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España postula a la mano derecha de Zapatero para un alto cargo en la UE

Bernardino León se perfila como enviado especial para la ‘primavera árabe’

Miguel González

Bernardino León, secretario general de la Presidencia del Gobierno, mano derecha de Zapatero y “chico de oro del Gobierno”, como le calificaba un cable de la Embajada de Estados Unidos en Madrid filtrado por Wikileaks, prepara ya su salida de La Moncloa. España le postula como futuro enviado especial de la UE para la primavera árabe o para el Mediterráneo Sur, que es la denominación del cargo.

León no es todavía formalmente candidato. No puede serlo, pues el puesto al que aspira aún no existe, pero fuentes diplomáticas en Madrid y Bruselas dan por hecho que será la cara visible de una de las áreas prioritarias de la política exterior de la UE y consideran un éxito que un español obtenga un puesto internacional de tanta relevancia. El inconveniente es que Zapatero perderá uno de sus principales apoyos, pero el presidente está dispuesto a prescindir de él, según las fuentes consultadas, teniendo en cuenta que en el mejor de los casos solo quedan ocho meses de legislatura. En medios gubernamentales se cree que Zapatero no nombrará sustituto y que la tarea de León las asumirán los demás miembros del equipo de La Moncloa.

Para el afectado, que ocupa un cargo dirigente en el PSOE de Málaga y a quien sería difícil continuar su carrera diplomática con el PP, supondría una oportuna y brillante salida profesional.

La Alta Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad Común, Catherine Ashton, distribuyó el pasado viernes a los embajadores de los 27 socios europeos el borrador de la acción común que incluye la creación de este cargo. En las próximas semanas habrá que fijar su mandato preciso, su duración y su dotación económica, disipando las dudas de algunos socios. Entonces se abrirá formalmente el plazo de presentación de candidaturas.

La labor del futuro enviado de la UE para el Mediterráneo sur (lo que incluye también la Península Arábiga) será crucial para la política exterior de la UE, que se juega su credibilidad en la consolidación de las reformas democráticas emprendidas por países como Túnez o Egipto y el fracaso de la vía de la represión elegida por Libia o Siria. Tras haber contemporizado con los déspotas árabes so pretexto de frenar el terrorismo de Al Qaeda o la inmigración ilegal, la UE se ha visto obligada a dar un giro a su política y apostar por los procesos de democratización, los únicos que garantizan a medio plazo la estabilidad.

El papel del enviado será reforzar el protagonismo de la UE en la región, dialogando no solo con los Gobiernos sino también con la sociedad civil. Además, deberá asegurar la coordinadición de los países europeos entre sí, con EE UU y con las organizaciones multilaterales. Aunque la Comisión Europea prevé destinar a los países mediterráneos dos tercios de los 7.000 millones de euros previstos hasta 2013 para la política de vecindad, el enviado no se encargará de gestionar esta ayuda, sino de velar por la coherencia de la política europea, asegurando que todas las medidas van en la misma dirección. De ahí la ventaja de un político-diplomático como León.

Las fuentes consultadas pronostican que el cargo tendrá muchas novias, pero consideran difícil que algún otro candidato tenga la hoja de servicios de León, verdadero número dos de la diplomacia española.

Nacido en Málaga en 1964, León estuvo destinado en Liberia, Argelia, Grecia y la representación española ante la UE y fue coordinador de la Fundación Tres Culturas (Cristiana, Árabe y Judía) antes de ser nombrado secretario de Estado de Asuntos Exteriores, en 2004. Con todo, su experiencia más valiosa para el cargo es la que tuvo como jefe de gabinete de Miguel Ángel Moratinos cuando el exministro era enviado especial de la UE para Oriento Próximo.

Zapatero le llamó en abril de 2008, para intentar disipar la imagen de aislamiento internacional que dejó la cumbre de la OTAN en Bucarest (Rumanía). Ya en la Moncloa, León ha sido el artífice de la entrada de España en el G-20, uno de los mayores éxitos de la política exterior de Zapatero, y ha realizado, por encargo del presidente, numerosos viajes y gestiones discretas para captar inversores o resolver contenciosos económicos.

Fuentes gubernamentales niegan que la probable marcha de León de La Moncloa pueda interpretarse como un síntoma más de final de etapa. Aunque resulte inevitable el paralelismo con Javier Solana o el propio Moratinos, que triunfaron en la escena internacional cuando el felipismo que los catapultó ya había desaparecido en España.

Sin españoles al mando de la diplomacia europea

El nombramiento de León como enviado especial de la UE para el Mediterráneo sur, con dependencia directa de Asthon, paliaría en parte la marginación de España en la cúpula del nuevo Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), la denominada burbuja, con sede en Bruselas. Aunque su nombramiento fue fruto de un acuerdo entre Zapatero y el entonces premier laborista británico, Gordon Brown, Ashton no ha elegido ni a un español para su equipo directivo; en el que hay miembros de países con menor relevancia que España, como Irlanda, Suecia, Eslovaquia o Rumanía. La última dirección general que faltaba por cubrir, la de Asuntos Multilaterales, fue adjudicada a la candidata griega, para frustración de las dos aspirantes españolas.

Algo mejor le ha ido a España en el despliegue exterior. En la primera hornada, diplomáticos españoles se hicieron con las jefaturas de las delegaciones europeas en Argentina, Namibia, Angola y Guinea Bissau, así como el segundo puesto de la representación en China. Ello se sumó a las delegaciones de Moscú, Nueva York, Argel o Rabat, que ya ocupaban funcionarios españoles de la Comisión Europea antes de la puesta en marcha del SEAE. Ahora, España ha presentado un candidato de peso para dirigir la delegación en Nicaragua, que coordina toda la cooperación europea con Centroamérica: el embajador en Perú y ex director general para Iberoamérica, Javier Sandomingo.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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