IU pugna por sobrevivir ante el vendaval de los emergentes

Izquierda Unida se enfrenta a uno de los momentos políticos más complicados de sus tres décadas de vida. Las encuestas apuntan a que la irrupción de Podemos y Ciudadanos desplazará al partido de Cayo Lara y Alberto Garzón desde la tercera fuerza que fue en las municipales de 2011 (con 1.424.000 votos y 2.230 concejales) a la quinta en el mejor de los casos, y con la posibilidad de perder su representación en Parlamentos autonómicos y Ayuntamientos. La coalición lucha por resistir reivindicándose como la única leal a los principios de la izquierda en un escenario de múltiples opciones electorales progresistas.

Izquierda Unida está acostumbrada a vivir al filo del precipicio pero estas elecciones el abismo se ve más cerca que nunca. Las expectativas del partido de Lara y Garzón pasan por aguantar un vendaval en forma de nuevos partidos con un aire de modernidad que les ha envejecido de forma súbita —aunque uno de sus principales líderes, Alberto Garzón, tenga solo 29 años— y evitar más fuga de votos: la última encuesta del CIS pronostica que en las elecciones del próximo 24 de mayo mantendrán la representación en cinco de las 13 comunidades autónomas que celebran comicios (ahora están presentes en ocho). Ellos no se rinden. “La izquierda no está para el repliegue ni para la derrota, está para ganar”, clamó ayer Alberto Garzón en Valencia ante unas 1.500 personas, durante el mitin central de campaña de la coalición.

Descalabro en Valencia

La Comunidad Valenciana es una de las plazas de mayor importancia para IU —en esa autonomía, junto con Madrid, Asturias y Andalucía, es donde tienen las federaciones más numerosas— pero es uno de los lugares en los que pueden sufrir su mayor descalabro el 24-M (junto con el Ayuntamiento de Madrid): los sondeos dicen que pierden sus cinco diputados. Garzón puso en valor ayer el trabajo de sus compañeros de Esquerra Unida en la lucha contra la corrupción del PP: ellos han llevado a los tribunales la trama de presuntas corruptelas en la Diputación de Valencia, y la diputada Rosa Pérez fue quien sacó a la luz la grabación de Alfonso Rus contando billetes supuestamente de una comisión. El líder de IU cargó contra el PP, toda “una trama de corrupción que se presenta a las elecciones”.

Los españoles nunca han tenido tantas opciones electorales a la izquierda como ahora, tras la irrupción de Podemos y de las candidaturas ciudadanas, y es en ese escenario de fragmentación en el que IU trata de demostrar un perfil diferenciado, reivindicándose como la única fuerza verdaderamente leal a los principios de la izquierda. “En estos tiempos convulsos, en los que como dijeron Marx y Engels todo lo sólido se desvanece en el aire, es cuando hay que hacer prevalecer los principios y valores de la izquierda, que deben ser la brújula que nos guíe”, expresó Garzón.

El voto útil que tradicionalmente ha erosionado las expectativas electorales de IU ya no solo va a parar al PSOE, que ha vuelto a reclamarlo, sino que ahora también se reparte con Podemos o los municipalistas.

Los socialistas, por su parte, contraponen sus logros democráticos. “Tenemos 136 años de historia y España ha crecido con nuestras iniciativas y Gobiernos”, aseguró ayer Pedro Sánchez desde Tudela, mientras Pablo Iglesias jugaba a la confusión con los votantes de izquierdas. “Votar socialista es votar morado”, dijo el líder de Podemos en Oviedo.

No obstante, una base de apoyo fiel permite que la coalición de izquierdas no corra el riesgo de desaparecer, como sí le ocurre a UPyD. Incluso entre los más jóvenes. “Al principio vi a Podemos como una buena herramienta, pero me ha decepcionado por su indefinición en el discurso”, decía ayer un joven estudiante de Derecho de 22 años que acudió a escuchar a Garzón.