The Cube: educar, crear, acelerar
TheCube abrió sus puertas en septiembre de 2017 para ser el centro de referencia del emprendimiento tecnológico de España, y eligió Silicon Alley, en el barrio madrileño de San Blas, para instalarse.
La tasa de paro en España está cerca del 17%, por eso es paradójico que las empresas no encuentren personal para cubrir sus puestos más tecnológicos. Según las estimaciones, faltan 350.000 perfiles digitales. Esta es una de las razones por las que nació TheCube.
Alberto Rodríguez, Carlos Picazo, Fabiola Pérez y Diego García Morate hicieron en 2014 un exit con su compañía Nexium. En cristiano, vendieron su negocio de reconocimiento de imágenes en el sector del retail a la multinacional Nielsen. Las cifras no están claras, pero podrían ser más que suficiente para dedicarse a la vida contemplativa. Lejos de ello, crearon Unlimiteck, una company builder que pretende lanzar diez empresas en los próximos años. Este concepto está entre una aceleradora y un fondo de capital, con la diferencia de que es la organización la que lanza las empresas, siempre basadas en inteligencia artificial, computer vision e Internet de las cosas (IoT).
Por ahora, tienen cuatro startups y preparan una más. Son Metiora, una integradora de soluciones de IoT en el sector retail que ya tiene contratos con empresas grandes como el grupo Vips; Mioti, que da cabida a su proyecto educativo; Junntar, una app que promete ahorrar en los seguros; y Claridae, una plataforma de intercambio de información y análisis entre fabricantes y distribuidores.
La primera fue Metiora y con ella a sus creadores les surgió el problema que planteábamos al principio: en España no existían perfiles formados en IoT porque no había escuelas que lo ofrecieran. Entonces fundaron Mioti. Pero surge una nueva dificultad. Si con Metiora la ubicación no era importante, ya que hoy se puede gestionar una empresa desde cualquier lugar, con Mioti sí se necesitaba un espacio. Y lo encontraron en el polígono industrial de San Blas, una zona conocida ahora como el Silicon Alley de Madrid.
Para la reforma del inmueble contaron con el estudio Espinosa + Moreno, que convirtió un edificio de 4.500 m2 de uso industrial en un centro de referencia del emprendimiento tecnológico. Para el exterior, pintura blanca, el logo de The Cube y un mensaje para que no haya dudas: #NerdsWelcome.
En las cinco plantas interiores, de nuevo el blanco y el mobiliario como clave para caracterizar diferentes espacios. Ejemplo son las mesas triangulares de Mioti, o las pentagonales de Unlimiteck. El cuarto piso es otra cosa: un anfiteatro de 500 m2, con gradas y cabida para 120 personas.
Uber fue la primera
La idea cuajó en el mundo empresarial y pronto aparecieron compañeros de viaje. Uber fue el primero. “Cuando nos contaron el proyecto quisimos formar parte de él”, apunta Yuri Fernández, director de comunicación para Uber en España y Portugal, que se instaló en el tercer piso. “Nos permitía volver a nuestros orígenes: el del ecosistema startup, y a la vez servir de espejo para todos los que vinieran. ¿Quién sabe si una idea de la envergadura que es hoy Uber puede salir de The- Cube?”, muestra Fernández.
A Uber le siguieron más empresas, sobre todo como apoyo en Mioti. Vodafone se ocupó de la parte de smartcities y Cisco de la de smart home, dos de los laboratorios de la escuela. Completan la oferta el coche autónomo, el IoT y la e-salud. Además, con Enel mantienen un programa de aceleración en la planta de las startups.
De momento son seis, dedicadas, entre otras cosas, al blockchain, a los chatbots o a la smart music. “El espacio nos ofrecía un ecosistema con grandes empresas y startups, lo que asegura un acceso natural a contactos y poder captar talento gracias a Mioti”, cuenta Sergio Hernández, director de operaciones de Xesol, consagrada al coche autónomo.
Para formar parte del espacio como startup, como indica José Lagunar, fundador de Rivekids (dedicada a la seguridad infantil en los coches), los responsables de TheCube dejan de lado el estado de las cuentas para centrarse en las entrevistas, “donde se tiene que demostrar que podrás aportar algo al ecosistema”.
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