Así fue la crisis por el primer contagio de ébola en España
Cronología de todo lo sucedido desde que el virus llegó al país el pasado agosto
7 de agosto
El religioso Miguel Pajares, el primer español infectado por el virus del ébola, ingresa en el hospital Carlos III tras ser repatriado desde Liberia. Allí empieza el tratamiento con ZMapp, un suero experimental, ahora agotado en todo el mundo. La auxiliar de enfermería Teresa Romero Ramos, de 44 años, forma parte del equipo sanitario que lo atiende. Pajares fallece menos de una semana después, el 12 de agosto.
22 de septiembre
El hospital Carlos III acoge a otro español enfermo de ébola, que es repatriado desde Sierra Leona. Se trata de Manuel García Viejo, de 69 años y sacerdote de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios. Durante su estancia en el centro, la auxiliar de enfermería entra en una ocasión a su habitación para cambiarle el pañal. Según la directora general de Salud Pública, Mercedes Vinuesa, la sanitaria entró con el equipo de protección —dos monos de protección, dos pares de guantes, polainas y gafas—, tal y como se desprende del registro pormenorizado que la Comunidad de Madrid lleva de las entradas y del controlador externo que vigila cómo se visten y se desvisten los profesionales.
26 de septiembre
García Viejo fallece de ébola en el Carlos III a las 17.55 horas. La auxiliar accede por segunda vez a la habitación del misionero, esta vez para limpiarla y retirar el material. Aunque en principio ella no detecta ninguna irregularidad —rotura del traje o los guantes, pinchazos de agujas, etcétera—, tras contagiarse la sanitaria admitió en una entrevista con EL PAÍS que el contagio pudo producirse cuando se quitó el mono de protección, tras la primera visita a García Viejo: "Creo que el fallo está en quitarse el traje. Lo veo como el momento más crítico, en el que pudo pasar, pero no lo sé seguro".
27 de septiembre
La sanitaria coge vacaciones, aunque no sale de Madrid. Durante ese tiempo se somete al control que tienen que seguir los profesionales sanitarios que han estado en contacto con enfermos: tomarse la temperatura dos veces cada 24 horas. Ese mismo día se presenta a la segunda prueba de las oposiciones de Auxiliares de Enfermería en la Universidad Complutense de Madrid.
30 de septiembre
La mujer llama al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del hospital Carlos III porque se encuentra mal. Tiene fiebre y astenia (cansancio), pero como no cumple los requisitos clínicos para ser evaluada como posible caso de ébola —no llega a 38,6 grados de fiebre—, le dicen que tome precauciones y que siga observándose. Según el coordinador del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, aunque la auxiliar no presentaba síntomas graves, hubiese sido mejor ingresarla en cuanto manifestó los primeros síntomas.
Ese mismo día Romero acude su ambulatorio en Alcorcón, donde reside. Ella misma ha admitido que en ningún momento se identifica como una profesional que ha tenido contacto con enfermos de ébola, así que la mandan a casa con una receta de paracetamol. La auxiliar decide, por cuenta propia, dormir en una cama distinta a la de su marido y usar otro baño.
2 de octubre
Aquí el relato de lo ocurrido varía. Según fuentes sindicales, el malestar va a más y la sanitaria vuelve a llamar al Carlos III. Ya supera los 38,6 grados, pero el centro no la ingresa ni activa el protocolo. Medios oficiales señalan que esa temperatura no la alcanza hasta el 6, cuatro días después.
6 de octubre
Sobre las seis de mañana, la sanitaria llega en una ambulancia del SUMMA "convencional" y con personal sin protección especial al hospital Universitario Fundación de Alcorcón. Sus síntomas han empeorado. Tras realizarle un primer reconocimiento, se pone en marcha el protocolo médico fijado por la Unidad Médica Preventiva del centro sanitario. A la paciente, que ya traía la mascarilla puesta, se la traslada a un box de aislamiento, donde se procede a la obtención de una muestra clínica para su diagnóstico en el Centro Nacional de Microbiología, en Majadahonda.
Desde ese momento, un médico de urgencias asume la tarea de tratar de salvar la vida de Teresa Romero. Lo hará durante 16 horas, casi en solitario, y con protección insuficiente. "Las mangas me quedan del traje de seguridad me quedaban cortas en todo momento”, reveló el propio doctor, Juan Manuel Parra, en una carta enviada a sus superiores a la que tuvo acceso EL PAÍS. Dos días después ingresaría a petición propia en aislamiento en el Carlos III.
Sobre las siete de la tarde se confirman las peores sospechas: la auxiliar tiene ébola. En declaraciones posteriores a la cadena Cuatro, Romero aseguró que se enteró de que había contraído la enfermedad cuando lo leyó en la página web de EL PAÍS, a la que accedió desde su teléfono móvil. A las 12.11 de la madrugada, la ambulancia con la auxiliar contagiada sale del hospital de Alcorcón camino del Carlos III. Se procede, entonces, a la "limpieza terminal" del box de aislamiento en el que había permanecido todo el día. Durante su estancia en el centro de Alcorcón se relaciona con al menos 22 personas, que se encuentran bajo vigilancia. También lo está el equipo de 30 profesionales que atendió a García Viejo.
