Insalubres, con chinches y humedad: la crisis habitacional en Hong Kong provoca que miles de personas vivan en minúsculas “casas ataúd”
Más de 200.000 ciudadanos hongkoneses habitan en pisos subdivididos sin apenas espacio y en condiciones muy precarias. La ciudad se ha comprometido a acabar con estas infraviviendas para 2049. Mientras tanto, los inquilinos esperan años para lograr una vivienda pública
Tyrone Siu Clare Jim
Hong Kong -
Wong Chi-kong es un hombre de 76 años que paga 2.900 dólares hongkoneses (355 euros) sin gastos por un espacio de 4,6 metros cuadrados en Hong Kong. Su inodoro está justo al lado de la cama y debajo del cabezal de la ducha. Wong, que sufrió un derrame cerebral y necesita un bastón para desplazarse debido a sus problemas de visión, lleva dos años viviendo allí tras verse obligado a recurrir a la asistencia social por el aumento de los alquileres. Guarda sus pertenencias al otro lado de la cama para evitar que se mojen cada vez que se ducha, pasa sus días en casas de té y bibliotecas públicas para escapar del calor abrasador y describe el entorno que le rodea como insoportable. Al igual que otros hongkoneses en su misma situación, solo desea acceder pronto a una vivienda pública. En la imagen, posa en su habitación el 8 de agosto de 2024. Tyrone Siu (Reuters)
Como él, más de 200.000 personas en Hong Kong viven en pisos subdivididos en unidades minúsculas, insalubres, envueltas en un olor a humedad y plagadas de chinches en verano. La ciudad, considerada por 14 años seguidos la menos asequible del mundo, según una encuesta de Demographia, tiene una de las tasas de desigualdad más altas del planeta. Este grave problema de acceso a la vivienda se ejemplifica en las llamadas “casas ataúd”, unidades sin ventanas aún más estrechas que los pisos subdivididos. Con un tamaño de 1,4 a 1,7 metros cuadrados, tienen el espacio justo para dormir y guardar unos pocos enseres personales. La falta de ventilación obliga a dejar abiertas las pequeñas puertas correderas de los habitáculos, lo que niega cualquier vestigio de intimidad a sus habitantes. También comparten los baños con hasta otras 20 personas. En la imagen, del 10 de julio de 2024, un hombre fuma en el pasillo de uno de estos edificios de “casas ataúd”.Tyrone Siu (Reuters)Sum, de 72 años, posa para la fotografía en su “casa ataúd” en Hong Kong, el 15 de agosto de 2024. Este hombre, que durmió durante un año en un paso elevado en la calle, vive desde hace tres años en este espacio minúsculo, por el que paga 2.500 dólares hongkoneses (306 euros) de alquiler al mes. Un póster del Año Nuevo Chino en la puerta de su casa dice “Paz y seguridad vayas donde vayas”. En el interior, un televisor ocupa casi la mitad del espacio, que este hombre define como un refugio básico donde puede vivir en paz. Alrededor de 1,4 millones de los 7,5 millones de habitantes de Hong Kong viven en la pobreza, y el número de hogares pobres aumentó a 619.000 en el primer trimestre de 2024, lo que representa alrededor del 22,7 % del total, según la ONG Oxfam.Tyrone Siu (REUTERS)Kwok Kwai, de 65 años, se encuentra en el interior de su “casa ataúd” en Hong Kong, el 8 de agosto de 2024. Vive allí desde hace casi 15 años, paga 2.700 dólares hongkoneses (330 euros) de alquiler al mes y tiene que usar al menos cuatro ventiladores para bajar la temperatura interior en este espacio mal ventilado. Kwok, un trabajador de la construcción jubilado, no solicitó una vivienda pública porque tiene un apartamento que utilizan los miembros de su familia. Aunque describe el entorno como difícil, con problemas como ratas y temperaturas extremas, dice que el espacio es manejable y le ofrece una sensación de paz y estabilidad.Tyrone Siu (REUTERS)En octubre, Hong Kong se comprometió a adoptar nuevas leyes que establecieran normas mínimas de espacio y seguridad para los pisos subdivididos, en los que cada residente vive en una superficie de unos seis metros cuadrados de media. “Queremos regular para que el mercado ofrezca pisos que consideremos razonables y habitables”, declaró John Lee, jefe del Ejecutivo autónomo.
