El Ayuntamiento de Comillas pide a Colau que reconsidere la retirada de la estatua de Antonio López
El municipio cántabro pone en valor la contribución del empresario al Modernismo o la Renaixença por encima de su pasado esclavista
El anuncio de la retirada, con fiesta ciudadana incluida, de la estatua de Antonio López que hay en Barcelona ha indignado al ayuntamiento de Comillas (Cantabria). López, denostado desde hace años por entidades de la ciudad —que han encontrado un aliado en el Gobierno de la alcaldesa Ada Colau— por su pasado comerciando con esclavos, recibió el título de Marqués de Comillas por parte de Alfonso XII en 1878. De ahí el disgusto del municipio cántabro, cuya alcaldesa, Maria Teresa Noceda, ha escrito a Colau para expresar que considera la retirada "un despropósito" y pedirle que "reconsidera de forma sensata" su decisión.
"Para que no se caiga en un error histórico al ocultar un monumento y a un personaje clave en la historia de Cataluña y de España de finales del siglo XIX", escribe Noceda. La carta pone en valor la contribución de López a la cultura y su apoyo a artistas del Modernismo y escritores de la Renaixença y apunta que el tráfico de esclavos era habitual en la época y no era ilegal. "Muchos de los empresarios españoles e indianos hicieron lo mismo y posiblemente le llevarían a revisar muchas calles y plazas de su ciudad", advierte Noceda a Colau.
La alcaldesa de Comillas reconoce en carta que la "faceta empresarial [de López] pudo tener algunos aspectos oscuros". Pero apunta: "¡Qué empresario no los ha tenido!", señala que "no cometió ninguna ilegalidad, porque vivió en una época en que se permitía" el comercio de esclavos. Noceda enumera con gran detalle las aportaciones del marqués a la cultura y la historia de Cataluña. Recuerda que a través de sus empresas —"muchas y diversas, con presencia internacional"— "contribuyó al florecimiento de las artes y la industria de Barcelona y Cataluña".
Por ejemplo, apunta su "contribución al embellecimiento de la ciudad y a su desarrollo cultural junto con su yerno, Eusebio Güell, conde de Güell". Ambos apoyaron a los artistas del Modernismo de la talla de Antoni Gaudí y Lluís Domènech i Montaner. El Marqués de Comillas también "fomentó la literatura en lengua vernácula en relación con la Renaixença". Protegió a Verdaguer, "que fue durante muchos años su director espiritual y capellán de la Compañía Trasatlántica", y a otros poetas y artistas como Apel.les Mestres y Alexandre Riquer, añade. La carta señala que el empresario hizo una "importante" labor de "difusión del catalanismo por el resto de España".
La alcaldesa de Comillas también manifiesta su sorpresa porque la retirada de la estatua coincida con la rehabilitación, por parte de la Generalitat, del Palau Moja, en la Rambla, un edificio "en el que residió 30 años que se está restaurando para recuperar el aspecto original y que en la actualidad es la sede del Servicio de Patrimonio Cultural" del Gobierno catalán.
"Todo lo anteriormente expuesto forma parte del devenir cultural de Barcelona", pone en valor la alcaldesa, que entiende que sin obviar "la leyenda negra del marqués en cuanto al tráfico de personas", "no es suficiente para denostar toda la labor cultural y social que realizó tanto en Cataluña como en otras ciudades como Cádiz y Comillas como para que se desprecie un monumento en el que colaboraron otros artistas fundamentales del modernismo catalán como Roig Soler, Llimona, Vallmitjana o Eusebi Arnau".
El ayuntamiento de Comillas no es el único que rechaza la retirada de la estatua de Antonio López. La Asociación Catalana de Capitanes de Marina Mercante ha hecho público un comunicado criticando la decisión del Consistorio barcelonés. Los capitanes recuerdan que López fue el “fundador entre otras empresas de la Compañía Transatlántica la naviera más importante de España y una de las principales de Europa”.
El comunicado asegura: “Las ciudades de nuestro entorno social y cultural recuerdan a personajes que engrandecieron con su actividad el país y la ciudad con independencia de la época histórica que les tocó vivir, pues juzgar con criterios del siglo XXI la moral y las leyes de los tiempos pasados nos abocaría a una destrucción irracional y absurda de la Historia”. Los capitanes tildan a Antonio López de “gran emprendedor, mecenas del arte y la cultura” y acusan al Ayuntamiento de basarse en una “falacia” para acusar a López de esclavista. “El Ayuntamiento no tiene ningún informe que demuestre la aseveración de que Antonio López era un negrero, pues la falsedad procede exclusivamente de un panfleto del cuñado de Antonio López dedicado sin prueba alguna a denigrar su memoria, despechado por el reparto de la herencia que había decidido su padre”, aseguran los capitanes mercantes a la vez que solicitan al Consistorio que reconsidere la decisión y respete la memoria de López.
Desde el Ayuntamiento de Barcelona, fuentes municipales subrayan que en la argumentación de la alcaldesa de Comillas hay "un error fundamental, y es que lo que hizo Antonio López no era legal ni normal en su época". "El tráfico de esclavos era una actividad ilegal desde 1820 y consciente de ello, se esforzó [el empresario] en esconder el tráfico y por ello desde el momento de la instalación de la estatua hubo voces que pidieron el traslado de la estatua", añaden y apuntan que será trasladada al Museo de Historia de la Ciudad "para que deje de tener la función de ejemplaridad que cualquier monumento en el espacio público tiene para la ciudadanía". "En la calle no tiene cabida en una ciudad como Barcelona, innovadora, abierta, que no discrimina y tolerante".
Los marinos mercantes niegan que López fuera “negrero”
Los marinos mercantes también se oponen a la retirada del monumento a Antonio López en Barcelona. La Asociación Catalana de Capitanes de la Marina mercante aseguran en un comunicado que es “una falacia” que el marqués de Comillas “fuera un negrero”. “La presunta actividad es falsa”, apuntan y aseguran que “mientras estaba en Cuba no tuvo ninguna actividad naviera relacionada con el tráfico, pues se dedicaba exclusivamente al cabotaje por los puertos de Cuba, el Sur y el Este de Estados Unidos”. En un comunicado los marinos mercantes aseguran que un miembro de la asociación ha solicitado sin éxito al Ayuntamiento el expediente sobre la decisión de la retirada y se muestran convencidos de que “la falsedad procede exclusivamente de un panfleto del cuñado de Antonio López dedicado sin prueba a denigrar su memoria”. Por todo ello, la ACCMM reclama también al consistorio que dirige Ada Colau que reconsidere la decisión “y respete la memoria que Barcelona conserva de nuestra estimable historia marítima”.
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