El contable de Nóos confiesa: Urdangarin y Torres diseñaron la trama corrupta
Marco Tejeiro, primer arrepentido de la causa, pacta colaborar con el fiscal El juez Castro se plantea volver a citarle tras su confesión sobre la trama
El administrativo y contable del Instituto Nóos, el imputado Marco Antonio Tejeiro Losada, se ha convertido en un colaborador de la Justicia, en el primer arrepentido del caso Nóos. El excontable de Nóos ha confesado por escrito al fiscal Pedro Horrach el funcionamiento real de la malla de sociedades particulares, con sus facturas falsas y contratos laborales irreales para generar beneficios fiscales, así como el caudal de reparto de fondos entre socios. El juez José Castro se plantea volver a citar a Tejeiro tras su confesión sobre la trama, aunque aún no lo ha decidido. Si lo hace, el proceso podría retrasarse unas dos semanas.
El fiscal ha presentado este mediodía en el juzgado de Palma el escrito de conformidad, un pacto sellado de unos nueve folios, rubricado por el interesado y el abogado Daniel Pérez-Esqué. Las conversaciones entre Horrach y el letrado se han celebrado en secreto. El colaborador de la Justicia, es cuñado de Diego Torres y, por tanto, hermano de su esposa Ana María Tejeiro. Probablemente obtendrá los beneficios penales, atenuantes de la confesión y arrepentimiento antes de que se presente el escrito de acusación.
Se trata de un paso clave para la posible constatación de las acusaciones delictivas que la Fiscalía Anticorrupción mantiene contra los supuestos líderes de la trama, controlada por Iñaki Urdangarin y Diego Torres. Tejeiro está imputado por el auto del juez por prevaricación, malversación de caudales públicos, fraude a la administración, tráfico de influencias, fraude fiscal, estafa, falsedad en documento oficial y falsedad en documento mercantil.
Es un golpe de efecto de la Fiscalía en la cúspide del proceso. Anticorrupción intenta ajustar la supuesta responsabilidad de Torres y Urdangarin como supuestos jefes absolutos del operativo que pudo malversar hasta seis millones de euros públicos. Ambos socios, según el administrativo Tejeiro, eran los autores del diseño, de las compañías y directores del funcionamiento del Instituto Nóos, Nóos Consultoría, Virtual, Shiriaimasu y Aizoon, "que operaban como un solo grupo", con cruce de trabajadores y con reparto de fondos según la conveniencia de los socios. Y subraya que todo estaba bajo el exclusivo control de Torres y Urdangarin.
La firma Aizoon, propiedad al 50% de la infanta Cristina y su marido, no tuvo empleados propios reales y su objetivo, según la confesión, era desviarse a su favor los fondos que de forma ilícita percibió el Instituto Nóos de las Administraciones Públicas. "Muchas de las facturas libradas por Aizoon no se correspondían en ningún caso a servicios reales prestados para el proyecto de los Juegos Europeos", se dice en el escrito.
Torres y Urdangarin mantuvieron actividades de colaboración hasta 2008 pese a la supuesta ruptura de 2006 -por cuestiones de imagen- que sugirió la Casa del Rey. Los dos socios armaron tras su aparente distanciamiento las dos compañías y fundaciones post-Nóos, Areté y FDCIS (fundación Deporte Cultura e Integración Social).
Los eventos Valencia Summit (tres ediciones) e Illes Balears Forum (dos eventos) fueron el principal cometido del grupo Nóos. Esos cinco encuentros costaron menos de lo estipulado en los convenios, según el arrepentido. Se empezaron a preparar antes de lograr el acuerdo con las Administraciones. Algunos relatores cobraron sin intervenir.
La trama 'negra' de facturas y empleados
Marco Tejeiro confiesa y asume la existencia de las facturas falsas entre las compañías de Torres y Urdangarin, así como la realización de contratos con empleados simulados para generar deducciones fiscales y fondos que iban a parar Torres y Urdangarin. Ambos son aludidos por las explicaciones del también imputado Tejeiro en relación con la estructura fiduciaria en el exterior de Nóos: las ramificaciones en Belice y el Reino Unido. Indica que Diego Torres sí pudo usar esta red de evasión exterior, pero no ha podido concretar si lo hizo Urdangarin.
Los socios operaban para lucrarse bajo el paraguas de la entidad filantrópica Instituto Nóos que, según Marco Tejeiro, era una mera empresa común disimulada para no tributar por los beneficios. Los réditos que obtuvo Nóos no se dedicaron a los supuestos fines benéficos determinados en los estatutos.
Ni una palabra de la Infanta ni de la esposa de su socio
La confesión por escrito de Marco Antonio Tejeiro Losada, el excontable de Nóos, no cita en ningún momento ni a la infanta Cristina de Borbón, esposa de Iñaki Urdangarin, ni a Ana María Tejeiro, esposa de Diego Torres y hermana del arrepentido.
Los ocho folios del escrito se centran en las labores de Torres y Urdangarin, sobre los que se carga toda la responsabilidad de los manejos de la trama, al asegurar que mantenían el control absoluto, lo que, de manera indirecta, descarta la intervención de ambas mujeres en los manejos societarios.
El fiscal Pedro Horrach ya subrayó en un escrito de noviembre del año pasado que "doña Cristina de Borbón y Doña Ana María Tejeiro no participaban en la toma de decisiones estratégicas ni en la elaboración de proyectos, ni en su presentación y venta a potenciales clientes, ni tampoco en la determinación de los importes a facturar o de la identidad de quién facturaba y qué en cada momento"
Sí se cita, en cambio, a la empresa Aizoon, propiedad al 50% de los duques de Palma, pero para afirmar que estaba incluida en el grupo Nóos. El texto subraya que las contrataciones ficticias para la compañía patrimonial servían para que Torres y Urdangarin se repartieran el dinero que figuraba en las cuentas como sueldos de dichos empleados falsos.
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