2024: la oportunidad de la inteligencia artificial para transformar el mundo
El autor, cofundador de la Fundación Bill y Melinda Gates, cree que comienza una nueva era en la que la tecnología nos da motivos para mirar al futuro con optimismo
Este texto es un extracto de la carta anual de Bill Gates, copresidente de la Fundación Bill y Melinda Gates, y fundador de Breakthrough Energy, publicada originalmente en inglés en The Gates Notes.
Cuando piense en 2023, ¿cómo lo recordará?
Para mí, este será siempre el año en que fui abuelo. Será un año en que pasé un tiempo valiosísimo con mis seres queridos, ya fuera en la cancha de pickleball o jugando a Catan. Y 2023 marcó también la primera vez que usé la inteligencia artificial para trabajar y para otros fines serios, no solo para perder el tiempo y crear parodias de letras de canciones para mis amigos.
Este año hemos podido vislumbrar cómo la IA definirá el futuro, y ahora que 2023 toca a su fin, pienso más que nunca en el mundo que van a heredar los los jóvenes de hoy. En mi carta del año pasado, escribí que la perspectiva de ser abuelo me hacía reflexionar acerca del mundo en el cual iba a nacer mi nieta. Ahora pienso más en el mundo que va a heredar y en cómo será dentro de unas décadas, cuando su generación esté al mando.
Y puedo empezar a imaginarlo: las herramientas que usará, los medios por los cuales estará en contacto con sus seres queridos, los problemas que todas esas innovaciones ayudarán a resolver… Hoy tenemos una idea más clara de los tipos de tareas que la IA podrá hacer por sí misma, y de aquellos en los cuales actuará más bien como copiloto. Y vemos más claramente que nunca hasta qué punto la IA puede usarse para mejorar el acceso a la educación, la atención de salud mental y mucho más. Me motiva trabajar para asegurarme de que esa tecnología ayude a reducir (en vez de multiplicar) las terribles desigualdades que vemos en todo el mundo. Siempre he creído firmemente en el poder de la innovación para que todos los niños y niñas dispongan de las mismas oportunidades de sobrevivir y prosperar. Y la IA no es una excepción.
Se me parte el corazón ante el sufrimiento incesante de israelíes y palestinos, lo mismo que de los habitantes de Sudán
Los primeros años de una nueva era suelen estar marcados por numerosos cambios. Si tiene la edad suficiente, piense en los inicios de Internet. Al principio, probablemente no conocía a muchas personas que lo usaran, pero con el tiempo se fue popularizando hasta que, un día, nos dimos cuenta de que la mayoría de la gente tenía ya direcciones de correo electrónico, compraba cosas en línea y usaba buscadores para responder a sus preguntas.
Pues hoy nos encontramos justo al inicio de una transición similar. Es un momento emocionante y confuso, y si aún no sabe cómo sacar el máximo partido a la IA, sepa que no está solo. Yo creía que este año iba a usar herramientas de IA para las revisiones estratégicas de la Fundación (que requieren leer cientos de páginas de informes que una IA podría resumir con gran precisión); pero las costumbres son testarudas y, al final, acabé preparándolas como siempre.
Por supuesto, la IA no es ni mucho menos el único elemento definitorio de 2023. Millones de personas siguen experimentando un dolor insoportable como consecuencia de la guerra de Rusia contra Ucrania, y por las secuelas de la guerra de Etiopía. Se me parte el corazón ante el sufrimiento incesante de israelíes y palestinos, lo mismo que de los habitantes de Sudán. Al mismo tiempo, cada vez son más las personas afectadas por los fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más frecuentes, a causa del cambio climático. Y familias de todo el mundo siguen sufriendo las crueles consecuencias del aumento de la inflación y de la desaceleración económica.
Vivimos tiempos difíciles, desde luego, pero yo sigo viendo el futuro con optimismo
Vivimos tiempos difíciles, desde luego, pero yo sigo viendo el futuro con optimismo. La innovación nunca había evolucionado tan rápido. Estamos logrando grandes avances en problemas complejos (como el Alzheimer, la obesidad o la anemia drepanocítica) que mejorarán la vida de millones de personas. Mi difunto amigo Hans Rosling solía decir que “las cosas pueden ir mal y, al mismo tiempo, estar mejorando”. Es un buen recordatorio de que el progreso no solo es posible, sino que ocurre cada día.
Gracias a mi trabajo, tengo la fortuna de poder mantenerme al día acerca de cómo está mejorando el mundo. Los retos que enfrentamos parecen mucho menos desalentadores cuando uno sabe exactamente qué se necesita para abordarlos. En esta carta compartiré algunas de las razones de mi optimismo respecto al el año que empieza: espero que les sirvan para compartir conmigo la ilusión ante todo el progreso que nos depara el futuro.
