24 horas con Alexa: menos freírte un huevo...
Los asistentes guiados por voz prometen revolucionar el día a día en nuestros hogares. Para ver si ese futuro ya está aquí, hemos probado Alexa, la apuesta de Amazon.
Se decía que en el siglo XXI los coches funcionarían con agua, los ordenadores con el pensamiento y nuestros hogares con robots-mayordomo. Lo primero está lejos de cumplirse pero de las otras dos profecías no estamos tan lejos. ¿O sí?
Para comprobarlo decido hacerme con la apuesta de Amazon por los asistentes guiados por voz: Alexa, el nuevo hype techie que arrasa en EE UU con casi 11 millones de unidades vendidas. Con él podemos controlar las luces y climatización de nuestro hogar, descubrir música, hacer la compra, coordinar la agenda, establecer recordatorios, oír audiolibros, conocer el estado del tráfico…
Y esto es solo el principio, porque Amazon ha planteado un ecosistema abierto que permite a desarrolladores de todo el mundo crear skills (destrezas) que amplíen sus habilidades mediante la conexión con API de terceros. Además, la próxima generación promete ser capaz de reconocer la voz de cada usuario para ofrecer contenidos y experiencias adaptadas.
Saltando fronteras
Por desgracia, en España aún no está oficialmente a la venta, ni hay fecha para ello, así que lo compro a través de Amazon.com. Nada más recibirlo, lo conecto y procedo a configurarlo. El proceso promete ser muy Amazon: tan sólo descargar la app Amazon Alexa y seguir los pasos.
Sin embargo, ¡ay!, no está disponible en el App Store español. Momento crítico. ¿Seré incapaz de configurarlo y solo tengo un pisapapeles de 50 dólares? Buceando por foros recupero la ilusión, desde alexa.amazon.co.uk es posible configurar Alexa a mi red wifi, establecer en qué idioma le voy a hablar (el castellano aún no está disponible, tan solo inglés británico, inglés americano y alemán), enlazarlo con Google Calendar, Spotify, TuneIn… y decidir qué skills se desea habilitar.
No ha sido fácil, pero Alexa parece estar lista para ser mi Scarlett Johansson en Her. Sin embargo, es tarde, el proceso no ha sido tan Amazon como me hubiera gustado y necesito dormir. Antes le pido a Alexa que me despierte a las 7:45…
08:00 AM
Mientras ejecuto mis rutinas matutinas le pido que me dé un resumen de prensa, el tiempo y qué tengo hoy en mi agenda. La noticias son de BBC World, el tiempo lo da en ºF y lee mi agenda en castellano con acento inglés.
8:45 AM
Suena la alarma con una hora de retraso. Ato cabos: al hacer la configuración en Alexa. amazon.co.uk estoy con horario británico. Por eso también me da el tiempo en ºF. Esto se podrá ajustar desde la app… cuando esté disponible.
10:00 AM
Decido sacar partido a su conectividad
con Amazon Music, Spotify y TuneIn. Le pido
escuchar alguna cadena de radio. “¿Qué quieres
oír?”, me pregunta. “Clásicos de los 60”, contesto.
Proud Mary, de Creedence, empieza a rugir.
13:15 PM
Empiezo a tener hambre. “Alexa, dame ideas para la comida de hoy”. “No sé cómo ayudarte con eso”, contesta. Seré más específico: “Alexa, qué picoteo sano me recomiendas”. “Qué tal una granola, hecha con…”, replica. Aprobado.
15:00 PM
Pruebo a dar de alta un evento en mi calendario.
“Alexa, añade un nuevo recordatorio en mi
agenda”. Alexa me pregunta día, hora, etc… Tarea
realizada con éxito, pero tengo una duda: ¿Es mejor
que con tres toques desde mi teléfono? Mmmm…
18:00 PM
Le pregunto qué playlists de Amazon Music hay disponibles. No me da opciones, tan solo empieza a sonar “otros hits que tal vez me gusten” y Sergio Dalma invade mi hogar. Me temo que no me conoces tanto como crees, Alexa.
20:45 PM
Le pido que me recomiende algún restaurante mexicano cerca de casa. Contesta que para hacerlo introduzca en la app mi código postal. No puedo bajarla y Alexa no intuye mi localización mediante la IP o similar.
22:00 PM
Tras la cena, pregunto: “Alexa, ¿qué me recomiendas para ver en Netflix?”. “Lo siento, no lo sé”. Vaya… ¿Algún desarrollador con ganas de hacer una skill que enlace Alexa con el API de Imbd?
Conclusión
intuye el potencial, pero hasta que Amazon no apueste
por su lanzamiento en España, lo adapte al castellano,
logre que la comunicación no se base en invocar palabras
concretas, sino conceptos, y convenza a más y más desarrolladores
para crear nuevos skills, no dejará de ser un gadget
cuyos beneficios no cubren el esfuerzo de configuración
y aprendizaje por el que cada usuario debe pasar.
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