El pelo largo no es cosa de veinteañeras: cómo Demi Moore, Sienna Miller y otras actrices están desafiando el último veto de la belleza

Dijo Coco Chanel aquella frase tan aguda como repetida: “Una mujer que se corta el pelo está a punto de cambiar su vida”. Puede que hayan pasado casi 100 años de aquella afirmación pero en este tiempo un corte de pelo drástico se ha convertido en sinónimo de rupturas, nuevos comienzos e incluso en una declaración política. La carga simbólica del cabello femenino que se sale del statu quo ha ligado su longitud al devenir de su portadora para convertirse ambos, pelo y mujer, en un imán para la controversia y en un desafío ante los convencionalismos. Lo dotaron de reivindicación primero mujeres como Angela Davis (que en los 70 hizo del afro una poderosa expresión de identidad racial), Grace Jones (que desafió en los 80 las fronteras de los géneros con aquel “flattop”), Sinead O’Connor (cuya cabeza rapada en los años 90 fue el complemento perfecto a su activismo) e incluso Britney Spears (cuyo afeitado craneal ante los paparazzi en 2007 fue el pico de la cultura pop y hoy un triste recordatorio de los dolorosos efectos que la sobreexposición mediática puede tener sobre la salud mental).

Hoy lo adopta una lista de actrices, creativas y artistas que están rompiendo conveniencias a través, ahora, de sus larguísimas melenas: en la recién celebrada gala del Metropolitan Museum de Nueva York hemos visto a Demi Moore (61 años) con un alisado que le llegaba a las rodillas, a Sarah Jessica Parker (59 años) con un melenón peinado como una cascada de ondas hasta la cintura, a Naomi Campbell (53 años) con su larguísima característica melena azabache, a Sienna Miller (42 años) luciendo largas ondas rubias o a Zoe Saldaña (45 años) con una catarata de rizos que le cubría la espalda, estas dos últimas acompañando a Chemela Kamali (43 años) la directora creativa de la firma Chloé, quien luce personalmente una larguísima melena y quien está rescatando el look bohemio chic de los primeros años 2000 a través de la ropa pero también de este peinado. También Nicole Kidman (56 años) lleva un tiempo creciendo su cabello hasta media espalda y de hecho pidió a su estilista Adir Bergel que la peinara para la ocasión con el cabello suelto.

En la gala también hubo otras celebridades más jóvenes luciendo pelo largo (Kendall Jenner, Camila Cabello, Karol G, Allison Williams o Madelyn Cline), pero la diferencia es que las primeras estaban desafiando una regla no escrita que hasta hace poco dictaba que a partir de cierta edad -alrededor de los 40 años, antes aún si una era madre- una melena que sobrepasa la clavícula a esa edad es una rareza.

Especialmente en el último siglo, llevar el pelo largo se ha asociado a la belleza, a la sexualidad y al romance. Es decir, a las cosas que están (¿estaban?) reservadas para la juventud. Especialmente desde los años 90 la melena larga y voluminosa ha sido el ideal de la belleza femenina: Claudia, Naomi, Cindy, Elle… la supermelena era una de las garantías de las supermodelos, algo que después acentuaron el fenómeno de Victoria’s Secret y Hollywood en general. En las siguientes décadas, con el boom de las planchas alisadoras y los stylers domésticos, el pelo largo y con ondas fue la aspiración de toda una generación de veinteañeras.

Ya en el libro Rapunzel’s Daughters: What Women’s Hair Tells Us About Women’s Lives (2005) la socióloga Rose Weitz teorizaba sobre el poder que tiene el cabello en la sociedad, especialmente para las mujeres, desde el mundo antiguo hasta finales del siglo XX, examinando la relación entre el pelo femenino y la sexualidad, la raza, la religión, el trabajo, la salud y el envejecimiento. La autora analiza lo que significa el pelo hoy tanto para niñas como jóvenes y adultas, y cómo tiene un papel activo tanto en la adolescencia como más adelante a la hora de construir la identidad de las mujeres. También cuestiona cómo las mujeres se enfrentan a los cambios de su pelo (y los que la sociedad considera que este debe atravesar) según cumple años.

