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Guardias civiles y policías plantean unirse en una única Policía Civil del Estado

La asociación del instituto armado y el sindicato policial piden un pacto de Estado de Seguridad Las organizaciones cifran en 3.000 millones de euros el ahorro que supondría

Mónica Ceberio Belaza

Saben que probablemente predican en el desierto, que su propuesta no tiene el visto bueno de sus mandos, ni del Gobierno, ni del PP y el PSOE, y que será muy difícil que prospere. Aún así, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) y la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), mayoritarios en sus respectivos cuerpos, están convencidos de su planteamiento: el sistema policial actual no funciona, está lleno de duplicidades, no es eficaz, y sería mucho menos costoso y más eficiente unificar el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil.

“Nadie es capaz de dar ni una sola explicación de por qué, en pleno siglo XXI, Valdepeñas, Gandía y Aranjuez tienen un tipo de Policía y Tomelloso, Cullera y Majadahonda tienen otro muy diferente”, argumentan. “Un solo cuerpo de policía estatal sería menos costoso para el Estado y, por lo tanto, para los ciudadanos. Además, un único cuerpo, por razones obvias, actuaría de forma más coordinada y eficaz, prestando mejor servicio a la sociedad. Hay que destacar que en la actualidad existen duplicidades de órganos y servicios en ambos cuerpos estatales (servicios de policía judicial; servicios de información y antiterrorismo; servicios de formación y perfeccionamiento…) cuya unificación provocaría un ahorro considerable”.

Cifran dicho ahorro en unos 3.000 o 4.000 millones. “Comparando con la media europea, sobran 75.000 policías en España”, indicó el secretario general de la AUGC, Alberto Moya. No plantean que se prescinda de ningún agente, sino que se dejen de cubrir las bajas y jubilaciones hasta llegar al número que realmente necesitara esta policía civil única.

Las dos asociaciones indican que, a pesar de que España “mantiene la cifra más alta de funcionarios policiales de toda Europa” (4,86 por cada 1.000 habitantes, 71.500 policías, 83.000 guardias civiles, 26.200 policías autonómicos y 70.000 locales), “tanto la Guardia Civil como la Policía tienen déficit de personal”. E insisten en que la existencia de dos cuerpos es cara e ineficaz. “España es un país donde se prefiere que se escape un choro antes de que lo detenga el otro cuerpo, y esa rivalidad va en aumento”, aseguró el secretario general del SUP, José Manuel Sánchez Fornet.

En caso de que el Estado desee mantener un cuerpo policial militar, las dos organizaciones proponen que la Guardia Civil se dedique en exclusiva a participar como fuerza de paz en conflictos internacionales y a la función de policía del Mar, Aire y Fronteras, “adaptando su despliegue a esta competencia”.

“Es una reforma drástica y somos conscientes de lo complicado que es iniciar este debate ahora”, reconoció Sánchez Fornet. “Pero el modelo actual es insostenible”. Las dos organizaciones pretenden llevar su propuesta a los partidos políticos y al Parlamento Europeo.

El proyecto incluye también que el servicio de vigilancia aduanera se integre en las estructuras policiales estatales; que Instituciones Penitenciarias asuma las funciones de vigilancia exterior en los centros penitenciarios de las que ahora se ocupan Guardia Civil y Policía Nacional; que se establezcan “cometidos claros y funciones específicas” para la policía estatal en las comunidades en las que existe una policía autonómica; que se amplíen y armonicen en todo el territorio las funciones de la policía local; y sistemas de coordinación entre los distintos cuerpos de seguridad.

El texto presentado plantea también que no deberían proliferar las policías autonómicas sino adscribirse una unidad de la policía estatal a todas aquellas que ahora no cuenten con una policía propia.

“Los partidos políticos son los que pueden plantear las iniciativas legislativas para rectificar el rumbo –costoso, anárquico, desequilibrado- que está llevando a la quiebra la seguridad de nuestro país”, indican. “Pueden existir otras alternativas [a las que ellos proponen]. Pero lo que no debería producirse es el continuismo de la situación actual”.

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Sobre la firma

Mónica Ceberio Belaza
Reportera y coordinadora de proyectos especiales. Ex directora adjunta de EL PAÍS. Especializada en temas sociales, contó en exclusiva los encuentros entre presos de ETA y sus víctimas. Premio Ortega y Gasset 2014 por 'En la calle, una historia de desahucios' y del Ministerio de Igualdad en 2009 por la serie sobre trata ‘La esclavitud invisible’.

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