Hallados los cadáveres de los tres militares en el helicóptero hundido
El ministro Morenés se reúne con las familias para comunicarles la noticia
Lo que más se temía se confirmó. Los tres militares que iban a bordo del helicóptero Super Puma que el pasado día 22 cayó al mar frente a las costas del Sáhara Occidental perdieron la vida en el siniestro. El ministro de Defensa, Pedro Morenés, comunicó el jueves por la noche a las familias que el juez togado había certificado, después de que los buzos inspeccionaran la cabina localizada el miércoles a 40 metros de profundidad, que los tres cadáveres están en el interior del aparato.
Tras reunirse en la base aérea de Gando (Gran Canaria) con los familiares del capitán José Morales Rodríguez, el teniente Saúl López Quesada y el sargento Jhonander Ojeda, Morenés ha comparecido ante los medios de comunicación para efectuar una breve declaración sin preguntas.
El ministro ha explicado que el juez togado militar número 52, encargado del caso y que se encuentra a bordo del Buque de Acción Marítima (BAM) Rayo, le comunicó a las 19.07 (hora local) que había certificado la presencia de tres cadáveres dentro de la cabina, después de que esta fuera inspeccionada por los buzos. Además de prestar apoyo a las familias de los fallecidos, la prioridad de su departamento es ahora "recuperar los cuerpos [que están todavía en el interior del aparato] y subirlos al Rayo, con todas las garantías de seguridad". A continuación, serán trasladados a Las Palmas, "para continuar con los trámites judiciales".
El ministro ha advertido de que estas labores, que incluyen el izado del helicóptero, pueden demorarse, "considerando las malísimas condiciones meteorológicas de la zona" y la necesidad de preservar la seguridad de quienes participan en el rescate. Morenés ha trasladado la noticia al Rey y al presidente Mariano Rajoy, quien se ha mostrado "consternado" y ha trasladado sus condolencias a los parientes y compañeros de los militares fallecidos a través de su cuenta de Twitter.
El Super Puma, perteneciente al 802 escuadrón del Ejército del Aire, salió el jueves 22 de Dakar (Senegal), donde los militares habían instruido a miembros del Ejército local en misiones de rescate aéreo. El helicóptero tenía prevista su llegada a Gando a las 16.45, pero a las 14.05, tras una escala para repostar combustible en Nouadibou (Mauritania), cayó al océano Atlántico, en una zona sin cobertura de radio ni rádar, a 40 millas al suroeste de Dajla, la antigua Villa Cisneros.
Recuperar los cuerpos de los fallecidos, aún en el fondo del mar, es ahora la prioridad
Los tripulantes no consiguieron nunca salir del aparato. La noticia de su supuesto rescate era falsa
La activación de la baliza del aparato permitió localizarlo e inmediatamente se inició una operación de rescate que estuvo rodeada por la confusión. Un helicóptero Puma marroquí aseguró haber visto el aparato en el mar, junto a una balsa desde la que se lanzó una bengala. El caza F-18 que partió de Gando también creyó ver la bengala, mientras que este y un CN-235 de patrulla marítima, que tomó fotografías, observaron el colorante verde que se dispersa para facilitar su identificación desde el aire. A las 21.25, la Guardia Civil remitió a Defensa un FAX en el que daba cuenta de que, según la Gendarmería marroquí, os tres militares habían sido rescatados por un pesquero que se dirigía al puerto de Dajla. Tanto Defensa como el Ejército del Aire dieron por buena la noticia y la hicieron pública a través de sus cuentas de Twitter.
Pero el pesquero nunca llegó a puerto, lo que hizo que al día siguiente se encendieran todas las alarmas y se reanudara la búsqueda desde el aire. Morenés, que desde el viernes está instalado en la base de Gando, admitió que el secuestro era una de las hipótesis en las que trabajaba, aunque no "la más plausible".
Tras una gran despliegue de medios navales y aéreos, —que incluyó dos cazaminas, un BAM, el buque Camino Español o el Olympic Zeus, fletado por el Ministerio de Fomento—, el pasado miércoles se localizó la cabina del helicóptero, a escasa distancia del lugar donde se hundió.
El hallazgo de los cadáveres confirma finalmente que la información facilitada por Marruecos —por la que se disculpó el pasado viernes, atribuyéndola la Marina senegalesa— era falsa: los tres militares nunca salieron del helicóptero, por lo que nadie pudo ver ninguna balsa ni bengalas. Tampoco echaron el colorante, sino que este se dispersó al contacto con el agua.
Ayer mismo se mantenía la búsqueda por vía aérea de los tripulantes, en la que participaban un avión Defender marroquí, un helicóptero Puma marroquí y un CN-235 español. Fuentes de Defensa indicaron que este dispositivo de búsqueda en superficie se mantendría hasta que se confirmara la presencia de los cadáveres entre los restos del aparato. Al tiempo se preparaba el izado de la cabina, una tarea compleja —especialmente si se quieren evitar daños durante la maniobra de emergencia— en la que participaban 20 buzos y que este jueves se vio dificultada por una marejada con olas de entre dos y cuatro metros.
El plan consiste en izarla con una pluma (grúa naval) al Olympic Zeus, el buque noruego fletado por el Ministerio de Fomento. Para facilitar la tarea, una patrullera marroquí ha llevado dos grandes redes. No obstante, antes de izarlo desde el fondo marino, habrá que fotografiar y filmar el estado en que se encuentra el helicóptero.
En la zona se encuentran también los cazaminas Turia y Júcar que, con sus sonares de barridos laterales, consiguieron localizar el pasado miércoles la cabina del helicóptero siniestrado.
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