Por qué construir ciudades accesibles e inclusivas es esencial para el futuro de nuestras comunidades
Organizaciones de personas con discapacidad y mayores se organizan para reivindicar urbes habitables para todos, también para ellos
La urbanización es una de las tendencias globales más importantes del siglo XXI. Hoy, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades y el 15% de ellas son personas con discapacidad. Actualmente, hay más personas de 60 años que niños de cinco años. Para 2050, el 70 % de la población mundial vivirá en comunidades urbanas, incluidos más de 2. 000 millones de personas con discapacidad y mayores (este último grupo representará el 21 % de la población total).
A medida que las poblaciones crecen y envejecen rápidamente, es esencial que los planes y políticas de urbanización respondan a los derechos y necesidades de las personas mayores y con discapacidad. El objetivo es abordar los riesgos, prevenir crecientes desigualdades y garantizar que se cumplan las obligaciones establecidas por la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD), así como reconocer sus contribuciones a sus familias, barrios y países. Estas comunidades se ven privadas recurrentemente de sus derechos por aspectos como el acceso limitado al transporte público; barreras arquitectónicas que dificultan su movilidad; falta de espacios y servicios (como ausencia de baños accesibles o falta información en braille o audio, por ejemplo) que limita su participación en la sociedad; aislamiento social por falta de infraestructuras o discriminación y estigmas generalizados hacia las personas con discapacidad.
Para 2050, el 70 % de la población mundial vivirá en comunidades urbanas, incluidos más de 2 .000 millones de personas con discapacidad y mayores
Construir un futuro inclusivo y accesible para todos solo puede lograrse promoviendo y adoptando políticas, servicios, infraestructuras y productos urbanos inclusivos y sostenibles que funcionen y faciliten la vida a todas las personas. Los modelos de planificación urbana inclusiva de Curitiba (Brasil), los sistemas de transporte para mejorar la accesibilidad en México, o las soluciones móviles para personas con discapacidad visual en Bangalore (India) son buenos ejemplos de ello.
La accesibilidad es un derecho y una condición previa para que las personas con discapacidad y mayores participen en la vida de sus comunidades. Accesibilidad significa garantizar que tengan acceso al entorno físico que les rodea, al transporte, a información como material de lectura, a la tecnología de la comunicación y a todos los demás sistemas en igualdad de condiciones con los demás.
Si las ciudades y los gobiernos locales no están concienciados y formados en materia de accesibilidad, es posible que sigan adoptando estrategias, políticas y programas que pueden reforzar las barreras existentes y crear nuevos problemas de accesibilidad en lugar de salvar las diferencias y contrarrestar la marginación y la exclusión de las personas con discapacidad.
Codirigido por los grupos constituyentes de personas mayores y personas con discapacidad de la Asamblea General de Socios, la Unión Mundial de Ciegos y World Enabled, el Caucus de Accesibilidad es una alianza que incluye a representantes de organizaciones de personas con discapacidad y de personas mayores, redes, asociaciones y aliados estratégicos. Trabajan colectivamente para abogar por la accesibilidad y la inclusión en el diseño urbano y exigir responsabilidades a los gobiernos locales y regionales.
Accesibilidad significa garantizar que las personas con discapacidad y mayores tengan acceso al entorno físico que les rodea, al transporte, a información y a todos los demás sistemas en igualdad de condiciones
Parte de los objetivos que promueve el Caucus es asegurar la participación de estas personas en todas las etapas de desarrollo, implementación y seguimiento de programas, políticas y prácticas. También recomiendan el diseño de indicadores para medir y monitorear la inclusión y la accesibilidad, y fomentan la promoción de la coordinación interinstitucional a nivel local, regional y nacional. Para ello, es importante que los gobiernos locales y regionales lleven a la práctica el Pacto por el Futuro de la Humanidad, que se aprobó por la organización de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) en el Congreso Mundial de CGLU de Daejeon en 2022.
Asimismo, aunque muchos gobiernos han ratificado la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, persisten muchas lagunas de aplicación y falta de cumplimiento de esos derechos. No existe una Convención sobre los Derechos de las Personas Mayores y la aplicación del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento, de carácter voluntario, es escasa. Debido a ello, es preciso actuar de acuerdo con las obligaciones y responsabilidades legales de los gobiernos a todos los niveles para promover, proteger y realizar los derechos humanos para todos, incluido el derecho a la igualdad de acceso a los servicios y espacios, el derecho a vivir de forma independiente y a participar en la comunidad.
En definitiva, la accesibilidad es un derecho humano, una condición previa para la inclusión y un prerrequisito para la realización de todos los demás derechos. Reconocerlo pasa por aceptar que la accesibilidad universal es un bien público y un componente integral del Derecho a la Ciudad. Tal y como establece el párrafo octavo de las Acciones Declaradas de Katowice, que dice que “la accesibilidad para todos y el diseño universal son una parte integral de la solución a los desafíos de la urbanización, incluida la crisis urbana, y constituye el agente de la acción transformadora para un futuro urbano más equitativo”.
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