El asesino de la peregrina le cortó las manos para dificultar las pesquisas
La autopsia ha revelado que la turista Denise Pikka Thiem murió de un golpe en la cabeza El abogado del sospechoso dice que trasladó el cuerpo tras matarla por una "ofuscación"
Miguel Ángel Muñoz Blas, el presunto asesino de Denise Pikka Thiem, la peregrina estadounidense que desapareció el pasado 5 de abril en Astorga (León), le habría cortado las manos y un brazo para dificultar su identificación. Los investigadores tratan de localizar los miembros amputados en la finca en la que hallaron el cadáver el pasado viernes, tras la detención del principal sospechoso, que ha confesado el crimen y que ayer ingresó en prisión tras participar en la reconstrucción de los hechos.
Según fuentes de la investigación, el presunto asesino no ha ofrecido ninguna información sobre el paradero de las manos y brazo. Muñoz Blas supuestamente cargó con el cuerpo de Thiem, ya sin vida, durante dos horas por el monte después de golpearla hasta que la enterró, según ha relatado su abogado, Vicente Prieto. "Una vez que llegó a la conclusión de que estaba muerta, la trasladó por un paraje inhóspito durante más de dos horas y la enterró. Esa es una zona con muchos agujeros debido a la presencia de jabalíes", relató el letrado en declaraciones a La Mañana de TVE.
Esta es la versión que le ha trasladado su cliente y es el relato que mantuvo el martes ante los agentes de la Policía Nacional que le acompañaron en la reconstrucción de los hechos que encargó la juez de Astorga que instruye la causa. Según su versión, la mujer "pasó por allí perdida, le pidió ayuda para encontrar el camino y él le indicó dónde estaba el camino, pero le dijo que si la podía acompañar. En un momento determinado ella se puso nerviosa, a él le dio una ofuscación o no sabemos bien qué y le golpeó en la cabeza".
El golpe fue "con un palo" y al caer Denise Thiem al suelo se dio en la cabeza con una piedra. "Él estuvo después del golpe intentando determinar si respiraba o no. Cuando llegó a la conclusión de que estaba muerta es cuando sucedió el resto del episodio", ha relatado el abogado.
Muñoz Blas enterró el cuerpo de la peregrina en su finca, aunque tiempo después lo desenterró y lo llevó a otra finca cercana que no es de su propiedad y donde finalmente fue encontrado por la Policía. El abogado dice que "en primer lugar" lo enterró "frente a su casa" y que lo tapó y le puso "marcas de referencia".
Pasado un tiempo, "él llega un momento en el que se arrepiente completamente del asunto y como ve que no la encuentran, lo que hace es que una noche la desentierra y la traslada otra vez en brazos al punto donde fue encontrada. No la entierra, la deja en una zona que considera de paso para que la encuentren".
Este letrado confirma también que el detenido la desnudó: "La desnuda la primera vez, ya la entierra desnuda. No sé por qué. Además, quemó la ropa y la mochila". También aporta más información al decir que "el cadáver aparece completo, a excepción de las manos". "Ese es un tema en el que ahora no quiero entrar. Estoy pendiente de analizar ese asunto", matiza.
Los investigadores trabajan con la hipótesis de que le cortara las manos para dificultar las pesquisas de los expertos forenses y para eliminar posibles restos biológicos del asesino que podrían haber quedado en las uñas de la víctima durante una hipotética pelea. La autopsia practicada al cadáver hallado el pasado viernes en León ha revelado que es el de la peregrina estadounidense, que presentaba un fuerte golpe en la cabeza, que podría haberle causado la muerte.
Sobre el estado de su cliente, este abogado ha dicho que el detenido le ha pedido que traslade su "más profundo arrepentimiento" a la familia de la víctima. "Les solicita su perdón porque él nunca quiso matar a Denise. Su arrepentimiento ha sido espontáneo, está arrepentidísimo y destrozado. Me dijo: 'Vicente, la he cagado, yo no quería matarla", ha declarado.
El letrado califica como "muy creíble" el relato ofrecido por el detenido y sostiene que su cliente "no ha cambiado la declaración". Precisa que "el día del reconocimiento médico para determinar la imputabilidad confesó cosas que antes no había hecho". La versión de la Policía es que, tras su arresto el pasado viernes en Asturias, dijo que él no había matado a la mujer, sino que se encontró con el cuerpo ya sin vida en el monte alertado por el olor que desprendía.
Esta versión policial coincide con la primera declaración de Muñoz Blas ante la jueza, ya que se declaró inocente. No fue hasta por la noche cuando pidió volver a declarar cuando ya se autoinculpó en la muerte de la peregrina. En este punto asegura el abogado que "la autopsia no delimita qué golpe le produjo la muerte o si fue la concurrencia de ambos".
Los mil dólares
Sobre los mil dólares que cambió en una sucursal bancaria semanas después de la desaparición de la peregrina, el abogado niega que se los robase a su víctima, sino que "se los encontró en el camino, no ha matizado si en una cartera o en el suelo".
Muñoz Blas cuenta con diversos antecedentes policiales por robo, pero el abogado ha defendido que nunca ha sido condenado por ello: "Las denuncias anteriores nunca han prosperado contra él. Se les han enseñado fotos suyas a las denunciantes y no le han identificado".
Fuentes policiales han confirmado a Europa Press que los investigadores han encontrado otra cantidad importante de dinero en euros que el detenido tenía escondida en su finca de Astorga. El abogado ha explicado que el origen de ese dinero "proviene de la venta de un inmueble familiar y esa era la parte que le correspondía".
El abogado ha apuntado a que su cliente podría no estar en plenas facultades mentales: "Está pendiente de que podamos practicar algún tipo de prueba psiquiátrica. Mi cliente niega rotundamente la agresión sexual y eso está descartado. Faltan por llegar pruebas de psicología".
Estado de "ofuscación transitoria"
"Cuando se ofusca una persona, unas veces es por algún motivo y otras porque puede tener algún tipo de trastorno psiquiátrico, que es lo que tenemos ahora que analizar y valorar", explica el abogado, al tiempo que incide en que "su estado de ofuscación fue transitorio".
Añade que "seguramente él después se dio cuenta de lo que había hecho. Ahí ya tenía dos opciones: o llamar a la Policía o hacer lo que hizo". "Yo no digo que lo que hizo estuviese dentro del trastorno mental, porque ahí él actuó con plena conciencia de lo que estaba haciendo", sentencia.
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