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Caso Gürtel
Crónica
Texto informativo con interpretación

“Me siento un poco abandonado por el PP”

El cabecilla de Gürtel, Francisco Correa, comparece en el Congreso por videoconferencia y desde la cárcel sin aportar nada nuevo, salvo sus frases misteriosas y amagos contra Rajoy

Francisco Correa declara en la Comisión de Investigación relativa a la trama Gürtel.Foto: atlas | Vídeo: JAIME VILLANUEVA | atlas
Íñigo Domínguez

La primera declaración de Francisco Correa esta mañana del martes en el Congreso, por videoconferencia desde la cárcel, fue un gran suspiro, mientras se disponía a sentarse en la silla ante la cámara. Como diciendo lo que hay que aguantar, otra vez con esto. La imagen de la pantalla era más cercana que en los juicios, y aparecía con los pómulos más hundidos, algo más cansado. Le tocaba a él en la comisión de investigación sobre la financiación del PP y no había muchas expectativas, porque su abogado había avisado de que no iba a hablar. Pero con Correa nunca se sabe, y efectivamente. Empezó suave, diciendo que no contestaría: “Desde luego no tengo inconveniente, cuando acabe esto, en estar con ustedes 28 horas, me dan dos coca colas zero y ya está”. Pero enseguida le pudo el personaje, en directo desde Valdemoro. Habló como siempre, y se puso un poco chulo en algunos momentos con las preguntas. Salvo con el PP, que decidió no hacer ninguna. “Porque creo firmemente en la presunción de inocencia”, dijo su portavoz de la ocasión, Beatriz Escudero -es que en esta comisión el PP endosa el marrón por turnos entre sus segundas filas-. “Muchas gracias”, contestó Correa, un hombre que dijo no tener "conciencia de ninguna irregularidad".

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En ese pacto de no agresión con los populares, modulado estos años en los tribunales, el líder de la trama Gürtel, dejó caer sus frases ambiguas y misteriosas, siempre con la amenaza velada de tirar de la manta, aunque lleva cuatro años en la cárcel: “Con el PP no me siento mal pagado, pero es posible que un poco abandonado. Porque creo que hemos estado trabajando muchos años, de 1993 a 2004, y hemos hecho un excelente trabajo”. A la pregunta de Toni Cantó, de Ciudadanos, de si el PP estaba “infrarrepresentado en los tribunales” en los escándalos de corrupción, Correa respondió: “¿Que no están todos lo que son? Puede ser. Es el fiscal quien investiga”. También le preguntaron si la presunta financiación ilegal del PP nacional continuó tras su marcha a Valencia en 2004. Respuesta: "Es posible que sí".

Cuando le inquirían acerca de lo más peliagudo –Rajoy, o empresarios que pagaban comisiones- cogía aire con fuerza y rictus tenso, para no decir luego casi nada. Llamó al líder del PP “este señor”, y entre eso y que Rajoy suele hablar de esas personas de las que usted me habla, todo queda en un ámbito de exquisita deferencia. Solo apuntó al actual presidente del Gobierno, a quien dijo no conocer "personalmente", en este diálogo, a preguntas de Txema Guijarro, de Unidos Podemos:

-¿Cuál el papel del secretario general del PP en las campañas?

-Era el que daba el OK.

-Pues en aquellos años era Mariano Rajoy. ¿Era él?

-Pienso que sí.

En esos momentos se rozaba lo interesante, pero era Correa que manejaba el suspense, quizá por puro entretenimiento. En realidad entre que no contestaba a lo que aún no se ha juzgado, no se salía de lo que ya ha declarado en los tribunales -confirmó, de hecho, la financiación ilegal del PP en Valencia- y que sabe de Gürtel más que todos los diputados juntos, la sesión no aportó nada nuevo, salvo algunos trances de reflexión en voz alta. Con Artemi Rallo, del PSOE, se puso muy respondón, porque insistía en citarle frases de los juicios: "Ha salido en todas las teles, me parece absurdo. Pase usted a otra pregunta”. Llegó a echar broncas: "Usted quiere hacer una publicidad de nuevo del tema. Entre usted en temas nuevos". Es más, invitó a los presentes a los próximos juicios si querían enterarse de más. Otras veces se limitaba a confirmar: "¿Ha dicho que pasaba en Génova más tiempo que en su despacho?". "Correcto", contestaba. En algunos de estos diálogos en las sillas del PP se oían bufidos.

Correa se describió a sí mismo como una víctima de la mala suerte, o de su propia ambición, él que ha trabajado "con todas las grandes multinacionales de España", por no haber visto que aquel gran negocio con el PP podía ser un mal negocio, porque en mala hora se le ocurrió mezclarse con políticos. Incluso lamentó que el Bigotes, Crespo, el resto de la trama, esté en la cárcel, "porque la gente que ha trabajado en mi empresa es muy honesta y se ven implicados ahora en una historia política". Su análisis de fondo: "Gürtel es algo que se creó en 2007, 2008, porque nuestra empresa colaboraba con el PP, si en lugar del PP hubiera sido una compañía multinacional no estaríamos aquí ahora. Como es un partido político, estamos en medio, somos empresarios, hemos hecho campañas, todos los partidos políticos se financian de la misma forma, es un secreto a voces". Esto al PP le debió de encantar oírlo, y su portavoz del día, la última en intervenir, leyó en su folio una argumentación similar, reprochando que la comisión solo sirva para demonizar y condenar al PP. El propio Correa, de hecho, fue casi quien cerró el turno de los populares, al pedir la palabra y decir, a modo de conclusión: “Queda claro ante toda España que todos los partidos tienen un grave problema de financiación, y eso avala mi declaración, que esto es un secreto a voces, y que esto es un poco un paripé”.

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Sobre la firma

Íñigo Domínguez
Corresponsal en Roma desde 2024. Antes lo fue de 2001 a 2015, año en que se trasladó a Madrid y comenzó a trabajar en EL PAÍS. Es autor de cuatro libros sobre la mafia, viajes y reportajes.

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