en Europa y Estados Unidos, la necesidad que tiene África en cuanto a proteger a los trabajadores de primera línea y a otros grupos vulnerables no es menos urgente. Cuanto más tiempo se tarde en vacunar a la población de la región, mayor será el riesgo de que surjan nuevas variantes del coronavirus que puedan volver a amenazar al mundo.
Es comprensible que muchos países consideren la salud y el bienestar económico de sus propios ciudadanos como la máxima prioridad. No obstante, nadie estará a salvo de la covid-19 hasta que todos lo estemos. Covax sigue siendo nuestra mejor herramienta para expandir la protección que brindan las vacunas, y los gobiernos de los países ricos y pobres, por igual, tienen la obligación de dar su apoyo a este mecanismo.
Oyeronke Oyebanji es profesional de la salud pública y miembro de Aspen New Voices 2021, coordinadora de estrategias de la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias y miembro de la Oficina de Coordinación de Estrategias del Mecanismo Covax.
Traducción del inglés: Rocío L. Barrientos. Copyright: Project Syndicate, 2021.
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