La UE suspende su financiación a la OMS en Congo por los abusos sexuales durante el ébola
Bruselas exige garantías de sanción y mecanismos de protección después de que más de 83 mujeres hayan denunciado coerciones y violaciones por parte de trabajadores humanitarios
La Comisión Europea ha suspendido temporalmente su apoyo financiero a los programas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la República Democrática del Congo (RDC), según ha desvelado Reuters este jueves. La medida, adoptada el pasado 7 de octubre, se produce tras la publicación el mes pasado de una investigación interna de la propia OMS llevada a cabo por una agencia independiente que revelaba que al menos 83 trabajadoras contratadas durante la epidemia de ébola de 2018-2020 en el noreste de la RDC, un cuarto de ellas por la OMS, habían sufrido abusos sexuales, coerción y violaciones por parte de sus superiores.
La Comisión Europea comunicó su decisión, que solo afecta a los programas de la OMS en marcha en la RDC, pero no en otros países, el pasado 7 de octubre a través de una carta dirigida a la agencia de Naciones Unidas en la que muestra su “enorme preocupación” por la “magnitud de los hallazgos” revelados por la investigación. El montante afectado se eleva a unos 20,7 millones de euros, según Reuters. “Esperamos de nuestros socios que tengan sólidos mecanismos para prevenir estos inaceptables incidentes así como que actúen decididamente en este tipo de situaciones”, manifestó la Comisión Europea a la citada agencia de prensa.
Las autoridades comunitarias han pedido también a la OMS la obtención de garantías de que las víctimas han recibido protección y han sido indemnizadas; detalles del proceso de contratación de personal llevado a cabo por la OMS en el Congo, incluido la verificación de antecedentes; prueba de las acciones llevadas a cabo para evitar que los presuntos perpetradores de abusos vuelvan a ser contratados por Naciones Unidas u organizaciones humanitarias y una revisión independiente de la asunción de responsabilidades dentro de la OMS “por la negligencia en el tratamiento de las denuncias y evidencias”.
Bruselas ha dado un plazo de 30 días a la OMS para obtener una respuesta y posteriormente se dará otro mes para decidir si retoma los pagos a esta agencia de la ONU o, por el contrario, confirma la suspensión de su financiación durante otros 30 días. Mientras tanto no transmitirá fondos a ninguna nueva actividad de la organización sanitaria mundial en la RDC.
En septiembre, tras la publicación de los resultados de la investigación interna, la OMS reconoció que 21 de sus trabajadores eran sospechosos de haber cometido estos abusos sexuales, extorsiones y violaciones, y admitió que había otros 62 posibles perpetradores. Por todo ello, el director general de la OMS, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió perdón a las víctimas, admitió los fallos en el sistema de contratación y control y anunció que pondría en marcha mecanismos para que no volviera a ocurrir.
La semana pasada, la OMS hizo público un plan de reformas internas para prevenir este tipo de abusos sexuales y coacciones entre el personal contratado para emergencias humanitarias, lo que va a suponer, según la propia organización, “una profunda transformación” de la manera de proceder de la OMS al respecto. La doctora Gaya Gamhewage, directora de prevención y respuesta ante la explotación sexual, abusos y acoso de esta agencia, aseguró la semana pasada que la OMS trasladó a las autoridades nacionales congolesas las denuncias de violación y que remitió las 83 denuncias de abusos a investigadores de Naciones Unidas en Nueva York para la adopción de medidas.
Sin embargo, a juicio de la organización AIDS-Free World estas decisiones son insuficientes. Paula Donovan, codirectora de esta organización que combate la impunidad en casos de abusos sexuales de los trabajadores de Naciones Unidas, aseguró a raíz de la publicación de este plan que, en realidad, la OMS no estaba persiguiendo como debía a la mayoría de los presuntos perpetradores. “Esto es un gran paso atrás”, dijo Donovan en un comunicado, “la OMS está tratando docenas de presuntos crímenes violentos cometidos por su propio personal y altos funcionarios como simples infracciones de las normas de la ONU. Si los gobiernos permiten que Naciones Unidas se salga con la suya, será una sólida victoria sólida para la impunidad en la ONU. Todo el proceso refuerza la falsa idea de que el personal de la ONU y los altos funcionarios están por encima de la ley”, dijo.
La doctora Gamhewage aseguró a Reuters a comienzos de esta semana que más mujeres habían presentado nuevas denuncias tras la publicación del informe el mes pasado, en el que se incluye, por ejemplo, la presunta violación a una menor de 14 años por parte de un chófer de la OMS. “Cuanto más investigamos, más casos aparecen (…). Esta es una señal de que los sistemas que nos gustaría tener están comenzando a funcionar. Hemos escuchado a través de la red interna de la agencia que hay más denuncias en Goma”, aseguró la alta funcionaria. “El informe de la comisión independiente y los testimonios de las víctimas y supervivientes son un mensaje para todas las agencias de Naciones Unidas, no solo para la OMS, que nos dice que algo está fallando en el sistema (…) estamos todos conmocionados”, remató.
El primer aviso de los gravísimos hechos ocurridos en Congo durante la epidemia de ébola de 2018-2020 llegó hace más de un año, en septiembre de 2020, cuando una investigación publicada en The New Humanitarian reveló que más de 50 mujeres habían sido objeto de explotación sexual por parte de trabajadores de la OMS y otras organizaciones humanitarias. Según las denunciantes, hombres que trabajaban para estos organismos les propusieron mantener relaciones sexuales a cambio de trabajo o les rescindieron el contrato si se negaban. Algunas de ellas, que trabajaban como cocineras, limpiadoras o agentes de salud, fueron agredidas en oficinas y hospitales e incluso encerradas en habitaciones donde fueron violadas. Al menos dos de ellas quedaron embarazadas.
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