Hallada una bomba de la Segunda Guerra Mundial en aguas de Alicante
La Guardia Civil baliza la zona de Tabarca para que la Armada inutilice el explosivo
La Guardia Civil ha localizado un artefacto explosivo, probablemente una carga de profundidad antisubmarinos usada durante la Segunda Guerra Mundial, en aguas de la reserva marina de la isla de Tabarca, en Alicante. Aunque no supone riesgo alguno para los miles de personas que visitan cada semana este enclave turístico, tanto la navegación como actividades recreativas como el buceo han sido prohibidas en la zona, según han informado este miércoles los agentes. La Armada española deberá decidir en las próximas horas si desactiva o detona –opción más probable- la bomba.
El artefacto es un modelo MK o Mark, utilizado por el Ejército norteamericano a finales de la Segunda Guerra Mundial para atacar desde buques o aviones a submarinos enemigos, según el primer dictamen del Grupo Especial de Desactivación de Explosivos (Gedex) de la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante.
Miembros de un club de buceo recreativo avistaron el objeto metálico el pasado sábado, en una zona ubicada a más de dos millas de la isla, en el perímetro de la reserva marítima competencia del Ministerio de Medio Ambiente. Al día siguiente, agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) realizaron diversas inmersiones y la localizaron a 29 metros de profundidad, en un punto muy azotado por importantes corrientes marinas.
Al principio, los buzos pensaron que se trataba de una bombona de butano, pero al acercarse comprobaron que estaban ante un artefacto explosivo muy antiguo. Los buzos de la Guardia Civil lo fotografiaron para que sus compañeros del Gedex lo identificaran y acotaron luego la zona para evitar “posibles accidentes o manipulaciones”.
Prohibido el buceo y la navegación
Tanto el paso de embarcaciones de recreo, muy presentes en la reserva, como el buceo deportivo han sido prohibidas en esta área. Sin embargo, las conexiones marítimas con Alicante y Santa Pola, no se han visto afectadas. Una patrullera del servicio marítimo de la Guardia Civil, y las cámaras de larga distancia del Servicio Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) velan desde el domingo las 24 horas del día por que se cumplan estas restricciones.
No obstante, fuentes de la Comandancia de Alicante insisten en que no existe riesgo alguno para los visitantes de la isla, la única habitada de continuo en la Comunidad Valenciana. De hecho, este tipo de bombas solo provoca daños cuando da en el blanco, generalmente un submarino, o en un radio de acción muy reducido respecto a la situación del objetivo, alrededor de cinco metros. Estas cargas, además, cuentan con un mecanismo que las hace explotar únicamente al alcanzar determinada profundidad, hasta un máximo de 180 metros.
La Guardia Civil ha comunicado el hallazgo al Ministerio de Defensa para que la Armada se haga cargo de su desactivación o su detonación, pues ese cuerpo del Ejército tiene atribuidas las competencias sobre la manipulación de minas y demás explosivos localizados en el fondo marino español. Las fuentes consultadas han explicado que lo más probable es que la MK sea explosionada de forma controlada por razones de seguridad.
El hallazgo ha sorprendido mucho a los artificieros de la Guardia Civil, más habituados a la manipulación de antiguos explosivos de la Guerra Civil española, sobre todo granadas de mano. Y cómo llegó la MK al fondo marino de Tabarca es todo un misterio. Aunque España no participó de forma oficial en la Segunda Guerra Mundial, su costa mediterránea fue escenario de algunos enfrentamientos entre los aliados y la Alemania de Hitler durante esa contienda. En 2011, buzos de una fundación localizaron en aguas de Calpe, también en Alicante, los restos de un ataque de la aviación británica a un submarino germano acaecido en 1943. Otra de las hipótesis, aunque no la más probable, es que la carga de profundidad fuera arrojada o abandonada en aguas internacionales y las corrientes submarinas la depositasen cerca de la costa alicantina.
La Isla de Tabarca y su franja marítima fue en los siglos XV y XVI puerto base de los piratas berberiscos que asolaban las costas levantinas de la Península. Hace más de treinta años el entorno fue declarado reserva marítima de especial protección y actualmente se ha convertido en un enclave turístico que recibe a decenas de miles de visitantes cada año, especialmente en época estival.
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