La cooperante está “bien y en contacto con su familia”
Joan Tubau, director general de Médicos Sin Fronteras, explica que la aguja con la que se pinchó la sanitaria no tenía restos de sangre, lo que rebaja el riesgo de contagio
Médicos sin Fronteras (MSF) llegó a la capital maliense, Bamako, a mediados de noviembre después de que se confirmara el primer caso de ébola al norte del país el 24 de octubre. El equipo está formado por 14 trabajadores internacionales, entre los que se encuentra la médico navarra que ha sido ingresada este viernes en el hospital Carlos III de Madrid donde "se encuentra normal, sana y en contacto con su familia”, explica Joan Tubau, director general de la ONG, en conversación con EL PAÍS.
La organización decidió poner en marcha su traslado después de que la sanitaria sufriera un “contacto de alta exposición”, añade Tubau. Se refiere a un pinchazo con una aguja que había estado en contacto con material contaminado de un enfermo de ébola “pero no con la sangre del paciente”, añade. Para el responsable de MSF se trata de “una buena noticia” porque normalmente supone contactar con un elemento con una menor carga viral que si fuera este fluido. “Que se le haya aislado de la forma que se ha hecho no significa que esté contagiada”, recalca Tubau.
Los síntomas del ébola no se desarrollan hasta pasadas 48 horas desde el contagio. La médica de MSF, de la que apenas han trascendido datos personales por deseo suyo y de la organización, se pinchó en la madrugada del miércoles al jueves. El plazo de dos días concluye el sábado. Independientemente de que se detecten o no síntomas antes de ese día, se mantendrá un periodo de observación de 21 días fijado por protocolos internacionales en los que permanecerá aislada en la planta sexta del Carlos III, donde fueron tratados de ébola los misioneros Miguel Pajares y Manuel García Viejo (que fallecieron) y la auxiliar de enfermería Teresa Romero, que fue dada de alta el pasado 6 de noviembre.
La organización tampoco ha informado de si se le van a hacer análisis para detectar la posible presencia del virus en estas primeras horas o en días posteriores. Fue ella misma la que avisó del accidente que tuvo con la aguja y se inició el protocolo de evacuación médica. Es el cuarto traslado relacionado con el ébola del personal internacional de MSF. Hubo tres casos previos a Noruega, Estados Unidos y Francia. “Ninguno estaba infectado y todos han sido dados de alta”, explica Tubau al teléfono.
La cooperante ha sido trasladada a España después de que la organización descartara llevarla a un hospital de Ginebra preparado para el ébola pero que “está ocupado por brigadas cubanas”, añade el responsable de la ONG. El vuelo, fletado y pagado por el seguro de la organización, se podía hacer a Madrid “sin escalas” en un avión medicalizado pero sin las medidas de aislamiento que tuvieron los vuelos fletados y pagados por el Gobierno español para los dos misioneros repatriados a Madrid.
"No nos vamos a proteger cerrando fronteras"
Mali es el país africano menos afectado por la presencia del virus hasta la fecha. Según datos de la Organización Mundial de la Salud ha habido seis fallecidos de los 5.459 muertos contabilizados de un total de 15.351 casos. Tubau ha aprovechado para recordar que la situación en este continente “continúa siendo extraordinariamente grave, con una necesidad que es muy superior a las capacidades que hay”.
Denuncia que los esfuerzos de la comunidad internacional son “insuficientes” para dar la respuesta necesaria al problema y pide “la intervención directa de los Estados y países con capacidad para desplegarse de forma instantánea y poner a funcionar personal suficiente” sobre el terreno, entre los que incluye a España.
El impacto del ébola en los países africanos afectados (Liberia, Sierra Leona y Guinea además de Nigeria y Senegal, declarados en octubre libres del virus) ha hecho que las necesidades médicas para atender otras enfermedades, como la malaria, u otras hospitalizaciones, como una cesárea “se han visto absolutamente sesgadas”. El responsable de MSF no cree que hagan falta casos como este para que los Gobiernos occidentales se sensibilicen más con la epidemia pero sí considera que las repatriaciones que se están produciendo a Europa o Estados Unidos “sí sirven para darse cuenta de que es una epidemia global de la que no vamos a protegernos pensando que es un problema de los africanos y cerrando fronteras”.
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