González se aferra al apoyo de sus votantes potenciales
El presidente de la Comunidad cuenta con un respaldo del 58% entre los suyos, justo al revés que Gómez en el PSM
Ignacio González vivió su primer Dos de Mayo como presidente de la Comunidad de Madrid especialmente tranquilo. Pese a que la encuesta de Metroscopia publicada ayer por EL PAÍS reflejaba el desplome del Partido Popular en la región —bajaría del 51,7% de las elecciones autonómicas de 2011 al 35,2%—, el dirigente se mostró de lo más relajado y ufano durante los actos de conmemoración del 205º aniversario de la Guerra de Independencia. Ni siquiera torció el gesto cuando empleados de Telemadrid despedidos en el reciente ERE —declarado improcedente por la justicia— increparon a la tribuna de autoridades mientras pasaba revista a las tropas en la tradicional parada militar. Entre la multitud que se arremolinaba en la Puerta del Sol también se escucharon gritos esporádicos de “¡ladrones!”, “¡no nos representan!” y “¡este presidente es un delincuente!”. El sucesor de Esperanza Aguirre a los mandos de la Comunidad no arrugó el rostro en ningún momento.
González afrontó la jornada animado por el respaldo que, según los datos de la encuesta, le otorga el electorado del PP, que tiene en Madrid su principal caladero de votos. La aprobación de la mayoría de sus votantes (58%) fue el salvavidas al que los responsables del Ejecutivo autonómico se agarraron. Eso sí, el prisma cambiaba radicalmente cuando se comparaba con el grado de aceptación general, contando a los votantes de todos los segmentos políticos, del 24% de aprobación frente a una desaprobación del 65%.
“Apenas lleva siete meses de Gobierno, cuesta sustituir a alguien como Esperanza Aguirre y ha aplicado medidas muy impopulares como la privatización sanitaria o el euro por receta con los Presupuestos más escasos en una década... Pero ya hemos pasado lo peor, lo más negro, y, al revés que el PSOE, contamos con el apoyo de nuestros votantes”, reflexionaba un alto cargo del Gobierno madrileño. También sorprendió su grado de conocimiento del 81% por los madrileños, frente al 99% de Aguirre o el 86% del secretario general del PSM, Tomás Gómez.
Aunque el grado de aceptación de González no es muy favorable, los datos de Metroscopia sitúan en un escenario más complicado todavía a Gómez, que al revés que González no puede argumentar el desgaste derivado de gobernar. El PP de Madrid destacó, aparte de que el PSM pierda seis puntos (del 26,2% al 20,1%) cómo solo el 18% de los encuestados aprobaba a Gómez frente al 69% que no lo hacía. Pero especialmente lo que llamó la atención fue el escaso apoyo interno al líder de los socialistas de Madrid por parte de su propio electorado: seis de cada diez votantes potenciales del PSM lo evaluaron negativamente. Justo el caso contrario que a González, quien pese a la impopularidad de algunas de sus decisiones aparece mejor valorado (-41 general y +26 entre sus votantes potenciales) que su principal contrincante (-51 global y -31 entre los suyos).
Gómez se refirió a la encuesta para reseñar que “refleja la pérdida de la mayoría absoluta del PP por sus políticas”. Pero cuando se le requirió por los datos que le afectaban personalmente, respondió con un “muchas gracias”, se dio la vuelta con las cámaras de televisión en directo y se marchó rumbo a la celebración del Día de la Rosa en la plaza del Dos de Mayo. “Odian a Tomás y le atacan porque va a ser el próximo presidente de la Comunidad”, expresó allí Juan Barranco, presidente del PSM.
Frente a las interpretaciones partidistas de populares y socialistas, los grandes protagonistas del día fueron Gregorio Gordo y Eddy Sánchez. En el disparadero tras unos datos que les otorgan un 18,9% de votos, a solo 1,2% puntos del PSOE, el portavoz en la Asamblea de Madrid y el coordinador general de IU en Madrid no se separaron ni un segundo toda la mañana. “IU tiene un programa para gobernar, con un programa de mínimos en el que la mayoría social tenga presencia si así lo quiere”, expresaron juntos. “Somos la única fuerza real de oposición mientras otros se enzarzan en sus peleas internas”, añadieron otras voces de la formación, en referencia a la fragmentación que afecta al PSM.
UPyD fue el otro partido que aprovechó el descrédito del bipartidismo. Con cinco años de existencia, la formación magenta duplicaría escaños (de ocho a 16) con una subida de cuatro puntos en la cosecha de votos hasta llegar al 10,4%. “Estamos muy satisfechos, aunque creemos que tenemos más electores potenciales. Si no, no nos cuadrarían nuestros datos, o que las encuestas a nivel nacional nos den un 13,7% de intención de voto”, manifestó Luis de Velasco.
El ascenso de los de Rosa Díez le otorga un papel decisivo en el juego de alianzas que se podría dar dentro de dos años. O antes. Un juego doble, en el que UPyD es partidario de ayudar a los socialistas a desbancar al PP en Alcalá de Henares y a la vez de estudiar la división en circunscripciones que el PP plantea para elegir de forma directa a un tercio de los parlamentarios autonómicos.
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