Valls pide la “derrota” total de ETA y de su relato y emplaza a sus miembros a pedir perdón
El ex ministro del Interior francés y la viuda de Gregorio Ordóñez reclaman "tensión" y "autoridad" al Gobierno de Rajoy
"Más tensión democrática para enfrentarse a los nacionalismos", ha pedido Ana Iribar, la viuda de Gregorio Ordóñez, el teniente de alcalde de San Sebastián y parlamentario vasco asesinado por ETA en 1995. "Cirugía democrática", ha reclamado el filósofo Fernando Savater. "Hay que derrotar a ETA, no solo policial y judicialmente, sino también política y culturalmente", ha coincidido el exministro del Interior francés, Manuel Valls.
Los tres han reclamado al Gobierno de Mariano Rajoy, en San Sebastián, que aplique "más tensión" para luchar no solo contra el independentismo catalán, sino también contra el vasco, como la mejor receta para "descontaminar la atmósfera" de Euskadi y solucionar el conflicto catalán. La entrega del premio de la Fundación Gregorio Ordóñez al exministro francés, por su "lealtad constitucional", se ha convertido en una demanda de más autoridad al Gobierno español para acabar con el relato y la permisividad que manejan los independentistas. Valls no solo colaboró con España en la lucha contra ETA durante su época de ministro, sino que además ha participado en numerosos actos en favor de los partidos constitucionalistas en Cataluña, invitado por la Societat Civil Catalana.
Sus dicursos, duros en ocasiones, tenían un público muy especial. Frente a ellos se sentaban los miembros de dos décadas de Gobiernos del PP y una amplia representación del Estado en Euskadi y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. José María Aznar y su esposa, la exalcaldesa de Madrid Ana Botella, escuchaba sus palabras junto a su exministro de Interior, Jaime Mayor Oreja. Y, junto a ellos, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, la ministra de Defensa y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido."¿No creen ustedes que este país no puede ser suelo para artesanos de la paz ni de la puntilla belga, ni para mediadores de tres al cuarto que han hecho de la negociación un más que lucrativo negocio?", les ha preguntado Iribar.
Alta representación institucional
El expresidente, José María Aznar viajó el viernes a San Sebastián con su esposa, la exalcaldesa de Madrid Ana Botella y ha estado acompañado en todo momento por uno de sus hombres de confianza durante sus dos gobiernos, Jaime Mayor Oreja, y por la expresidenta del PP vasco María San Gil.
Por su parte, Sáenz de Santamaría ha aparecido flanqueada por el actual ministro del Interior, José Ignacio Zoido, y por la de Defensa, María Dolores de Cospedal, aunque a este acto ha asistido en su calidad de secretaria general del PP.
Cospedal, que cenó anoche con dirigentes del PP vasco en San Sebastián, ha presidido alas 10 horas la reunión de la Junta Directiva de los populares de Euskadi.
Aprovechando esa cita también participará en la ceremonia de entrega del galardón el vicesecretario de Sectorial del PP, Javier Maroto, y numerosos dirigentes populares vascos, encabezados por su presidente, Alfonso Alonso.
El delegado del Gobierno en el País Vasco, Javier De Andrés, el presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Juan Luis Ibarra, y el presidente de la patronal Confebask, Roberto Larrañaga, han ocupado las primeras filas en el Hotel Londres, junto al embajador de Francia en España, Yves Saint-Geours, y la jueza enlace entre ambos países Frédérique Porterie.
Junto a ellos estaban también el portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Juan Carlos Girauta, la secretaria general del PSE-EE, Idoia Mendia, y el presidente de Vox, Santiago Abascal.
El auditorio del Hotel Londres se ha puesto en pie para aplaudir a Valls cuando recogía el premio. "La derrota de ETA no solo es policial, judicial, tiene que ser política y cultural, y los criminales de ETA tienen que reconocer que se han equivocado, pedir perdón a la sociedad española. La reconciliación no es entre una democracia y un pueblo asesinado y una organización terrorista. Eso no es posible. Porque esto no es una guerra civil", ha coincidido con la viuda de Ordóñez. También escuchaban atentamente sus palabras el embajador de Francia en España, Yves Saint-Geours, y la jueza enlace entre ambos países Frédérique Porterie.
Valls ha recordado que la lucha contra ETA, y la coordinación entre Estados, de la que es firme defensor, no siempre ha sido así. "Me quité el carné de la liga de los derechos humanos porque iba en contra de la extradición de los etarras en la época de Miterrand. Había un romanticismo buscando las causas para entender el terrorismo", ha relatado en un español casi perfecto. "Cuando fui nombrado ministro de Interior en 2012, mi primera declaración en Munich fue para decir que esa colaboración que ya se había iniciado no cambiaría". En su opinión, el "separatismo está fracasando", pero ahora los españoles tienen que pensar "qué significa ser español".
Ana Iribar ha utilizado un lenguaje más duro. Ella sí ha interpelado a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría a inhabilitar a los "herederos de ETA-HB-Bildu" de las listas y cargos públicos en Euskadi, en el resto de España y Europa; ha criticado al PNV por la "fría e impasible mirada" de sus instituciones durante décadas; ha descalificado las labores de mediación del Gobierno vasco con Carles Puigdemont, y ha reclamado con el ejemplo de la tumba que supuso Stalingrado para los nazis, que se imponga el discurso de la "derrota" de los independentistas vascos.
Una receta que el filósofo Fernando Sabater, tras explicar que los demócratas, las víctimas y la sociedad vasca y española no tienen que reconciliarse con los asesinos, definió como "cirugía democrática".
Tras la entrega del premio, este domingo, Valls participará en el homenaje por Fernando Múgica, asesinado por ETA el seis de febrero de 1996. "Vuestro mensaje es imprescindible y es que más que nunca necesitamos democracia, libertad y respeto, pero con valores, y un Estado que es el que permite el interés general y la igualdad entre los ciudadanos. Una sociedad sin autoridad no funciona", ha explicado.
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