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La mafia rusa invierte su dinero en el negocio inmobiliario español

El Tribunal Supremo condenó al mafioso ruso Zakhar Kalashov a nueve años de prisión

Zakhar Kalashov, 'El Invisible', es el jefe mafioso de más alto rango detenido fuera de Rusia y el preso más custodiado de España.
Zakhar Kalashov, 'El Invisible', es el jefe mafioso de más alto rango detenido fuera de Rusia y el preso más custodiado de España.

El pasado mes de abril, el Tribunal Supremo condenó al mafioso ruso Zakhar Kalashov a nueve años de prisión, dos más de los que le había impuesto en 2010 la Audiencia Nacional. El delito por el que fue condenado es el de blanqueo de capitales. Mientras la Audiencia Nacional no le consideraba dirigente de la organización criminal y por eso le condenó a siete años, el Supremo estimó que había pruebas suficientes para catalogar a Kalashov jefe de la organización, por lo que agravó la pena a cumplir en dos años más.

Kalashov pertenecía, según la investigación judicial abierta hace años en España, a una sociedad criminal conocida como Ladrones en la Ley, con base en Rusia y Georgia, donde perpetraban los delitos.

Según el sumario del caso, Kalashov obtenía parte de sus beneficios de negocios relacionados con dos casinos. En Georgia, que ha pedido la extradicción del mafioso para encarcelarle, se emitió una orden de busca y captura internacional contra Zakhar Kalashov por asociación mafiosa y secuestro de un ciudadano estadounidense.

Kalashov se estableció en España hace años. El dinero obtenido por sus actividades criminales en Rusia y Georgia lo invertía en la Costa del Sol en solares urbanizables, donde planeaba levantar chalés.

Para estos negocios, Kalashov creó distintas sociedades mercantiles que puso a nombre de varios testaferros, según la investigación judicial que terminó con su condena a nueve años de cárcel.

En la sentencia figuran numerosas pruebas de la relación de las empresas creadas en España por los testaferros de Kalashov con otras sociedades perseguidas en todo el mundo por sus actividades ilegales y delictivas.

Además, los testaferros a cuyo nombre puso Kalashov las sociedades para las distintas promociones inmobiliarias no pudieron acreditar el origen del dinero invertido en ellas, lo que demostraba que se trataba de blanqueo de capitales.

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