Teresa Romero: “No sé lo que falló, ni siquiera sé si falló algo”
La auxiliar sanitaria contagiada y curada del ébola critica la "nefasta" gestión política
Más delgada y muy emocionada, Teresa Romero ha comparecido este mediodía ante los medios de comunicación para "dar las gracias" al equipo sanitario que la atendido en el hospital Carlos III. Allí ha pasado casi un mes ingresada y 25 de esos días en completo aislamiento hasta que hoy, completamente libre del virus del ébola y restablecida de sus problemas de salud, ha sido dada de alta. Los compañeros de la auxiliar de enfermería la han recibido entre aplausos y vítores, y ella se lo ha agradecido: "Pese a la a veces nefasta dirección política, son capaces de obrar milagros, y yo soy uno de ellos".
Romero ha asegurado que no guarda "rencor ni reproche" a nadie. No ha hecho mención a las declaraciones del consejero de Sanidad de Madrid, Javier Rodríguez, que la acusó de mentir, ni al sacrificio de su perro Excalibur --después ha sido su marido, Javier Limón, quien lo ha calificado de "ejecución"--. Tampoco ha entrado a explicar cómo cree que pudo contagiarse ni a valorar la gestión que las autoridades sanitarias hicieron de su caso. "Yo no sé lo que falló; ni siquiera sé si algo falló", ha señalado.
Habitación descontaminada y cuarentena de los trabajadores
La habitación especial de aislamiento en la que Teresa Romero estuvo ingresada casi un mes será descontaminada hoy mismo. La estancia se limpia con un sistema que consiste en emplear vapor de peróxido de hidrógeno (llamada tecnología VHP), que genera un vapor seco de alta potencia capaz de provocar una muerte biológica en un corto espacio de tiempo.
El personal del hospital Carlos III que ha tratado a Romero lleva bajo vigilancia del Servicio de Prevención de Riesgos del hospital desde el ingreso de la paciente. Y a partir de ahora seguirá estándolo durante los 21 días posteriores a su última exposición. Estos días cuentan a partir del 1 de noviembre, día en que se levantó el aislamiento, por lo que los controles finalizarán el 22 de noviembre para el equipo asistencial, el día 25 para el personal sanitario que entró ayer a realizar la limpieza de la habitación y el día 26 para el personal de la empresa de biodescontaminación.
"Aun me encuentro muy débil", ha señalado nada más entrar en el salón de actos del hospital Carlos III de Madrid, donde la esperaban decenas de cámaras de fotos y televisión. "Doy gracias a Dios y a Santiago Apóstol por devolverme la vida", ha añadido, y ha pedido "tranquilidad", que la dejen descansar y recuperarse. A sus compañeros del centro los ha ido nombrando categoría a categoría: enfemeros, auxiliares, celadores, limpiadoras, etc. "Han demostrado que tenemos la mejor sanidad del mundo", ha asegurado, para después destacar que el buen hacer del personal "abnegado" ha suplido la mala gestión política.
Romero no ha desvelado si emprenderá acciones legales, como su marido y su abogado han estado anunciando estos días. "Mis abogados os informarán de los pasos que vamos a tomar", ha asegurado. "Hemos sido nosotros sin presiones los que hemos elegido esta vía y confiamos en su profesionalidad", ha añadido.
La auxiliar ha dicho también que espera que su contagio sirva para "algo", para "investigar la enfermedad". "Si mi sangre sirve para curar a otras personas aquí estoy". Se ha mostrado muy agradecida con la religiosa Paciencia Melgar, que donó su plasma sanguíneo para tratarla. "Tengo ganas de darle un abrazo", ha dicho.
"Cuando me veía morir me aferraba a mis recuerdos, a mi familia, a mi marido, al que adoro; yo me encontraba aislada. No tenía más contacto del exterior que el que tenía con Javier, a través teléfono, y del cariño de los profesionales", ha asegurado. "Con vosotros, los medios de comunicación se entendió y conoció la enfermedad, que no había importado al mundo occidental hasta que el contagio ha llegado aquí y lo fue a través de mí", ha añadido.
Ha sido su marido, Javier Limón, el que ha hablado del perro de ambos, Excalibur, porque ella "se emociona demasiado". Romero tiene "un recuerdo inolvidable" de su mascota, al que consideraban como el hijo que nunca tuvieron. "Excálibur fue ejecutado sin darnos si siquiera la oportunidad de alegar", ha subrayado Limón, quien ha lamentado que se haya perdido la oportunidad científica de ver cómo afecta el virus a estos animales.
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