El desarrollo en innovación está a punto de dispararse gracias a la IA
Mi trabajo siempre se ha basado en una idea central: la innovación es la clave del progreso. Por eso fundé Microsoft; y por eso Melinda y yo creamos la Fundación Gates hace más de dos décadas.
Es gracias a la innovación que nuestras vidas mejoraron tanto en el último siglo. Desde la electricidad y los coches hasta la medicina y los aviones, la innovación nos ha dado un mundo mejor. Hoy somos mucho más productivos gracias a la revolución informática. Y las economías más prósperas avanzan con el impulso de industrias innovadoras que evolucionan para satisfacer las necesidades de un mundo cambiante.
Pero mi historia preferida empieza con una de mis estadísticas preferidas: desde el 2000, el mundo ha reducido a la mitad el número de niños y niñas que mueren antes de cumplir los cinco años.
¿Y cómo lo logramos? En gran medida, gracias a la innovación. Los científicos idearon nuevas formas de producir vacunas con mayor rapidez y a menor costo, pero igual de seguras. Desarrollaron nuevos mecanismos de administración de vacunas muy eficaces en los lugares más remotos del mundo, lo cual permite llegar a más niños y niñas. Y crearon nuevas vacunas que protegen a niños y niñas de enfermedades mortales como el rotavirus.
En un mundo con recursos limitados, hay que encontrar la forma de maximizar el impacto. La innovación es la clave que permite sacar el máximo partido a cada dólar gastado. Y la inteligencia artificial está a punto de acelerar hasta una velocidad sin precedentes el ritmo con el cual hacemos descubrimientos.
Desde el 2000, el mundo ha reducido a la mitad el número de niños y niñas que mueren antes de cumplir los cinco años
Una de las principales repercusiones hasta la fecha es la creación de nuevos fármacos. El descubrimiento de medicamentos requiere analizar cantidades ingentes de datos, y ese es un proceso que las herramientas de IA pueden acelerar de manera considerable. Algunas compañías ya están trabajando en medicamentos contra el cáncer desarrollados de esta forma. Pero una prioridad clave de la Fundación Gates en materia de IA es garantizar que estas herramientas aborden también problemas de salud que afectan desproporcionadamente a los más pobres del mundo, como el sida, la tuberculosis y la malaria.
Impresiona ver cuánta creatividad se está poniendo sobre la mesa. He aquí una pequeña muestra de algunas de las cuestiones más ambiciosas que se están explorando en la actualidad:
● ¿Puede la IA combatir la resistencia a los antibióticos? Los antibióticos tienen una capacidad de acabar con las infecciones poco menos que mágica, pero si se usan con demasiada frecuencia, los patógenos pueden aprender a ignorarlos. Es lo que se conoce como resistencia a los antimicrobianos (RAM), un fenómeno que constituye un grave problema en todo el mundo, especialmente en África, donde se registran las mayores tasas de mortalidad por RAM. Nana Kofi Quakyi, del Aurum Institute de Ghana, trabaja en una herramienta basada en inteligencia artificial que ayuda a los profesionales de salud a prescribir antibióticos sin contribuir a la RAM. La herramienta examinará toda la información disponible (incluidas las directrices clínicas locales y los datos de vigilancia sanitaria relativa a los patógenos en situación de riesgo de desarrollar resistencia en la zona) y sugerirá el fármaco, la dosis y la duración de tratamiento más adecuados.
● ¿Puede la IA ofrecer un tutor personalizado para cada alumno? Las herramientas educativas de IA que se están probando en la actualidad son increíbles, ya que se adaptan a cada alumno. Algunas (como Khanmigo o MATHia) ya son extraordinarias a día de hoy, y no harán más que mejorar en los próximos años. Una de las cosas que me entusiasma de este tipo de tecnologías es la posibilidad de adaptarlas a cada alumno, viva donde viva. Por ejemplo, un equipo de Nairobi está trabajando en Somanasi, un tutor basado en la IA que se ajusta al plan de estudios de Kenia. El nombre significa “aprender juntos” en suahili, y el tutor virtual se ha diseñado teniendo en cuenta el contexto cultural de modo que resulte familiar a los estudiantes que lo usen.
● ¿Puede la IA ayudar a tratar los embarazos de alto riesgo? Cada dos minutos muere una mujer durante el parto. Es una estadística espeluznante, pero tengo la esperanza de que la IA pueda ayudar. El año pasado escribí un artículo sobre cómo las ecografías por IA podían ayudar a identificar los riesgos perinatales. Este año me entusiasmó conocer a algunos de los investigadores de ARMMAN, que esperan usar la inteligencia artificial para mejorar el pronóstico de las mamás primerizas en la India. Algún día, su gran modelo lingüístico servirá de copiloto para el personal de salud que trata embarazos de alto riesgo. El modelo puede usarse tanto en inglés como en telugu, y lo mejor es que se adapta de forma automática al nivel de experiencia de la persona que lo usa, ya sea una enfermera que acaba de empezar o una comadrona con décadas de experiencia.