7 de octubre
La sanitaria comienza un tratamiento con anticuerpos de otros infectados. Se trata de un suero hiperinmune de un donante anónimo que contrajo la enfermedad y que generó anticuerpos. También se le administra el antiviral favipiravir, un fármaco que aún está en fase experimental. En los siguientes días ingresan en el Carlos III hasta 21 personas que estuvieron en contacto con la auxiliar.
La ministra de Sanidad, Ana Mato, y el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid establecen un comité para investigar qué ha podido fallar para que Romero se haya contagiado.
8 de octubre
Una derivada del caso adquiere un protagonismo especial: es el sacrificio del perro de Teresa Romero, Excálibur, ante el riesgo de que pudiera haber resultado contagiado. El propio marido de la enferma, Javier Limón, alerta de que las autoridades querían matar a su American Stafford, y una ola de solidaridad con el animal se propaga a través de las redes sociales. El traslado un día del cadáver del perro en un furgón precintado desde la casa deja tres activistas heridos, uno de ellos grave tras abrirse la cabeza contra el bordillo, cuando el centenar de personas congregadas frente al domicilio rompió el cordón policial e intentó frenar el vehículo.
10 de octubre
El Consejo de Ministros decide la creación de un comité interministerial presidido por la vicepresidenta, Soraya Sáez de Santamaría, que, con el apoyo de un comité científico, se encargará de la gestión de la crisis.
El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud acuerda cambiar los protocolos de actuación para el seguimiento del personal sanitario que haya estado en contacto con enfermos de ébola: se les llamará para preguntarles cómo están, y se considerará un caso sospechoso cuando se alcance una temperatura de 37,7 grados, y no 38,6 como hasta entonces.
9-15 de octubre
Días críticos para Romero. Sufre un edema pulmonar, pero no hace falta intubarla.
15 de octubre.
La ministra de Sanidad, Ana Mato, comparece ante la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados. No hace mención a que la auxiliar se hubiera contagiado por tocarse la cara con un guante contaminado –“todas las hipótesis están abiertas”, dijo-, y, por primera vez, deja entrever que pudo haber errores en la gestión –“probablemente no hemos hecho todo bien”-
16 de octubre
La carga viral de la auxiliar (la concentración de virus en su sangre) empieza a bajar.
17 de octubre
La aparición de cuatro casos sospechosos de ébola rompe la tranquilidad de unos días en los que se está pendiente de la evolución de Romero. Son un enfermo que viajó en la misma ambulancia que llevó a la mujer de su casa al hospital de Alcorcón el 6 de septiembre, un viajero que llegó desde Nigeria a Barajas con fiebre y temblores, un misionero de la Orden de San Juan de Dios que había llegado dos días antes de Liberia y un trabajador de Cruz Roja que había estado en el hospital para ébola de Kenema (Sierra Leona). Los cuatro dan negativo en la primera prueba.
Romero sigue mejorando.
18 de octubre
El misionero recibe el alta tras dar negativo en dos pruebas para detectar el ébola. Los otros tres casos sospechosos también dan negativo a la primera prueba, pero falta una segunda para confirmar que no tienen el virus. Dos de ellos, el viajero de Nigerio y el trabajador de Cruz Roja, dan positivo a malaria.
Los análisis realizados a Teresa Romero arrojan que la carga viral es casi indetectable.
19 de octubre
La última prueba PCR (el análisis que detecta el material genético del virus) a Romero da negativo. Se considera que ha vencido a la infección. Estos resultado deberán confirmarse en pruebas posteriores. Mientras, la mujer seguirá en observación.
20 de octubre
La patronal que incluye al 70% de las empresas de servicios funerarios en España, Panasef, pide por carta a la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría y a los consejeros de Sanidad de las comunidades autónomas que no se “ignore a los profesionales del sector” dentro de la elaboración y puesta en marcha de los protocolos contra el ébola.
21 de octubre
Los médicos que atienden a Teresa Romero en el hospital Carlos III de Madrid aseguran que la auxiliar de enfermería ha superado el ébola. El último análisis realizado a la paciente también ha dado negativo y, por lo tanto, los doctores afirman que "se cumplen los criterios de curación de la OMS".
27 de octubre
El marido de Teresa Romero, Javier Limón, y otros 10 pacientes ingresados por su contacto con la auxiliar de enfermería reciben el alta tras 21 días de cuarentena.
1 de noviembre
Teresa Romero abandona la habitación de aislamiento en el Carlos III tras descartarse la presencia de ébola en el último análisis de sus fluidos corporales.
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