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El voto contra Juncker suscita malestar en dirigentes del PSOE

Los eurodiputados acatan sin fisuras la instrucción de Pedro Sánchez

Anabel Díez
Elena Valenciano y Ramón Jáuregui.
Elena Valenciano y Ramón Jáuregui.ULY MARTÍN

Los eurodiputados del PSOE votaron este martes contra el candidato del Partido Popular Europeo, Jean-Claude Juncker, como presidente de la Comisión Europea por razones de política nacional y “en coherencia” con la campaña de las elecciones europeas del pasado 25 de mayo. La instrucción la dio el nuevo líder socialista, Pedro Sánchez, y los 13 eurodiputados socialistas la acataron. Faltó a la votación la presidenta de la delegación de los eurodiputados socialistas españoles, Elena Valenciano, que se encuentra en España por una intoxicación alimentaria que la mantiene en reposo.

Valenciano, no obstante, estuvo ayer en permanente contacto con Pedro Sánchez y con el número dos de la delegación española socialista, Ramón Jáuregui. “Comparto totalmente el criterio de Pedro Sánchez”, declaró Valenciano a EL PAÍS. “¡Con la campaña que hice!”, exclamó, en referencia al combate político que mantuvo contra los conservadores españoles y europeos.

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La votación de los socialistas en contra de Juncker, criticada agriamente por el Partido Popular, no ha supuesto un trauma profundo ni ha abierto en canal al PSOE, pero sí ha causado incomodidad en dirigentes socialistas. A este sector no le ha gustado que el PSOE se haya descolgado de la mayoría de los partidos socialdemócratas europeos, que sí votaron al luxemburgués. El acuerdo de la familia socialdemócrata —con la excepción de los españoles, los suecos y los laboristas británicos— consistía en dar a Juncker la presidencia de la Comisión Europea y la del Parlamento europeo al socialdemócrata alemán Martin Shulz, además de un paquete de medidas que iban en el programa de los socialistas.

El pacto vino después de una durísima campaña entre Juncker y Schulz. Los dos se enfrentaron en la práctica por la presidencia de la Comisión en una campaña electoral de dialéctica izquierda-derecha. Estos fueron los parámetros que ambos siguieron en la campaña, en la que contaron con el respaldo de las dos principales familias ideológicas europeas, PSOE y PP entre ellas.

La decisión del PSOE tiene que ver con la coherencia de la campaña, y el nuevo secretario general la demuestra con este gesto. Debe apreciarse que izquierda y derecha no es lo mismo, y que PP y PSOE tampoco Pedro Saura, responsable económico del Grupo Socialista

El PSOE considera a Juncker un representante de las políticas que “tanto sufrimiento han causado, sin ningún crecimiento económico y con desempleo insoportable”, declaró ayer el responsable económico del Grupo Socialista, Pedro Saura. “La decisión del PSOE tiene que ver con la coherencia de la campaña, y el nuevo secretario general la demuestra con este gesto. Debe apreciarse que izquierda y derecha no es lo mismo, y que PP y PSOE tampoco”. Con estas apreciaciones, el portavoz económico se pone del lado de algunos barones del PSOE que mantienen aún vigente el discurso de la campaña de las elecciones europeas, en las que los socialistas tuvieron un pésimo resultado.

Tomás Gómez, secretario general del PSOE en Madrid, y Emiliano García-Page, de Castilla-La Mancha, apoyaron el voto contrario a Juncker tras reunirse ayer con Sánchez. “No somos lo mismo ni aquí ni en Europa”, dijo Gómez.

Emiliano García-Page se refirió a otra votación que, a su juicio, sí fue extraña. “Más lamentable fue que en las anteriores elecciones europeas hiciéramos una campaña defendiendo una política progresista y de izquierdas en Europa y termináramos votando a Barroso; eso sí que no lo entendió nadie”. El alcalde de Toledo aludía así a la decisión del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero de votar al presidente conservador saliente José Manuel Durão Barroso, cuando no existía ese acuerdo entre los socialdemócratas europeos.

La “coherencia” es la apelación que hacen Pedro Sánchez y otros dirigentes del PSOE para explicar lo ocurrido. “La dinámica española conduce a esta decisión”, señalan en el entorno de Sánchez. Esa dinámica se refiere a la campaña electoral, pero también al proceso de elección del nuevo secretario general socialista. Sánchez incluyó en su campaña que los socialistas españoles votarían en contra de Juncker. Pero no solo él. Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias, los otros dos aspirantes, también propusieron el voto en contra de Juncker.

Mientras se desarrollaba esta campaña interna, los eurodiputados españoles sabían que tendrían que afrontar esta situación, a la espera de que viniera la instrucción del ganador en la carrera por la secretaría general del PSOE. Los eurodiputados socialistas sabían que terminarían distanciándose de los socialdemócratas europeos pese al pacto sobre Juncker y Schulz.

Ganara quien ganara la secretaría general del PSOE, la decisión sería en contra y, además, el calendario no ayudaba. La votación de Juncker se produjo ayer, 15 de julio, y el nuevo líder del PSOE fue elegido dos días antes, el domingo 13 de julio.

Pedro Sánchez valora los anuncios realizados por Juncker como nuevo presidente de la Comisión —“van en la buena dirección”—, pero en su opinión son insuficientes. Los 300.000 millones de euros que Juncker se ha comprometido a poner en circulación fueron importantes para el pacto entre socialistas, conservadores y liberales. Pero hasta 2015 no se verá un euro y esta es otra de las objeciones que pone la dirección socialista.

A este episodio, al que no quitan relevancia los socialistas, le puso voz en la Cadena SER el eurodiputado Ramón Jáuregui al reconocer “la dificultad” de votar en contra, aunque no tenía ningún reparo en “obedecer” a Pedro Sánchez. Uno de los eurodiputados socialistas señaló a EL PAÍS su convicción de que al ser el voto secreto alguno de sus compañeros habría votado a favor de Juncker.

En el entorno de Sánchez se precisa que este gesto no significa antieuropeísmo, aunque en la práctica el voto de los socialistas españoles los haya situado con ese bloque. El nuevo líder del PSOE prevé pasar mucho tiempo en Bruselas, según fuentes de su entorno.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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