Los gestos de la ‘nueva’ política
Los alcaldes de la izquierda alternativa renuncian al bastón y celebran con los vecinos Colau habilita un espacio para los niños en su investidura en el Ayuntamiento de Barcelona
La nueva política son también gestos. Los alcaldes de la izquierda alternativa, que gobiernan a partir de este sábado las mayores ciudades del país, han cargado hoy de simbolismo sus proclamaciones. Algunos han pedido que se les tutee, otros han renunciado al bastón de mando y la mayoría ha salido a las plazas a festejar la investidura con los vecinos. Los nuevos regidores de Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Cádiz o A Coruña, aupados al poder por plataformas de unidad popular o ciudadana (salvo Compromís, en Valencia) han tratado de romper esa distancia entre los políticos y los ciudadanos que dio lugar a la frase de "no nos representan" que resumió el 15-M. "Estamos a su servicio, queremos gobernar escuchando", les ha dicho a los madrileños Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid.
"Llamadnos por nuestros nombres de pila", ha pedido Carmena a sus representados, en sus primeras palabras como alcaldesa de la capital. Palabras, que no "discurso al uso", porque la regidora es alérgica a los discursos, que cree que están de más en las instituciones frente a las medidas concretas.
En el Ayuntamiento de Madrid han entrado este sábado gritos de "¡Sí se puede!" y rebeldía: varios de los ediles de Carmena han prometido el cargo "por imperativo" o "por exigencia legal", y uno de ellos, Guillermo Zapata, ha añadido la coletilla en latín omnia sunt communia, que viene a significar "todo en común, todo de todos".
«Gracias, Madrid. Vamos a gobernar escuchando. Llamadnos por nuestros nombres de pila, somos vuestros servidores.» http://t.co/gWq9yUzRRh
— Manuela Carmena (@ManuelaCarmena) June 13, 2015
En los plenos, Carmena no quiere ver a nadie "jugando a maquinitas o mirando el teléfono mientras unos hablan", les ha advertido la nueva alcaldesa a a los concejales a los que también ha tuteado, al tiempo que anunciaba la celebración, por eso, de plenos monográficos, con la presencia de expertos en las distintas materias y con muchos datos. La alcaldesa de la capital propone que la enorme pantalla de plasma del salón de plenos, que recoge el orden del día, dé paso a datos con los que debatir en las sesiones. Tras su primera Junta de Gobierno, Carmena ha explicado que irá a trabajar en transporte público.
"El tiempo del autoritarismo pasa a la historia", ha proclamado el nuevo alcalde de Valencia, Joan Ribó, de Compromís. Nada más recibir el bastón de mando, atributo del poder municipal, ha pedido al secretario del Consistorio que lo guardara. "Le encomiendo al señor secretario del pleno que lo guarde donde considere porque no es un símbolo que represente mi forma de gobernar. Prefiero, en cualquier caso, el diálogo con mis vecinos y vecinas", ha dicho Ribó en valenciano. Al acabar la investidura, sin bastón, ha bajado a la plaza a saludar a los vecinos.
El nuevo alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, líder de Marea Atlántica, también se ha dado un baño de masas con los coruñeses, a los que se ha acercado —él sí— con bastón, pero para "ofrecérselo" a los vecinos. "Dejamos de ser el patio trasero de los señores de la desigualdad para ponernos a la cabeza de la primavera democrática que atraviesa Europa", ha proclamado. En la misma línea, José María González, Kichi, nuevo alcalde de Cádiz por la candidatura de Por Cádiz sí se puede, ha optado por pronunciar su discurso de investidura dos veces: una dentro del Ayuntamiento y otra fuera, para los gaditanos que han acudido a la plaza del Consistorio.
En Barcelona, la proclamación de Ada Colau como alcaldesa ha estado cargada de símbolos. La constitución del Ayuntamiento ha sido seguida por cientos de ciudadanos en la Plaza de Sant Jaume desde una pantalla porque la nueva regidora de la ciudad ha querido que la ceremonia se viera desde la calle. Dentro del Consistorio barcelonés se ha habilitado, además, un espacio para los hijos de los invitados. "Los niños no se ven nunca en estos actos y queremos que estén", defiende la alcaldesa, Ada Colau, madre de un niño de cuatro años. Colau ha terminado aclamada por miles de ciudadanos congregados a las puertas del Ayuntamiento."Echadnos si no hacemos lo que hemos dicho", ha pedido a los barceloneses en sus últimas palabras.
Muchos de ellos eran hace apenas unos meses ciudadanos del "no nos representan". Los recién proclamados alcaldes, herederos en última instancia de aquella protesta ciudadana, se han presentado con una revolución en las formas; el siguiente paso serán las nuevas políticas.
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