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Desarticulada una red que introdujo a 1.000 sin papeles ilegalmente en Europa

La Policía detiene a ocho personas en España, Holanda y Marruecos La organización reinvertía sus beneficios en el tráfico de drogas y la falsificación de ropa

J. Jiménez Gálvez

La operación arrancó hace ya dos años. Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) seguían la pista, desde mayo de 2012, a una organización criminal dedicada al tráfico ilegal de inmigrantes. Una red con más de una década de historia a sus espaldas, que ha operado en cuatro países simultáneamente y que ha introducido en Europa a más de 1.000 sin papeles procedentes del norte de África, según han determinado los investigadores. Estos, precisamente, han anunciado este miércoles la desarticulación de la banda, después de detener a ocho personas. Entre ellos, al cabecilla y a su mano derecha.

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Ambos dirigían una trama, con base en Róterdam, que sustraía pasaportes a ciudadanos de Holanda, Bélgica, Francia y Alemania; para posteriormente falsificarlos en un laboratorio de Bruselas con los datos de los inmigrantes que contrataban sus servicios. El jefe y su lugarteniente captaban, a través de una red de colaboradores asentada en Marruecos y España, a los extranjeros que querían entrar de manera irregular en el continente. Entonces, una vez pactado el precio —entre 8.000 y 10.000 euros—, la organización facilitaba a los sin papeles la documentación necesaria para poder acceder a Europa a través del Estrecho de Gibraltar.

Estos seguían una ruta trazada por la red delictiva. Primero llegaban a Ceuta y Melilla a través de los pasos fronterizos de las ciudades autónomas, utilizando un pasaporte marroquí. "Para no arriesgar el europeo", explican fuentes policiales. Una vez en territorio español, la trama les compraba el billete del ferry para desplazarse hasta la Península y, en plena travesía, era cuando usaban la documentación de la UE. Un trayecto que terminaba en Málaga —pese a que la mayoría de extranjeros se dirigía a Bélgica y Holanda— y que recorrían siempre bajo la vigilancia de los componentes de la organización, que cobraban una parte del importe al inicio del viaje y, el resto, al llegar al continente.

De hecho, los propios responsables de la trama se desplazaban hasta los enclaves norteafricanos cada vez que preparaban una entrada irregular. "Hacían una cada dos meses, aproximadamente", subrayan fuentes de la investigación. El jefe de la banda —de nacionalidad argelina, pero que había conseguido el permiso de residencia en Holanda tras presentar una documentación en la que aseguraba que era iraquí— obtenía los datos de filiación y las fotografías de los inmigrantes, y posteriormente acudía a Bruselas para falsificar los pasaportes robados.

El jefe de la banda y su lugarteniente preparaban una entrada ilegal cada dos meses, según fuentes policiales

Cuando disponía de una cantidad suficiente de encargos, entre 20 y 25, el cabecilla viajaba a Marruecos desde diferentes aeropuertos holandeses, haciendo parada en Málaga. Este contaba con una "mula" que llevaba consigo los pasaportes falsos en dobles fondos de maletas. Una vez en Marruecos, la banda contactaba con los inmigrantes —en los alrededores de Castillejos y Nador— y les entregaba los documentos.

Tras meses de investigación, los agentes detallaron el funcionamiento de la trama y averiguaron que la banda preparaba una nueva entrada de irregulares. En ese momento, con el respaldo de la Audiencia Nacional, el CNP dio los pasos oportunos para cerrar la operación. Primero, los policías detuvieron a dos personas de origen marroquí que viajaban con documentación falsificada en el ferry entre Algeciras y Ceuta. Después, los agentes procedieron a arrestar en Holanda al jefe y a su lugarteniente, cuando se disponía a desplazarse a esta ciudad autónoma con varios pasaportes falsos.

En total, las fuerzas de seguridad han detenido a ocho personas, la mayoría de nacionalidad marroquí y argelina. Cuatro en Ceuta, dos en Holanda y dos en Marruecos. Además, los agentes han registrado dos domicilios en Róterdam, donde se han incautado varios equipos informáticos, teléfonos móviles, un pasaporte alemán falsificado, fotografías y datos de filiación de sin papeles y 7.000 euros en efectivo.

Los sin papeles usaban pasaportes marroquíes para entrar en Ceuta y Melilla y no arriesgar la documentación europea

El CNP destaca, además, que la organización reinvertía los beneficios obtenidos en negocios relacionados con el tráfico de drogas y delitos contra la propiedad industrial —como la falsificación de ropa—. De hecho, en una de las viviendas encontraron 300 gramos de estupefaciente —cocaína, según fuentes de la investigación— y alrededor de 1.000 piezas de ropa falsificada de primeras marcas. "Tenían un trastero lleno de camisetas, bolsos y zapatos, entre otras prendas", remachan las mismas fuentes, que indican que la policía holandesa ya tenía identificado al lugarteniente por otras operaciones relacionadas con el menudeo de droga.

La operación la ha dirigido el Grupo II de la Brigada Central de Falsedades Documentales de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, junto a la Unidad de Inmigración y Fronteras de la Royal Marechaussee holandesa. Esta última mantiene abierta todavía la investigación por un posible delito de blanqueo de capitales. En la actuación policial también han colaborado la UCRIF de Málaga, Melilla, Algeciras y Ceuta, así como agentes belgas y marroquíes.

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Sobre la firma

J. Jiménez Gálvez
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.

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