Italia vigilará a los hijos de Juana Rivas en Carloforte
La justicia del país vecino ordena el control de los servicios sociales, que elaborarán un informe para decidir sobre la custodia de los menores
Son dos niños de 11 y tres años. Su imagen sentados en un sofá con la cara pixelada junto a su madre, Juana Rivas, se ha hecho famosa en España. Han pasado casi un mes escondidos con ella y hay un ultimátum judicial que afecta directamente a sus vidas. Corren las horas para que expire el plazo que obliga a que sean entregados al padre para viajar a Italia, donde otra juez ha decretado que sean vigilados por los servicios sociales.
La mujer granadina ha señalado en cartas públicas que su hijo mayor “ha sido testigo” de los malos tratos de su padre hacia ella y ha pedido encarecidamente que el menor “sea escuchado” de nuevo en los tribunales. La primera sentencia que ordena su “inmediata” restitución a Italia, de diciembre de 2016, recoge un informe psicológico del niño en el que se asegura que “el vínculo con su padre es positivo” si bien considera a su madre la “principal figura de referencia”. Sobre si volverán o no a ser escuchados, el último auto de la juez de Instrucción 2 de Granada señalaba: “La no entrega de los menores conlleva la imposibilidad material de ser oídos en su caso y si se estimare necesario”.
El exmarido de Rivas, Francesco Arcuri, que aguarda desde hace más de un mes en Granada para llevarse a los niños y siempre ha negado haber maltratado a su expareja, ha asegurado que se irán al municipio de Carloforte, en Cerdeña, de donde salieron con su madre hace 15 meses. Es el tiempo que lleva sin verlos. No habla con ellos desde noviembre. Él asegura que pusieron al mayor en su contra y la familia de Juana Rivas sostiene que el niño dejó de querer atenderle al teléfono cuando se enteró de que la había denunciado por su secuestro.
La magistrada de la primera sección civil de Cagliari, Grazia Maria Bagelli, ya ha previsto cómo serán los primeros meses de estos niños en Carloforte. En una sentencia del 3 de julio, 23 días antes de que Rivas huyera con sus hijos para no entregarlos, ordena a los servicios sociales que controlen al padre y que vigilen a los menores cuando regresen, según recoge el documento.
La juez italiana ha tomado en consideración la condena a Arcuri por violencia de género en 2009. La sentencia italiana también se hace eco de la denuncia que le puso Rivas por nuevos episodios de malos tratos dos meses después de llegar a España, sobre episodios que habrían tenido lugar en los tres años de convivencia de la pareja en Carloforte. Estos hechos también deberán ser investigados allí.
Este seguimiento de los servicios sociales “no se pone en marcha siempre en estos casos, pero si se hace en más de una ocasión y es recomendable”, explica Anna María Vidal, abogada y presidenta de la Asociación de profesionales en materia de sustracción internacional de menores en España (ASIME). “Es aconsejable siempre y sobre todo cuando una de las partes alude a malos tratos o violencia”.
Los técnicos de los servicios sociales municipales de Carloforte deberán “verificar las condiciones familiares y de vida de Francesco Arcuri” y vigilar cómo viven sus hijos. Estos técnicos serán los encargados de elaborar un informe sobre los menores y su padre antes de mediados de octubre que será clave para determinar a quién corresponde la custodia, que en estos momentos ostenta de forma provisional Arcuri. El próximo 31 de octubre, ambos progenitores deberán comparecer ante los jueces italianos por ese asunto.
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