● ¿Puede la IA ayudar a las personas a evaluar su riesgo de contraer el VIH? Para muchas personas, hablar con un médico o una enfermera sobre sus antecedentes sexuales puede resultar incómodo. Pero esa es una información vital para evaluar el riesgo de contraer enfermedades como el VIH y prescribir tratamientos preventivos. Un nuevo chatbot sudafricano pretende facilitar la evaluación del riesgo de contraer el VIH. El bot actúa como un consejero imparcial y sin prejuicios, capaz de proporcionar asesoramiento las 24 horas del día. Sophie Pascoe y su equipo lo están desarrollando pensando específicamente en las poblaciones marginadas y vulnerables, que a menudo, cuando buscan atención preventiva, enfrentan el estigma y la discriminación. Sus hallazgos sugieren que este innovador enfoque puede ayudar a un mayor número de mujeres a comprender su propio riesgo y a tomar las medidas necesarias para protegerse.
● ¿Puede la IA facilitar el acceso de todo el personal de salud a la información médica? Al tratar a un paciente crítico, es importante poder acceder de forma rápida a su historial médico para saber, por ejemplo, si es alérgico a un determinado medicamento o si tiene antecedentes de problemas cardíacos. En lugares como el Pakistán, donde muchas personas no tienen un historial médico documentado, esto supone un gran problema. El equipo de Maryam Mustafa está trabajando en una aplicación móvil de voz que podría facilitar enormemente la creación de historiales médicos por parte del personal de salud materna en Pakistán. La aplicación hace una serie de preguntas sobre el paciente y usa las respuestas para llenar un historial médico estándar. La idea es que proporcionar más datos al personal médico permitirá mejorar los resultados de los embarazos en el país, que se encuentran entre los peores del mundo.
Este tipo de proyectos tienen un largo camino por delante. Habrá que superar obstáculos importantes, como hallar la forma de ampliar el alcance de los proyectos sin sacrificar la calidad, o de proporcionar un acceso adecuado al backend para garantizar que sigan siendo funcionales a lo largo del tiempo. Pero soy optimista y creo que los resolveremos. Y, la verdad, ver a tantos investigadores pensando ya en cómo desplegar todas esas nuevas tecnologías en países de ingresos bajos y medios resulta sumamente inspirador.
En los países de ingresos altos, como Estados Unidos, faltan entre 18 y 24 meses para que el uso de la IA entre la población general alcance niveles significativos
La salud mundial puede enseñarnos muchas cosas sobre cómo lograr que la IA sea más equitativa. La lección principal es que el producto debe adaptarse a las personas que van a usarlo. La aplicación relacionada con los historiales médicos que he mencionado es un buen ejemplo: en Pakistán lo habitual es que las personas se envíen notas de voz en lugar de mensajes de texto o correos electrónicos; así pues, tiene sentido crear una aplicación que, en lugar de tener que introducir largas instrucciones usando el teclado, se base en comandos de voz. Y el proyecto se está diseñando directamente en urdu, con lo cual no habrá problemas de traducción.
Si hoy invertimos de forma inteligente, la IA puede hacer del mundo un lugar más equitativo, reduciendo o incluso eliminando el desfase entre el momento en que el mundo rico tiene acceso a una innovación y el momento en que lo hace el mundo pobre.
Si tuviera que hacer una predicción, diría que en los países de ingresos altos, como Estados Unidos, faltan entre 18 y 24 meses para que el uso de la IA entre la población general alcance niveles significativos; en los países africanos intuyo que veremos un nivel de uso comparable en unos tres años. El desfase sigue existiendo, pero es mucho menor que el que hemos visto con otras innovaciones.
A las puertas de un esperadísimo avance contra la malnutrición
A menudo me preguntan qué elegiría si pudiera resolver un solo problema. Y mi respuesta es siempre la misma: la malnutrición. Es la mayor desigualdad del mundo en términos de salud y afecta a uno de cada cuatro niños. Si no recibes una alimentación nutritiva suficiente durante los primeros dos años de vida, no te desarrollas de forma adecuada, ni física ni mentalmente. Combatir la malnutrición puede ayudarnos a reducir uno de los principales factores que contribuyen a la mortalidad infantil.
