Torra recibirá trato de autoridad si solicita asistir a la vista

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, recibirá trato de autoridad si solicita acudir como tal al juicio del procés. El Tribunal Supremo cuenta con esta posibilidad porque tanto Torra como el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, han manifestado su intención de estar presentes en la sala de vistas durante alguna de las sesiones. Pero el presidente del alto tribunal, Carlos Lesmes, señaló ayer que no han recibido todavía una petición en este sentido. Si lo hacen, el Supremo la aceptará y Torra y Aragonès serán tratados “como cualquier autoridad española”. Es decir, se les recibirá en la entrada, serán acompañados al Salón de Plenos (donde se celebrará el juicio) y tendrán reservado un sitio “preferente”, señaló Lesmes.

La única institución que por ahora ha solicitado acudir a la vista es el Parlamento Vasco. El Supremo, según confirmo Lesmes, ya ha aceptado esta petición y representantes de la Cámara vasca podrán estar presentes en una o varias sesiones.

En un encuentro con periodistas, el presidente del Supremo admitió ayer que el juicio del procés, que será retransmitido en directo dentro y fuera de España, implica “un reto” para la institución. Pero la vista supone también, según Lesmes, “una oportunidad excelente” para poner de manifiesto “la calidad del tribunal, del sistema judicial y del estado de Derecho”, algo que desde algunos ámbitos “se ha querido poner en duda”.

Lesmes aseguró que el Supremo quiere respetar “la máxima dignidad” en el traslado de los presos desde la cárcel y en su estancia en el tribunal. A falta de perfilar algunos detalles, los nueve procesados que están en prisión preventiva serán llevados a primera hora desde la cárcel (los siete hombres estarán en Soto del Real y las dos mujeres, en Alcalá Meco) a la Audiencia Nacional, ya que en el Supremo no hay calabozos. Poco antes de las 10.00 (hora prevista para que empiecen las sesiones) se trasladarán al Supremo.

Lesmes señaló que se van a evitar “componentes de penosidad”, lo que implica conducirles dentro del tribunal por el camino más corto e intentando preservarles de la vista del púbico. La decisión de si irán esposados en estos trayectos queda en manos del tribunal que les va a juzgar, aunque Lesmes insistió en que se hará todo lo posible para “respetar su dignidad”. Los presos comerán en el Supremo en una sala que se ha reservado para ellos. Instituciones Penitenciarias ha encargado a una empresa de catering que lleve cada día al tribunal un menú.

Dentro de la sala habrá asientos reservados para la familia de los acusados, representantes de instituciones, prensa y público. Si alguno de los asistentes exhibe lazos amarillos o algún otro símbolo de apoyo al independentismo los siete magistrados actuarán como “policía de estrado” y será el presidente, Manuel Marchena, el que decida qué hacer.