Rivera: “No tenemos techo ni tampoco tenemos suelo”

De la plaza de las Flores al monumento de la Constitución, Albert Rivera se pasea por el Cádiz del arte y las protestas, perseguido por seguidores y críticos, rodeado de gritos de apoyo ("Haga frío o haga calor, Ciudadanos es el mejor"), y de protesta ("¡Sois la muleta del PSOE!", le afean unos trabajadores de Delphi). La campaña de las elecciones generales también se hace a pie de calle, desgastando las suelas contra los adoquines de la tacita de plata. Rivera llega entonces al monumento que conmemora la Constitución de 1812, su tótem político, y coge el micrófono frente a 500 seguidores para defender su proyecto en España y en Andalucía, donde firmó un pacto para investir a Susana Díaz (PSOE) como presidenta sin entrar en el Ejecutivo. "No queremos cargos, queremos cambios", dice. Llueven los aplausos mientras anima al voto. "No tenemos techo ni suelo".

"Aquí, en Andalucía, ustedes pagarán dos puntos menos de IRPF, no gracias al PP, sino a Ciudadanos", comienza a enumerar Rivera. "Eso son hechos y no palabras", argumenta. "Eso es dinero en el bolsillo, y no eslóganes ni tuits. Hemos puesto en marcha una comisión sobre los cursos de formación. Habrá 125 millones de euros para pymes y autónomos en Andalucía", añade, y suma a la lista que hay más plazas médicas, de profesores y de educacion infantil. "Venimos a hacer oposición y a conseguir cosas para los andaluces sin gobernar".

El listado no tiene nada de casual. Ciudadanos se está consolidando como segunda fuerza para las elecciones generales, según todos los sondeos. Eso convierte al partido de Rivera en el árbitro que decidirá quién ocupa La Moncloa. Aunque en el formación emergente insisten en subrayar sus propias opciones de ganar, sus adversarios recuerdan los acuerdos autonómicos que ha firmado para intentar alentar el miedo entre los votantes. En el PP recuerdan que Rivera pactó con el PSOE el Gobierno de Andalucía. En el PSOE, que acordó con el PP los de Madrid, La Rioja, Castilla y León y Murcia. Frente a eso, Rivera intenta hacer pedagogía para separase de los dos partidos tradicionales y preservar sus opciones de llegar a La Moncloa. Cuenta lo que va consiguiendo Ciudadanos con los pactos de investidura. Intentan convencer de que si logra cambios desde la oposición, más conseguirá desde el poder.

"Somos un movimiento civil para canalizar la ilusión y la esperanza de muchos españoles", argumenta tras celebrar la victoria de la oposición en Venezuela y después de criticar a Pablo Iglesias (Podemos) por no firmar el pacto antiterrorista. Su discurso, centrado en la reivindicación de sus propuestas, responde al lugar que hoy ocupa Ciudadanos en las encuestas. Pese a que es segundo, sus votantes conforman un conjunto volátil, según los expertos. La bolsa de indecisos es también grande, según todos los analistas. A todos ellos se dirige Rivera cuando se despide: "No tenemos techo, ni tenemos suelo. La humildad es la base de la ambición", advierte.