La ciudad pretende eliminar los pisos subdivididos para 2049, un objetivo establecido en 2021 por el máximo responsable de China en Hong Kong. Pekín considera que los problemas de vivienda son un grave problema social que contribuyó a alimentar las protestas masivas contra el Gobierno en 2019. Sin embargo, las “casas ataúd” han quedado fuera de estas regulaciones. Tyrone Siu (REUTERS)La ONG Society for Community Organization (SoCO) ha pedido que la nueva normativa se extienda también a estas “casas ataúd”. “Este tipo de viviendas son la vergüenza de Hong Kong”, dijo el subdirector de SoCO, Sze Lai-shan. Por su parte, la Oficina de la Vivienda declaró que el Departamento de Asuntos Internos toma medidas estrictas contra los apartamentos sin licencia. En la imagen, Coco Au yace en su ‘ataúd’ en Hong Kong, China, el 10 de julio de 2024.
Tyrone Siu (REUTERS)En la fotografía, una vista de los edificios residenciales en el barrio de Mong Kok, donde se encuentran muchas de estas “casas ataúd”, el 22 de julio de 2024. Los pisos subdivididos y las “casas ataúd” suelen estar situados en edificios residenciales viejos en zonas comerciales antiguas, lo que permite a los residentes acceder a sus lugares de trabajo y escuelas a un precio asequible. Tyrone Siu (REUTERS)Una voluntaria de SoCO se agacha frente a una de estas “casas ataúd”, que tiene una altura de menos de 0,7 metros, para distribuir alimentos y vales de supermercado, el 8 de agosto de 2024. Las autoridades de Hong Kong planean aumentar la oferta de viviendas públicas para acortar los tiempos de espera, que ahora son de hasta cinco años y medio, y afirman que han identificado terrenos más que suficientes para construir 308.000 viviendas en la próxima década. El problema habitacional en Hong Kong es el principal punto de la agenda del gobierno, explicó la Oficina de la Vivienda en un comunicado a la agencia Reuters, y añadió que está “decidida a erradicar las unidades subdivididas que no cumplen con los estándares”. Tyrone Siu (REUTERS)Chan, de 45 años, posa junto a su compartimento de unos 0,9 metros por 1,8 metros, en Hong Kong, el 2 de julio de 2024. Lleva tres años viviendo allí, pagando 2.100 dólares hongkoneses al mes (256 euros), gastos incluidos. Actualmente, recibe asistencia social, lleva 19 años esperando una vivienda pública y describe el espacio como estrecho y con chinches como el principal problema. Chan ha considerado la posibilidad de una vivienda de transición, pero considera que muchos lugares están demasiado alejados, y afirma que el gobierno debería proporcionar más viviendas públicas para reducir los tiempos de espera. Desde julio de 2022, unos 49.000 solicitantes han sido alojados en viviendas públicas de alquiler, y se han puesto a disposición alrededor de 18.400 unidades de vivienda de transición para el alojamiento inmediato y a corto plazo, añadieron desde la Oficina.Tyrone Siu (REUTERS)Xiao Bo, de 60 años, posa para una foto en su apartamento subdividido en Hong Kong, el 9 de julio de 2024. Esta mujer jubilada y dependiente de las ayudas del Gobierno, lleva tres años en el apartamento, que eligió por el bajo alquiler, ya que no puede permitirse otra vivienda. Describe el espacio como pequeño e incómodo, sin recuerdos especiales, solo dolorosos, pero dice que aun así se siente como en casa. Tyrone Siu (Reuters)