Las causas de la malnutrición son mucho más complejas que la simple falta de alimentos. Hace unos 15 años, los investigadores empezaron a poner el foco en las bacterias que viven en el intestino (conocidas como el microbioma) tras constatar que algunas vacunas orales infantiles, como la de la poliomielitis, eran menos eficaces en lugares con altos índices de malnutrición. Parecía que algo impedía su correcta absorción.
Esa sospecha se confirmó en 2013, cuando el biólogo Jeff Gordon publicó un estudio histórico sobre el microbioma de gemelos de Malaui. Reveló que el microbioma no es solo una consecuencia de la salud, sino un factor determinante. Esa fue la primera gran pista de que, si lográbamos transformar el microbioma intestinal, podríamos reducir la tasa de malnutrición.
En los últimos diez años hemos aprendido más cosas acerca del microbioma intestinal que en los mil años anteriores. Descubrimos, por ejemplo, que las bacterias que viven en el intestino pueden encontrarse en un estado disfuncional y causar inflamación, y que esa circunstancia impide la absorción de nutrientes. Y descubrimos también que el microbioma intestinal mejora mucho más si se interviene a tiempo
Se están llevando a cabo ensayos de fase 3 con un suplemento de la bacteria B. infantis en polvo que puede agregarse a la leche materna
Una de las primeras bacterias intestinales que aparecen en el desarrollo humano se llama B. infantis. Dicha bacteria ayuda a descomponer los azúcares de la leche materna en nutrientes que el cuerpo necesita para crecer. Y, a su vez, la leche materna proporciona alimento a la B. infantis y a todo el microbioma intestinal. Es un círculo virtuoso. Pero si de buen principio un bebé no dispone de una cantidad suficiente de bacterias B. infantis, es posible que no absorba los nutrientes de la leche materna necesarios para favorecer el crecimiento de otras bacterias intestinales imprescindibles.
Y ese es un déficit casi imposible de superar. Puedes tener acceso a todos los alimentos nutritivos del mundo, y no servirá de nada. Si tu intestino se desvía antes de tiempo de su ruta de crecimiento, puede que nunca recuperes la capacidad de absorber todos los nutrientes que necesitas.
Pero ¿y si pudiéramos dar B. infantis como suplemento probiótico a los lactantes en riesgo? ¿Podríamos intervenir lo bastante pronto para encaminarlos?
Eso es justamente lo que una serie de socios de la Fundación llevan años investigando, y por fin estamos cerca de encontrar una respuesta. Se están llevando a cabo ensayos de fase III con un suplemento de B. infantis en polvo que puede agregarse a la leche materna. En el estudio participan 16,000 bebés de cinco países, y los investigadores están haciendo un seguimiento de cada uno de ellos para asegurarse de que el probiótico es inocuo y eficaz.
Los resultados hasta ahora son asombrosos: el microbioma de los bebés que toman este probiótico alcanza ese estado positivo que les permite crecer y desarrollar todo su potencial. Esta podría ser una herramienta tremendamente útil para prevenir la malnutrición.
Al tiempo que se llevan a cabo los ensayos clínicos, los socios de la Fundación también están trabajando para reducir el costo de producción. Es esencial que probiótico sea asequible para que pueda usarse de forma generalizada en los países de ingresos bajos, donde las tasas de malnutrición son más elevadas.
El siguiente paso es (esperemos) una aprobación regulatoria más amplia y una producción a mayor escala, de alta calidad y confiable. Soy optimista en cuanto a las investigaciones en curso para desarrollar formatos alternativos, como una versión líquida que podría administrarse directamente a los lactantes, sin necesidad de mezclarla con la leche materna. También me fascina la posibilidad de mejorar el microbioma intestinal incluso antes de que el bebé nazca. Tratar las inflamaciones uterinas puede tener beneficios adicionales para la mujer, la placenta y el feto en desarrollo.
¿Qué pasaría si las futuras mamás pudieran tomar un suplemento probiótico que tuviera efectos positivos para el intestino de sus hijos? Se trata de una investigación muy incipiente y aún no está claro cómo serían exactamente estos medicamentos bioterapéuticos vivos, ni tampoco cómo se administrarían, pero los estudios muestran que un microbioma sano podría ayudar a los bebés a ganar cinco gramos más de peso al día durante las últimas fases del embarazo.
En la última década, el campo de la salud infantil ha avanzado más rápido que nunca y ha alcanzado cotas que no creía que llegara a ver en mi vida. Ha sido increíble ver cómo el microbioma pasó de ser algo completamente invisible a convertirse en un elemento clave para hacer frente a una de las mayores desigualdades de salud del mundo. Estoy impaciente por ver qué más aprenderemos —y cómo usaremos todos esos conocimientos para salvar vidas— durante el próximo año.
Les deseo un maravilloso año nuevo a usted y a sus seres queridos.
Bill Gates
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