Hoy lucir melena más allá de los hombros en la mediana edad se ha convertido, de momento, al menos en el star system, en una declaración antiedadismo. Por ello sigue levantando titulares cada vez que una mujer mayor de 50 se presenta ante las cámaras luciendo pelo largo: Andie MacDowell (66 años) despertó infinidad de comentarios en 2021 porque que además lo hizo con canas y luciendo sus rizos naturales en una alfombra roja, y Helen Mirren fue muy aplaudida cuando comenzó a llevar melena XXL en 2023 a sus 77 años. La actriz, que estaba en plena promoción de la película ¡Shazam! La furia de los dioses, llegó a explicar su decisión ante los medios: “No se debe llevar el pelo más largo a partir de cierta edad”, dijo. “Pero durante el covid, empecé a dejarme crecer el pelo y, de hecho, no había tenido el pelo largo desde los 20 años. Pero crecía y crecía y crecía y no me apetecía cortármelo. Así que pensé ‘sabes qué, me gusta, creo que lo dejaré así durante un tiempo. Tarde o temprano lo cortaré’. Pero sigo disfrutando de él, y es una elección bastante radical”. También el año pasado, Meryl Streep se dejó a sus 73 el pelo tan largo como el que llevaba a los 23.

En el estrellato también hay mujeres famosas que mantienen largos extremos desde su juventud, con un rasgo común: lo hacen como parte de la imagen “empoderada” que desean mantener y transmitir. Cher (77 años), por ejemplo, lleva cinco décadas reivindicando la kilométrica melena que le hizo ganarse cinco portadas de Vogue entre 1972 y 1975 y con ello, su sello de icono de estilo. Donatella Versace (69 años), es otro caso.

Quique Sánchez, director creativo de Espacio Q y Q-01 en Madrid, analiza el fenómeno actual de las mujeres de mediana edad con pelo largo como un gesto de autoexpresión: “Al final nos basamos en estereotipos culturales que nos vienen heredados de épocas anteriores. Hemos mal aprendido que las mujeres de determinada edad ya no pueden llevar el pelo largo (…) Parece ser que el cabello largo a determinada edad está asociado a mujeres de mal vivir, a las brujas como en la edad media…. Todo bulos y mitos”, comenta, que “podemos romper fácilmente”. “No concebimos a Naomi Campbell sin su larguísima y negra melena, pero justamente por eso, porque ella defiende a capa y espada su look, y eso es lo que hace que nos guste verla con el pelo largo. No creo que sea un signo de liberación, sino más bien de autoafirmación”, opina.

Dicho esto, este peluquero confirma que por el cabello también pasa la edad: “Es verdad que el pelo, al igual que el resto de nuestro organismo, con la edad tiende a envejecer. Muchas veces nos puede llevar a cortarnos la melena que nuestro cabello haya perdido densidad, fuerza, volumen, forma…” El pelo cambia y es natural que esto suceda: “La aparición de las canas provoca evidentemente un cambio de color, a veces incluso de forma. Podemos perder densidad, a veces por falta de nutrientes o incluso de hidratación…”, explica. Pero es posible conservar una melena larga brillante, bonita y sana, independientemente de la edad que tengamos: “Una adecuada rutina de cabello desde casa es el 50% de que un cabello se vea joven, fuerte, hidratado, con brillo. Esta rutina es básica y la podemos llevar a cabo toda la vida, y dependiendo de las necesidades que presente nuestro cabello al paso del tiempo, lo que podemos hacer es cambiar el tipo de producto que usamos: champú + acondicionador siempre que lavemos el cabello, y una vez a la semana aplicamos una mascarilla durante 20 minutos. Y de forma diaria podemos aplicar un sérum después del lavado. Evitar las herramientas de calor es otro tip importante”, aconseja. La elección del champú también es fundamental para mantenerlo bien en casa: Sánchez recomienda siempre elegir un champú “que aporte hidratación, que no contenga sulfatos y que sea lo más orgánico posible”.