30 años de cárcel para los ‘grapo’ que vigilaron al secuestrado Publio Cordón hasta su muerte
Los dos terroristas encerraron al empresario en un armario minúsculo. Un 'arrepentido' dice ahora que fue enterrado en los Pirineos
Los dos terroristas de los GRAPO (Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre) que tuvieron cautivo en un armario de un chalé de Francia al empresario Publio Cordón, secuestrado y muerto en el verano de 1995, han sido condenados a 30 años de cárcel por la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, en una sentencia divulgada este jueves. El tribunal considera probado que José Antonio Ramón Teijelo y María Victoria Gómez Méndez encerraron a Cordón en un armario empotrado de 1,71 metros de largo por 1,21 de ancho en la buhardilla de una casa de Lyon hasta que, según ellos, murió al intentar huir y fue enterrado por los terroristas en un paradero nunca localizado. No se les condena por homicidio, porque nunca se ha hallado el cadáver de Publio Cordón, pese a que ha sido buscado durante 22 años.
La condena ha servido para conocer que, recientemente, otro miembro del comando terrorista, Fernando Silva Sande, ha asegurado ahora en una misiva -cuya existencia ha revelado el tribunal- que el empresario, que entonces tenía 61 años, recibió sepultura en los Pirineos, no en el Mont Ventoux, en los Alpes, como sostenía desde hace años y donde los trabajos para hallar el cuerpo han sido infructuosos.
El tribunal considera a José Antonio Ramón Teijelo y María Victoria Gómez Méndez responsables de un delito de detención ilegal sin dar razón del paradero de la víctima, cometido dentro de la actividad de una organización terrorista. Los jueces explican que Teijelo y Gómez Méndez, que siempre negaron su participación en el secuestro, se encargaron de custodiar la vivienda de la localidad francesa de Lyon donde permaneció secuestrado el empresario algo menos de un mes.
Sin embargo, la sala no ve elemento objetivo alguno que corrobore la acusación por homicidio para ambos, ya que la búsqueda infructuosa del cadáver de Cordón impide concluir que falleciera de la forma en que describió Silva Sande, el grapo que lleva colaborando en este caso con la Guardia Civil desde 2008.
La sentencia establece que, desde que Publio Cordón, presidente de la empresa Previasa, fuera secuestrado el 27 de junio de 1995 en Zaragoza, fue trasladado a un chalé en la rue de la Batterie del barrio de Bron, en Lyon, que los dos condenados y Sande habían alquilado haciéndose pasar por profesores. La víctima fue metida en un armario empotrado minúsculo, "previamente acondicionado para ello". En ese armario, Cordón dejó huella de su encierro en una de las jambas, donde hizo 14 muescas correspondientes a sus dos primeras semanas de cautiverio. A partir de ahí, ya no hubo más muescas.
La sentencia dice: "A la tercera semana de estar privado de libertad, el señor Cordón desapareció sin que se tenga constancia de su paradero". Los custodios abandonaron el chalé y rescindieron el contrato. Los jueces escriben cómo los dos ahora condenados, "sabedores de su destino [de Cordón], no han facilitado el mismo". Lo que sí los GRAPO fue cobrar el rescate del secuestro, aunque ya no estaba en su poder: 400 millones de pesetas de entonces (unos 2,5 millones de euros).
Nunca se ha dado con el paradero de Cordón, ya declarado oficialmente muerto. Durante años, los grapo que han sido juzgados por este y otros casos, dijeron que se escapó, que fue liberado... hasta que confesaron que se murió durante el cautiverio y fue enterrado, supuestamente por los dos condenados y el propio Silva.
El arrepentido Fernando Silva, que supuestamente enterró a Cordón, que entonces contaba con 61 años, dijo inicialmente que lo había enterrado en un paraje del Mont Ventoux (en los Alpes franceses) después de que el empresario, en el 15 o 16 día de cautiverio, se precipitara al suelo desde un primer piso del chalé al intentar escapar y falleciera en el acto. El cadáver del industrial no ha sido encontrado pese a que Silva Sande ha acompañado a las fuerzas de seguridad a varias batidas por la zona.
En el juicio, Teijelo quiso desmontar la versión del arrepentido Fernando Silva Sande, ya condenado por ese secuestro, y negó que le marcara en la cárcel sobre un plano el lugar donde habían enterrado el cuerpo, que la Guardia Civil ha buscado sin éxito en diversas ocasiones.
Pero ahora el caso, nunca cerrado por el instituto armado, empeñado en localizar los restos del secuestrado, ha dado un nuevo giro. Silva Sande ha rectificado y ahora asegura que tras el fallecimiento del empresario Publio Cordón mientras estaba secuestrado llevaron el cadáver a los Pirineos y no a Mont Ventoux como siempre había mantenido.
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