Polvo de niacinamida para mezclar con la crema: ¿merece la pena el furor por este producto superhidratante?
Concebido para mezclar con otros productos de cuidado diario, en la práctica no es tan fácil lograr la dosis exacta ni hacer que se disuelva bien. Preguntamos a expertos hasta qué punto merece la pena probarlo.
La niacinamida o vitamina B3 fue la niña bonita de los ingredientes cosméticos el pasado 2020. Se lleva de maravilla con el ácido hialurónico para mejorar la hidratación, atenúa los posibles estragos de un retinol embravecido, suaviza las arrugas, previene las manchas y tiene acción calmante. Credenciales suficientes para que, en estos tiempos convulsos de irritaciones varias por las mascarillas y pieles locas a causa del estrés, se convirtiera en el activo que sí o sí debía incorporar tu rutina diaria. De esos que se piden por su nombre al buscar un cosmético y cuya presencia se rastrea con precisión en el listado de ingredientes cosméticos (el INCI en el argot).
Dado su éxito como acompañante, The Ordinary (marca famosa por sus ingredientes cosméticos de calidad a precios asequibles) ha decidido lanzar un polvo de niacinamida al 100%. Sin trampa ni cartón, que dicho en jerga cosmética significa sin excipientes (ni crema ni sérum, a palo seco y granulado). Listo para mezclar al gusto de un consumidor que, a fuerza de aburrirse durante los confinamientos, se ha especializado en mezclas cosméticas de andar por casa. Consecuencia: bombazo de ventas, comentarios por las nubes y usuarios mezclando polvos como alquimistas de la Edad Media con tal de subir sus niveles de hidratación cutánea a cifras estratosféricas. Todo esto a un precio que no supera los 10 euros (en España lo tienes en Amazon).
Lo que sea por una piel más jugosa
The Ordinary ya tenía una exitosa crema de niacinamida con zinc. Sin embargo, algunas pieles no toleran bien ese mineral. De ahí que buscaran proporcionar la niacinamida monda y lironda para darle una vuelta de tuerca a tu hidratante favorita. «Uno de los beneficios de la niacinamida es que refuerza la barrera cutánea estimulando la síntesis de ácidos grasos y ceramidas. Por eso se considera que mejora la hidratación«, declara el farmacéutico y experto en cosmética Héctor Núñez, más conocido como Cosmetocrítico. El concepto es simple: coges tu crema hidratante, le añades unos polvos de niacinamida y en un abrir y cerrar de ojos tienes una superhidratante.
Luego está la letra pequeña y las cosas no son tan simples. “Aunque la idea es buena, la ejecución en todo este tipo de productos deja mucho que desear”. Si alguna vez has utilizado el polvo que iba con la famosa Crema Andina para decolorar el bigote ya sabes a lo que se refiere: las mezclas van a ojo y el resultado no siempre es tan fluido como querrías. Y si lo haces con otra crema el resultado suele ser calamitoso.
¿Se puede mezclar con cualquier crema?
Sí, pero con matices. La clave está en la cucharita que se incluye junto con el bote. Hay que juntar un cuarto de cucharadita de niacinamida en polvo con cualquier tratamiento ‘no conflictivo, de base acuosa y con un pH entre 5,1 y 7’, advierte el fabricante. La frase tiene truco. ¿De dónde sacas el pH de tu crema si el fabricante no te lo cuenta? Pues de ningún lado, porque casi ningún fabricante te dice el pH de sus cosméticos. «Seamos realistas: poca gente conoce el pH de sus cremas y mucho menos tiene un pHmetro en casa”.
Aquí, The Ordinary hace valer la transparencia que les ha hecho famosos, ya que ellos sí informan abiertamente del pH de cada uno de sus productos. El pH, por decirlo en lenguaje de la calle, es un estado químico que permite o impide que sucedan determinadas reacciones químicas. “La niacinamida es estable a un pH de 5-7. Si es menor (pH ácido) podría producirse una hidrólisis de la niacinamida en niacina (vitamina B3), pero este proceso tiene lugar solo a temperaturas elevadas y durante tiempo prolongado. Por mezclarla con un producto a pH ácido no va a pasar nada, pero pueden generarse pequeñas cantidades de niacina. Si tienes una piel con rojeces podría empeorar por el efecto vasodilatador de la niacina”. Traduciendo: lo normal es que no te pase nada si lo mezclas con tu crema de casa. Pero podría pasar.
Para guardarse las espaldas, el fabricante solo sugiere mezclar un cuarto de cucharadita con 4 gotas de cinco de sus productos: Hyaluronic Acid 2% + B5, Natural Moisturizing Factors + HA, “Buffet” + Copper Peptides 1%, Matrixyl 10% + HA y Argireline Solution 10%. Con esto aseguran que lograremos una mezcla de un 10-15% de niacinamida. Pero, ¿y si te da por mezclar el polvo con tu hidratante de toda la vida, que no es de esa marca, pero te va fenomenal? “La niacinamida” – prosigue Cosmetocrítico –“es muy soluble en agua, por lo que en un gel no tendrá problema en disolverse. En cambio, en un sérum emulsión o en una crema, donde tenemos ya cierta cantidad de fase grasa, si te pasas añadiendo niacinamida esta no se disolverá. Y, entonces, ¿qué? Te quedará la cara como en un día de playa: llena de gránulos”.
El cuarto de cucharadita como medida
Pese a que el producto ha tenido una excelente acogida, muchos usuarios no entienden por qué la cucharita dosificadora no aporta la cantidad exacta. “Al final estamos midiendo a ojímetro. Si te acuerdas de cuando eras pequeño con el suero oral casero, en función de si lo preparaba tu madre o tu padre, no sabía igual. Medir con una cuchara es de todo menos preciso”, recalca Cosmetocrítico. En eso coincide con Michelle Wong de Lab Muffin Beauty Science, que en un extenso videotutorial se preguntaba por qué no pusieron una cucharita del tamaño adecuado en vez de una grande de la que solo se debe usar la cuarta parte.
Y aquí se abre otra duda. ¿Qué pasa si te pones de más? La respuesta la da la propia ciencia: las mezclas con concentraciones al 20% o más suelen dejar un residuo blanco no deseado en la piel al secarse. En Instagram @narmin_aqadjan expone la misma queja: la primera vez no leyó las instrucciones y mezcló una cucharadita entera. La cara le quedó como enharinada, aunque no hubo que lamentar irritaciones. “Afortunadamente, todo bien”, concluye. El community manager recoge el guante y apunta que “le pasará el feedback al laboratorio”.
No, no son eternos
Lo de cómo conservar tus polvos en perfecto estado merece un capítulo aparte. “El producto como tal no contiene conservantes. Por tanto, hay posibilidad de contaminación bacteriana. Es verdad que incluye una fecha de uso preferente, pero utilizando cantidades tan pequeñas es fácil que dure más allá de dicha fecha. A fin de cuentas, todos conocemos a alguien que lleva usando tres años el mismo colorete”.
En resumen, es un excelente producto, logra lo que promete, pero no merece mucho la pena jugarse la piel por la novedad habiendo ya en el mercado una amplia oferta de cosméticos con niacinamida. Y sin correr riesgos. “Si todo lo anterior te ha sonado a chino, es mejor que no juegues al Quimicefa en casa. Ya hay muchos productos de muchas marcas que combinan niacinamida a concentraciones interesantes junto con otros activos. Otra opción es el layering de toda la vida: primero, aplica un sérum gel de niacinamida y después, un sérum emulsión con otros ingredientes de tu interés. O un gel con x ingredientes y tu crema con niacinamida”.
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