El leonés que lleva el palillo de dientes hasta en la foto del DNI
La Policía Nacional ya se ha puesto en contacto con Sergio Álvarez para que cambie el documento "lo antes posible" tras conocer que aparece en la imagen con un mondadientes
Si el leonés Sergio Álvarez fuese coetáneo de Francisco de Quevedo, el poeta habría cambiado de víctima. En lugar de dedicar un soneto a Góngora por su prominente nariz, habría escrito “Érase un hombre a un palillo pegado”... Álvarez tiene 25 años y desde hace siete camina por la vida con este utensilio entre los dientes. Dice que le sirvió para no fumar. Ahora también le ha valido para ser conocido en toda España. Todo comenzó con una apuesta cuando debía renovar su documento de identidad. El joven, conocido entre sus amigos como Panita, coló una fotografía de esta guisa al funcionario que lo expedía. La ocurrencia ha triunfado en las redes sociales, aunque la Policía Nacional ya le ha llamado para que se haga otro DNI.
“Me han dicho que tengo que volver a la comisaría lo antes posible para cambiarlo. Que no he hecho nada ilegal y que no me preocupe. No me van a multar ni nada de eso, pero dicen que si no sustituyo la foto dará pie a que otros hagan algo similar. Si no la cambio, me anularán el DNI. Sería una persona sin identificación”, explica Álvarez a EL PAÍS por teléfono. Estos días se le ha acumulado el trabajo (es pintor de coches en un taller), pero asegura que acudirá el lunes a renovar el documento. “Quiero acabar cuanto antes con este tema y que todo quede en una anécdota”. Álvarez sostiene que su gesta no esconde una mala intención: “En ningún momento me he querido reír de la policía, solo es parte de una apuesta”.
Hace unas semanas, el joven acudió a la notaría con varios familiares para firmar una herencia. Una vez allí, se percató de que tenía el DNI caducado. Álvarez pidió cita inmediatamente en la oficina de expedición, situada en el centro de León. Su tía le aconsejó que se quitara el palillo de la boca cuando se hiciera la fotografía, pero su hermano le animó a que se retratara con él porque eso le identificaría mejor. “Mi tío dijo que no me atrevería, así que me aposté una cena con ellos a que lo conseguiría”. Dicho y hecho. El joven se hizo la instantánea en el fotomatón de un centro comercial, palillo incluido, y se dirigió a renovar el carné de identidad.
Las instrucciones del Ministerio del Interior son muy claras: el solicitante debe aportar una fotografía reciente en color con su rostro, tamaño 32 por 26 milímetros con fondo uniforme, blanco y liso, tomada de frente con la cabeza totalmente descubierta y sin gafas de cristales oscuros o cualquier otra prenda que pueda impedir o dificultar la identificación de la persona. Un portavoz de la Policía Nacional, que se encarga de expedir los documentos, admite que ha sido un error y que ya se ha citado al interesado para revertirlo. “Ese día había mucho jaleo en el centro. Quizás el funcionario pensó que el palillo era un reflejo de la foto y lo dio por bueno. Al fin y al cabo, la cara se me ve muy bien. Se me reconoce perfectamente”, afirma Álvarez.
“La historia del palillo no me sorprende porque siempre estoy con él en la boca. Lo que me ha llamado la atención es la repercusión que ha tenido”, sostiene el joven, que guarda varios mondadientes en su cartera y que incluso lleva una caja en el coche. Por lo que pueda suceder. Álvarez afirma que el asunto del DNI es una bobería más de otras muchas que ha hecho en su vida. Por ejemplo, en la pasada San Silvestre de León corrió disfrazado de Pikachu (un personaje de dibujos animados) y en 2010, cuando España ganó el Mundial de Fútbol, toreó con la bandera el coche de los agentes de la Guardia Civil. Era otra apuesta. Ahora espera que sus tíos cumplan su palabra y que le lleven a cenar por la cara (de su DNI) a un restaurante caro.
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